miércoles, diciembre 31, 2014

Oracion de Fin de año

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.

Al terminar este año quiero darte gracias

por todo aquello que recibí de TI.


Gracias por la vida y el amor, por las flores,

el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto

fue posible y por lo que no pudo ser.


Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que

pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos

y lo que con ellas pude construir.


Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,

las amistades nuevas y los antiguos amores,

los más cercanos a mí y los que estén más lejos,

los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,

con los que compartí la vida, el trabajo,

el dolor y la alegría.


Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,

perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,

por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,

y perdón por vivir sin entusiasmo.


También por la oración que poco a poco fui aplazando

y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios

nuevamente te pido perdón.


En los próximos días iniciaremos un nuevo año

y detengo mi vida ante el nuevo calendario

aún sin estrenar y te presento estos días

que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.


Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,

la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad

llevando a todas partes un corazón lleno

de comprensión y paz.


Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios

a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno

que mi espíritu se llene sólo de bendiciones

y las derrame a mi paso.


Cólmame de bondad y de alegría para que,

cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí

encuentren en mi vida un poquito de TI.


Danos un año feliz y enséñanos

a repartir felicidad.


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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
skype:  ernesto.william



lunes, diciembre 29, 2014

En España: más de dos millones de inocentes asesinados en 29 años

MÁS MUERTES POR ABORTO A LA SEMANA QUE POR ACCIDENTES DE TRÁFICO AL AÑO


Hoy es el Día de los Santos Inocentes, en el que recordamos la matanza de bebés que ordenó el Rey Herodes tras el nacimiento de Cristo. Es una buena fecha para recordar el resultado de las leyes creadas y mantenidas por los Herodes de hoy en día. En el caso de España, las leyes abortistas ya han dejado un reguero de más de dos millones de cadáveres.


Fuente : (Elentir/InfoCatólica) 

Como de costumbre, el gobierno ha retrasado como hace cada año -y este año con más retraso de lo habitual- la publicación de las cifras anuales de abortos del año anterior, que suelen darse a conocer en plenas fiestas navideñas con el propósito descarado de que pasen desapercibidas. Sin embargo, ya se han ido publicando datos autonómicos que apuntan a más 110.000 inocentes asesinados por el aborto en España en 2013, según un informe hecho público el 17 de diciembrepor el Instituto de Política Familiar. Tomando los datos oficiales de los que disponemos y los datos hechos públicos por el IPF en el citado documento y el "el informe El aborto en España 1985-2011″, éste es el siniestro panorama estadístico que deja en España el crimen del aborto:

La cifra de niños y niñas abortados hasta ahora en España equivale a exterminar a las ciudades de Barcelona y Palma de Mallorca juntas. Se trata de la segunda y la octava de las ciudades españolas con mayor número de habitantes.

España ya es el tercer país de la Unión Europea con más abortos. Actualmente sólo Francia y el Reino Unido nos superan en cuanto a número de niños por nacer exterminados. España ya ha superado en esto incluso a Alemania, con más habitantes que nuestro país.

Teniendo en cuenta las últimas estadísticas disponibles, relativas a 2012, el aborto podría situarse ya como la segunda causa de muerte en España, sólo superado por las enfermedades del sistema circulatorio.

Tomando como referencia la última cifra oficial disponible, en España mueren abortados 307 niños y niñas no nacidos al día, casi 13 inocentes muertos cada hora.

Siguiendo las cifras oficiales de 2012, en España mueren abortados 2.161 niños y niñas no nacidos cada semana, más que la cifra de muertes por accidente de tráfico en un año, en el citado periodo fue de 1.915.

Al mes son matados en España 9.365 niños y niñas no nacidos, 2,64 veces el número de suicidios que se producen al año, que en el caso de 2012 fueron 3.539.

El aborto mata a 1 de cada 5 niños y niñas por nacer en España. Según el IPF, en 2013 se habrán producido 535.000 embarazos de los que más de 110.000 habrían terminado en aborto, esto es, el 20,5% de los embarazos. Este porcentaje superaría al de 2012, cuando fueron exterminados el 19,8% de los niños y niñas por nacer en España.

Durante los tres años que llevamos de mandato de Rajoy, el Estado ha gastado en perpetrar abortos 54 millones de euros, casi 9.000 millones de pesetas, a razón de 18 millones de euros al año. Una cantidad que sirve para financiar, principalmente, a empresas privadas -mal llamadas clínicas- que se enriquecen con el exterminio de niños por nacer. Paralelamente,España está en el furgón de cola de la Unión Europea en ayudas a la maternidad, lo que deja en evidencia que el Estado empuja a las mujeres a abortar.

El aborto ya supone casi la mitad del déficit de natalidad que tiene España, un déficit que da lugar a un envejecimiento de la población y que supondrá en el futuro graves problemas sociales y económicos, como la imposibilidad de mantener el actual sistema de pensiones al haber cada vez menos población activa por cada pensionista.

La responsabilidad de los votantes ante este genocidio silencioso

Estamos ante el mayor genocidio de la historia de España, un genocidio silencioso que tiene como víctimas a los más inocentes e indefensos, y que se perpetra con dinero público que pagamos todos los contribuyentes, al amparo de leyes inmorales e injustas, y con la complicidad de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, que han ido promoviendo y consolidando el aborto en España durante tres décadas incluso a costa de traicionar sus compromisos electorales -como ha hecho Rajoy-, y de implantar una ley abortista que no figuraba en ningún programa electoral, como hizo el PSOE con Zapatero y la Ley Aído. A estas alturas ya no se puede obviar lo que implica apoyar a esos partidos y a otros que, como ellos, apoyan las leyes criminales que provocan esta matanza. Votar a los partidos que apoyan o mantienen esas leyes abortistas es hacerse moralmente cómplice de sus cruentos resultados. Y si nos referimos a términos puramente pragmáticos, desde el punto de vista de alguien que quiera promover el derecho a vivir, votar a esos partidos es tirar el voto, especialmente si tenemos en cuenta que en el escenario político hay otras opciones a la que votar que sí defienden el derecho a la vida.


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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
skype:  ernesto.william



sábado, diciembre 27, 2014

Juan Apóstol y Evangelista, Santo


 



El discípulo amado, 27 de diciembre 

Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net

El Discípulo Amado
27 de diciembre


Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. Hombre de elevación espiritual, se lo considera el águila que se alza hacia las vertiginosas alturas del misterio trinitario: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios".

Es de los íntimos de Jesús y le está cerca en las horas más solemnes de su vida. Está junto a él en la última Cena, durante el proceso y, único entre los apóstoles, asiste a su muerte al lado de la Virgen. Pero contrariamente a cuanto pueden hacer pensar las representaciones del arte, Juan no era un hombre fantasioso y delicado, y bastaría el apodo que puso el Maestro a él y a su hermano Santiago -"hijos del trueno"- para demostrarnos un temperamento vivaz e impulsivo, ajeno a compromisos y dudas, hasta parecer intolerante.

En el Evangelio él se presenta a sí mismo como "el discípulo a quien Jesús amaba". Aunque no podemos indagar sobre el secreto de esta inefable amistad, podemos adivinar una cierta analogía entre el alma del "hijo del trueno" y la del "Hijo del hombre", que vino a la tierra a traer no sólo la paz sino también el fuego. Después de la resurrección, Juan parmanecerá largo tiempo junto a Pedro. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan "como las columnas" de la Iglesia.

En el Apocalipsis Juan dice que fue perseguido y relegado a la isla de Patmos por la "palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo." Según una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen, y bajo Domiciano fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de la que salió ileso, pero con la gloria de haber dado también él su "testimonio". Después del destierro en Patmos, regresó definitivamente a Éfeso en donde exhortaba infatigablemente a los fieles al amor fraterno, como resulta de las tres epístolas contenidas en el Nuevo Testamento. Murió de avanzada edad en Éfeso, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98.


Referencias Bíblicas:
[1] Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Lc. 5, 10; Mc. 10, 35
[2] Salomé, madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Mc. 15, 40; Mt. 27, 56
[3] "En el principio estaba el Verbo..." (Jn. 1, 1)
[4] Juan sentado junto al Señor en la Última Cena cf. Jn. 13, 23
[5] Juan testigo de la transfiguración cf. Mc. 9, 2
[6] Juan junto al Señor en el monte de los Olivos cf. Mc. 14, 32-34
[7] Juan, el discípulo amado por Jesús cf. Jn. 21, 20-25
[8] Juan, junto a Pedro y Santiago, columnas de la Iglesia cf. Gál. 2, 9
[9] Juan, desterrado a la isla de Patmos por la Palabra cf. Ap. 1, 9


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martes, diciembre 23, 2014

El buey y el asno, junto al pesebre

Los rostros del buey y el asno nos miran esta Navidad y nos hacen una pregunta: ¿Comprendes tú la voz del Señor? ¿Volverás a casa llenos de alegría?

Autor: Joseph Ratzinger | Fuente: Catholic.net

 

Benedicto XVI, cuando aún no era Papa, escribió varios textos dedicados a la Navidad en el libro Imágenes de la esperanza. 

En la cueva de Greccio (Es una pequeña localidad situada en el valle de Rieti, en Umbría, no muy lejos de Roma ) se encontraban aquella Nochebuena, conforme a la indicación de san Francisco de Asis, el buey y el asno: «Quisiera evocar con todo realismo el recuerdo del niño, tal y como nació en Belén, y todas las penalidades que tuvo que soportar en su niñez. Quisiera ver con mis ojos corporales cómo yació en un pesebre y durmió sobre el heno, entre un buey y un asno».

Desde entonces, el buey y el asno forman parte de toda representación del pesebre. Pero, ¿de dónde proceden en realidad? Como es sabido, los relatos navideños del Nuevo Testamento no cuentan nada de ellos. Si tratamos de aclarar esta pregunta, tropezamos con uno hechos importantes para los usos y tradiciones navideños, y también, incluso, para la piedad navideña y pascual de la Iglesia en la liturgia y las costumbres populares.


El buey y el asno no son simplemente productos de la fantasía piadosa. Gracias a la fe de la Iglesia en la unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento, se han convertido en acompañantes del acontecimiento navideño. De hecho, en Isaías 1,3 se dice: Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne.

Los Padres de la Iglesia vieron en estas palabras una profecía referida al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia constituida a partir de judíos y gentiles. Ante Dios, todos los hombres, judíos y gentiles, eran como bueyes y asnos, sin razón ni entendimiento. Pero el Niño del pesebre les ha abierto los ojos, para que ahora reconozcan la voz de su Dueño, la voz de su Amo.

En las representaciones navideñas medievales, sorprende continuamente cómo a ambos animales se les dan rostros casi humanos; cómo, de forma consciente y reverente, se ponen de pie y se inclinan ante el misterio del Niño. Esto era lógico, pues ambos animales eran considerados la cifra profética tras la que se esconde el misterio de la Iglesia –nuestro misterio, el de que, ante el Eterno, somos bueyes y asnos–, bueyes y asnos a los que en la Nochebuena se les abren los ojos, para que en el pesebre reconozcan a su Señor.


Pero, ¿lo reconocemos realmente? Cuando ponemos en el pesebre el buey y el asno, debe venirnos a la mente la palabra entera de Isaías, que no sólo es buena nueva –promesa de conocimiento venidero–, sino también juicio sobre la presente ceguedad. El buey y el asno conocen, pero «Israel no conoce, mi pueblo no discierne».


¿Quién es hoy el buey y el asno, quién es mi pueblo que no discierne? ¿En qué se conoce al buey y al asno, en qué a mi pueblo? ¿Por qué, de hecho, sucede que la irracionalidad conoce y la razón está ciega?

Para encontrar una respuesta, debemos regresar una vez más, con los Padres de la Iglesia, a la primera Navidad.


¿Quién no conoció? ¿Por qué fue así?

 

 

 

  • Quien no conoció fue Herodes: no sólo no entendió nada cuando le hablaron del Niño, sino que sólo quedó cegado todavía más profundamente por su ambición de poder y la manía persecutoria que le acompañaba.
  • Quien no conoció fue, «con él, toda Jerusalén». Quienes no conocieron fueron los hombres elegantemente vestidos, la gente refinada. Quienes no conocieron fueron los señores instruidos, los expertos bíblicos, los especialistas de la exégesis escriturística, que desde luego conocían perfectamente el pasaje bíblico correcto, pero, pese a todo, no comprendieron nada.

    Quienes conocieron fueron –comparados a estas personas de renombre– bueyes y asnos: los pastores, los magos, María y José. ¿Podía ser de otro modo? En el portal, donde está el Niño Jesús, no se encuentran a gusto las gentes refinadas, sino el buey y el asno.


    Ahora bien, ¿qué hay de nosotros? ¿Estamos tan alejados del portal porque somos demasiado refinados y demasiado listos? ¿No nos enredamos también en eruditas exégesis bíblicas, en pruebas de la inautenticidad o autenticidad del lugar histórico, hasta el punto de que estamos ciegos para el Niño como tal y no nos enteramos de nada de Él? ¿No estamos también demasiado en Jerusalén, en el palacio, encastillados en nosotros mismos, en nuestra arbitrariedad, en nuestro miedo a la persecución, como para poder oír por la noche la voz del ángel, e ir a adorar?


    De esta manera, los rostros del buey y el asno nos miran esta noche y nos hacen una pregunta: Mi pueblo no entiende, ¿comprendes tú la voz del Señor? Cuando ponemos las familiares figuras en el nacimiento, debiéramos pedir a Dios que dé a nuestro corazón la sencillez que en el Niño descubre al Señor –como una vez San Francisco en Greccio–. Entonces podría sucedernos también –de forma muy semejante a san Lucas cuando habla sobre los pastores de la primera Nochebuena–: todos volvieron a casa llenos de alegría.

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La navidad es esa calidez que se filtra en nuestro interior, que revoluciona nuestros corazones y nos ofrece los sentimientos mas nobles y la esperanza de poder compartir un manana mejor Feliz navidad y venturoso 2015



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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
skype:  ernesto.william
movil  319-2251804



sábado, diciembre 06, 2014

Carta de Jesús para Ti


Querido Amigo:

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento.

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue!

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?

Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!".

Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!" (Mateo 25,34-40).

Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias 

Tu amigo 
Jesús

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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
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