COMUNIÓN EN LOS ENTORNOS DIGITALES
1. Realidades de desarraigo
Hablar de la experiencia de Dios Uno y Trino, podría ser "crítico", no
por la claridad dogmática y la verdad expuesta por la Iglesia Católica
en su Magisterio, sino por una carga socio-cultural que habla de
autoritarismos, individualismos (OA 35) y colectivismos (OA 35). En el
ámbito religioso, nuestros lenguajes acaso fluctúan entre el
monoteísmo y el triteismo, como vivencias monolíticas o disgregadoras
de la experiencia trinitaria, al punto que "cada persona divina es
adorada como Dios en sí misma, sin incluir simultáneamente a las
otras dos"1.
Desvío, tal vez ocurrido por el oscurecimiento del sentido comunional
del misterio Trinitario, en los distintos ámbitos de la vida, al punto que
el hombre "quiso construir un reino en este mundo prescindiendo de
Dios. En vez de adorar al Dios verdadero, adoró ídolos
por eso el
hombre se desgarró interiormente.. y se destruyó la convivencia
fraterna (P.185).
No se trata sólo de profesar la verdad dogmática y entender con la
razón; se trata más bien, de asumir la espiritualidad de la comunión,
que nos capacita para "ver ante todo lo que hay de positivo en el otro,
para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios"2. Siguiendo este
espíritu profético, miramos con ojos de fe, aquellas situaciones ligadas
a las NTIC, que no corresponden al espíritu de comunión trinitaria:
Concebir a las NTIC como los nuevos becerros de oro (Ex
32,1ss), tentación que lleva en ocasiones a la tecno-idolatría (Sab
14,22-31)3. Así, cuando la tecnología juega un rol que no le
corresponde deja de estar ordenada al bien del ser humano (Gen
1,28; Sab 9,1-3; Gen 2,15; LE 5).
Humanismos que profesan de forma indiscriminada la autonomía
humana y la muerte de Dios (Rom 1,21). Expresión ésta del
"misterio de iniquidad" que lleva al rechazo racional del
ofrecimiento salvífico, optando por una gestión puramente
humana del propio destino4 (EV 15) (DSD 253).
Mantener la solidaridad que "protege la diversidad de culturas
como expresiones históricas diversas y valiosas de la unidad
originaria de la familia humana y salvaguardar la comprensión y
comunión recíprocas"5 (DSD 244 a 247).
La superación de lo que hoy se denomina "brecha digital"6. En el
marco de la nueva economía global, a la Iglesia le preocupa que
"este proceso sea de la humanidad entera, y no sólo de una élite
rica que controla la ciencia, la tecnología, la comunicación y los
recursos del planeta"7.
Ante estos hechos, Monseñor Enrique Planas, fundador de la RIIAL8,
planteó: "sería inadmisible que aspectos fundamentales de la persona
humana, es decir, el amor, el pensamiento, la vida social, las
relaciones con la trascendencia, quedaran aprisionadas por estas
nuevas tecnologías" Y mencionó pistas humanizantes para el
desarrollo tecnológico que se está fraguando en esta una nueva
cultura:
Que se realice a la medida del hombre, de todo hombre y de todos los hombres
Que tutele y potencie la libertad de los individuos
Que más allá del mero afán de lucro, se ponga al servicio de la
comunión y del progreso de los pueblos
Que favorezca dinámicas de inclusión y no de exclusión
contribuyendo a recomponer el tejido social
Que en los nuevos vínculos interpersonales promovidos por la
tecnología se potencie esa intensidad que comporta toda relación
humana
Que las innovaciones técnicas se intensifiquen, respetando el
ritmo de asimilación humana, sin provocar angustias
2. Afianzar en lo digital el sentido de comunión
Al ser la Trinidad, el referente teológico de todo cristiano, su
contemplación no deja de interpelarnos, sobre el auténtico sentido
ético y teológico de los entornos digitales, de manera que, todo
proceso de evangelización por estos medios, sea comunional (P.
1063; 273). Esta experiencia será decisiva al momento de pensarnos,
sentirnos y estar en las redes de Internet, toda vez que:
Estar en comunión implica "habitar" uno en la presencia del otro
en radical reciprocidad y sin reservas.
Decir comunión, es testimoniar a Dios como el Dios de la Vida
(Jn. 10,10).
Comunión es vida y ésta es relación. En la Trinidad cada persona
divina, es para las otras, por las otras, con las otras y en las otras,
y esto genera la comunidad divina.
La vida es la esencia de Dios. Y la vida es comunión dada y
recibida, Y este tipo de comunión es el amor. La comunión y el
amor son la esencia de Dios-Trinidad (LG 4).
3. Rasgos de las comunidades virtuales
Con lo ya visto a lo largo del presente documento, la concepción de
comunidad virtual, sugiere de entrada unas rupturas y unas nuevas
maneras de concebirse frente al concepto convencional de
comunidad9. Según Castells (2002) 10, "la socializad on- line" está
basada en los intereses individuales, en las afinidades, en los valores
y en los proyectos de vida que dan sentido a lo que soy, y a lo que
quiero ser con los otros (identidad-alteridad). Algunos de los rasgos
culturales que las instituyen podrían ser:
* La interacción virtual, re-construye las prácticas de una comunidad
convencional, restándole fuerza al componente cultural de localidad, y
acentuando los vínculos inter-subjetivos. La consistencia de los grupos
es mantenida por puestas en común de sensibilidades y afectos. En
estos medios digitales, los hipertextos, las animaciones, el audio son
los nuevos polos que aglutinan. Esta mixtura multimedial, desplaza las
cohesiones que representaban el territorio, el barrio, o la ciudad.
* Las relaciones digitales fomentan un sentido de pertenencia,
promueven el compañerismo, facilitan la interacción personal. En ellas
se adquieren nuevas percepciones de uno mismo y de los demás, en
tanto que se fragua un sentido de la identidad-alteridad, y se
experimenta cierta liberación emocional (Morleys 1996)11. Su
fortalecimiento estaría ligado, al grado de significación de los
encuentros, y por el éxito en el intercambio de datos, noticias,
primicias, links, fotos, videos, etc.
* Los lazos y vínculos en las redes virtuales, se hacen provisorios y
precarios, según el proyecto de vida personal y los gustos de cada
cual; lo que implicaría que el tejido social se especializa y se enrique
por una telaraña de sensibilidades, lenguajes, especialidades y estilos
de vida (HOPENHAYN, 1997). Entonces, sus integrantes, erigen, por
así decirlo, "portafolios de sociabilidad", al intervenir de forma
diferenciada, en distintos puntos y al mismo tiempo, en variadas redes.
Su intensidad estará afectada por lo emocional.
* El hecho de estar en Internet, hace que estos núcleos de
socialización, entren en contacto con otras redes, y con otras
subjetividades, que desean intercambiar información, buscar amigos o
simplemente "relajarse un poco" o chatear un rato. Todos estos
navegantes convergen por momentos, en una sola red, de acuerdo a
sus intereses individuales.
* Algunos roles y formas de participación, se matizan, cuando alguien,
concentra poder, ya sea por tener más habilidad cultural para
establecer vínculos, o por disponer de mayor capacidad tecnológica;
por representar el rol de administrador del sitio, o porque teclea con
velocidad y participa más en un Chat, etc. (Martín Barbero 2000)12.
4. Rasgos de las comunidades virtuales y trinitarias
* Pertenencia y valores centrales. Si Dios es familia (P. 582),
necesitamos también ser familia de Dios en las redes de Internet. A la
luz de la Trinidad, estas comunidades virtuales, tienen la tarea de
retomar, adaptar y re-crear las dimensiones propias de la koinonía
(fraternidad, liturgia, kerygma, diakonía)13. Esta identidad, señala la
vivencia intrínseca de la comunión trinitaria (NMI 43) y de la diversidad
ministerial de la Iglesia. En ellas, según la tradición del Nuevo
Testamento, no caben ni la masificación, ni el uniformismo (1Cor
12,12ss), pues su dinámica y estructura, no provienen del querer de
sus integrantes, sino del mismo Espíritu de Cristo: "no me habéis
vosotros elegido a mí si no que yo os he elegido
(Jn 15,16).
Su norte teológico, será la orientación al servicio, "teniéndose a uno
mismo por servidor de todos (1Cor.9,19), en procura que todos sean
responsables de todos(1Cor 10,24). Esto conlleva a vivir la autoridad a
la manera de Jesús, "yo estoy en medio de vosotros como el que sirve
(Luc 22,24-27; Mc. 1,22; 10,45); desterrando de la convivencia fraterna
la "pleoneksia" (avidez, afán de más, deseo), concepto que citado con
alguna frecuencia por San Pablo, como idolatría (Ef. 5,5; Col 3,5).
* Memoria e hipertextualidad. Para Norbert Lechner14, "la memoria
es una forma de distinguir y vincular el pasado en relación al presente
y al futuro. No se refiere tanto a la cronología de hechos que han
quedado fijos en el pasado como a su significado para el presente".
Con este punto de mira, la versatilidad y estructura del entorno digital,
les permitiría a las comunidades virtuales y trinitarias, comunicar la
Revelación de Dios, de manera hipertextual15, desplegando en
ventanas simultáneas, el ayer de la Alianza como memoria actual (Dt.
6,2); el hoy Redentor como novedad que nos convoca (Lc. 4,21), y el
mañana que ligado a los anteriores, nos proyecta hacia nuestra
realización plena (1Co. 15,28).
Esta manera de navegar por Internet es sinónima de "construir,
deconstruir, establecer relaciones, desplegar caminos, conectar
mundos o niveles, saltar" (Germán Rey). Pero configurar los
hipertextos y desplazarse por ellos, requiere, conocer e interpretar sus
códigos, para poder establecer rutas de navegación, y estructurar
categorías, secuencias o tipos de enlaces (II 7).
* Ser sujetos reales-virtuales y no usuarios anónimos. El sentirnos
articulados en comunidades virtuales y trinitarias, es un punto de
equilibrio para volver a mirar los principios, valores y opciones morales
que nos dan identidad. El contar solidariamente con unos "pares" al
estilo de los viajeros de EMAUS (Lc. 24,13-31) 16, haría más fructífera
la tarea de discernir sin los afanes y sin traumatismos las nuevas
exigencias culturales de lo digital. Pierre Levy, lo pone de manifiesto
cuando asegura que la presencia "colectiva" en las redes, brindaría "un
marco de referencia y una jerarquía de valores para la comprensión de
sí mismos, de su relación con los demás, y de su actuación y
desenvolvimiento en los medios digitales"17.
* Apertura a otras redes. El carácter plural del ciberespacio, se
constituye en un valor agregado para la Iglesia, porque ella misma se
concibe como "comunidad de comunidades". Y en este marco se
pueden establecer y tejer nuevas relaciones, fortalecer la identidad
eclesial y su diversidad de ministerios.
Pasar del Babel informático al Pentecostés de la solidaridad y la
inclusión, es una tarea prioritaria para los cristianos. No para que el
cúmulo de totalidades sin universalidad, desparezcan, ni para
enconcharnos en lo apologético, ni retrotraer el uniformismo
religioso18, sino para dar testimonio de un compartir fraterno abierto a
lo diverso y la construcción de lo público, sintiendo que en el otro y en
los otros, también están las semillas del Verbo.
Dice el CELAM "que el nuevo pluralismo intercultural abre opciones
insospechadas para diseñar la manera de vivir
y hacer más
convergentes la libertad y la vocación humana de servir a todos sin
distinción"19.
* Solidaridad e inclusión. "El individualismo, la soledad sin límites y
la incomunicación tienen su contrapartida, en el tiempo actual, en la
búsqueda de auténticas experiencias de comunidad y de comunión.
Experiencias que, a través del encuentro, permitan a las personas
sentirse aceptadas, valoradas y partícipes de la solidaridad, la justicia
y el bien común"
Nos acercan al extranjero, al que piensa distinto, al diferente. Ellos
entran a nuestra casa "en simultáneo", invitándonos permanentemente
a la hospitalidad y al discernimiento ( Quijano 2002)20.
* Del caos a la comunión. La velocidad, la versatilidad y la cantidad
de información que circula en Internet, podría llevarnos "a una bulimia
de información y a una anorexia de conocimiento o de reflexión y
crítica de la información que recibimos" (Quintana 2002).
Esta precipitud y falta de tiempo para reflexionar o constatar la
veracidad de la información21, es un nuevo estímulo adelantar una
"praxis comunitaria en las redes", permitiendo un tiempo kairotico (Mt.
13,11). Para que en un cara a cara virtual, nos re-conozcamos en
medio de los anonimatos, de las realidades inciertas, pobladas de
mutaciones, de híbridos
y no quedar como dice Pablo "oyendo y
viendo lo inefable (2 Cor. 12,4).
* El poder de la coherencia testimonial. Las redes de relación que
se susciten en estas comunidades virtuales y trinitarias, necesitan
testimoniar y expresar, en lo público y en lo privado, en lo virtual y en
lo real, la espiritualidad de la comunión (E.N.41; NMI 43). Al particular,
el documento Iglesia e Internet señala que se "precisa formación
doctrinal y espiritual, puesto que para testimoniar a Cristo es necesario
encontrarse personalmente con él y cultivar esa relación a través de la
oración, la Eucaristía y el sacramento de la reconciliación, leyendo y
meditando la palabra de Dios, estudiando la doctrina cristiana y
sirviendo a los demás" (II 11).
* Enlazar lo virtual y lo real. El Magisterio de la Iglesia, plantea "la
realidad virtual del ciberespacio tiene algunas implicaciones
preocupantes tanto para la religión como para otras áreas de la vida.
La realidad virtual no sustituye la presencia real de Cristo en la
Eucaristía, ni la realidad sacramental de los otros sacramentos, ni
tampoco el culto compartido en una comunidad humana de carne y
hueso" (II 9).
1 BOFF, L. Trinidad. Misterium Liberationis. Op. Cit. Pág. 515
2 JUAN PABLO II. Carta Apostólica Novo Milenio Ineunte (NMI) No. 43
3 POSTMAN: la deificación de la tecnología, significa que la cultura busca su autorrealización en la tecnología, en ella encuentra su satisfacción y de ella recibe órdenes (Tecnópolis 1994)
4 DOIG, G. El desafío de la tecnología. Op Cit. Pág. 273
5 JUAN PABLO II, Mensaje para la XXXIV Jornada Mundial de la Paz, n. 10.
6 Iglesia e Internet (10) La expresión brecha digital destaca el hecho de que tanto las personas
como los grupos y las naciones deben tener acceso a las nuevas tecnologías para participar en los
beneficios prometidos por la globalización y el desarrollo, y no quedarse rezagados ulteriormente
7 JUAN PABLO II, Discurso a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, n. 5
8 PLANAS, Enrique, Mons. Discurso: Ética como requisito para el desarrollo. Conferencia. 2004. En
Colectividad o grupo de personas que viven en el mismo lugar o región, o una serie de personas
que conviven y tienen intereses comunes o trabajan en una tarea común
10CASTELLS. Citado por Medina. J. Por un nuevo liderazgo para facilitar el desarrollo de
comunidades y cultura del conocimiento. Artículo. Universidad del Valle. 2002.11 MORLEY, D. 1996. Citado por: Raad. A. Cultura e Internet: relaciones al interior de una
comunidad virtual En: http://www.naya.org.ar/congreso/2002/ponencias/ana_maria_raad.htm
12 MARTÍN-BARBERO, J. De la ciudad mediada a la ciudad virtual transformaciones radicales en
13 Hch. 2,42-46; Rom 16,1-16
14 LECHNER, Norbert. Las sombras del mañana, Santiago de Chile: Ed LOM, 2002, página 62.
15 Este conjunto de textos móviles, nos conectan de forma simultánea con distintos nodos y nos
despliegan en tiempo real otras facetas de un tema o de una realidad.
16 DOCUMENTO SANTO DOMINGO. La metodología del Camino de EMAUS. Nos. 14-27
17 CUBIDES. Las agencias de sentido en la construcción de la sociedad del conocimiento".Boletín
SOI. 2002 En:
18 Iglesia e Internet: Pueden emplear esta notable tecnología en muchos y diferentes aspectos de
la misión de la Iglesia, al mismo tiempo que aprovechan también las oportunidades que ofrecen
para la cooperación ecuménica e interreligiosa.
19 CELAM. Los desafíos de la Evangelización en el contexto global. Bogotá, 2002, p. 33.
20 QUIJANO. Un hombre nuevo para una nueva comunidad. ISCA. Argentina. 2004. En:
21 Iglesia e Internet, 16.