sábado, julio 28, 2007

A navegar |era Parte


El mayor portal Católico de habla hispana, sitio obligado para todo católico que busque a Dios en la red. Catholic.net ha publicado muchos de nuestros escritos, a quienes agradecemos de corazón por el apoyo recibido.
 
Un completo sitio para navegar y descubrir la vida de los santos, y variados textos sobre la fe y la vida en Dios.

  
El Apostolado de la Nueva Evangelización, fruto de las enseñanzas de Jesús a Catalina Rivas y motor de evangelización en Hispanoamérica y otros lugares del mundo. Lugar obligado para conocer más sobre Catalina y su obra.

Un sitio fruto del Apostolado para la Nueva Evangelización, que contiene una revista titulada Jesucristo Vivo. Un hermoso medio para conocer las verdades de la fe, y la actualidad de las cosas de Dios en este mundo.
 

Sitio oficial del Vaticano, imprescindible para obtener los documentos de la Iglesia y estar informado sobre los recientes mensajes y escritos de nuestro amado Papa.
 
Un portal católico que contiene una enorme diversidad de textos de la fe,
libros, meditaciones, devociones.
 
 
Un hermoso portal dedicado al Santo del Gargano 
 
Un portal de oración. Un portal enteramente dedicado a pedir intenciones, u ofrecer oración. Un hermoso Cenáculo en internet, para estar unidos en el diálogo con Dios
 
Cancionero litúrgico con acordes para guitarra, partituras, sonido midi, y MP3  
 
Un sitio completo dedicado al Santo Rosario, a la oracion, y a la Virgen.

Sitio de Carmelitas en Argntina.
 
Un ejemplo de lo que puede un grupo de jovenes hacer, cuando se ama a la Virgen con todo el corazon.    
 
Contnuara........

viernes, julio 27, 2007

Amigo(a) Recibi todo lo que precisaba

Entonces pareció que ella ya no lograba ningún progreso. Parecía que ella
había ido lo más lejos que podía en su intento y no podía avanzar más.

Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó
el resto del capullo. La mariposa entonces salió fácilmente. Pero su cuerpo
estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas.

El hombre continuó observándola porque él esperaba que, en cualquier momento,
las alas de ella se abrirían y se agitarían para ser capaces de soportar el cuerpo,
el que a su vez, iría tomando forma.

¡Nada ocurrio en realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrandose
con un cuerpo deforme y alas atrofiadas.Ella nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre
en su gentileza y voluntad de ayudar , no comprendia era que el capullo apretado y el esfuerzo
necesario para que la mariposa pasara a travéz de la pequeña abertura, era el modo
por el cual Dios hacia que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas,
de tal forma que ella estaria pronta para volar una vez que estuviera libre del capullo..

Algunas veces el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida.
Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos, Él nos dejaría lisiados.
No seríamos tan fuertes como podríamos haber sido y nunca podríamos volar.

Pedi fuerzas ..y Dios me dió dificultades para hacerme fuerte,
Pedí sabiduria y Dios me dió problemas para resolver .
Pedi prosperidad y Dios me dió un cerebro y musculos para trabajar.
Pedí coraje ..Y Dios me dió obstaculos para superar.
Pedí amor... y Dios me dió personas para ayudar.
Pedí favores y...Dios me dió oportunidades

No recibí nada de lo que pedí... pero recibí todo lo que precisaba."

Su amigo

Ernesto William Rojas D.
ewilliamrojasd@yahoo.es
http://hombredebarro.blogspot.com/

RECIBÍ TODO LO QUE PRECISABA...



Un dia una pequeña abertura apareció en un capullo.Un hombre se sentó y observó por varias horas cómo la mariposa se esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero.
Entonces pareció que ella ya no lograba ningún progreso. Parecía que ella había ido lo más lejos que podía en su intento y no podía avanzar más.
Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó el resto del capullo. La mariposa entonces salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas. El hombre continuó observándola porque él esperaba que, en cualquier momento, las alas de ella se abrirían y se agitarían para ser capaces de soportar el cuerpo, el que a su vez, iría tomando forma.
¡Nada ocurrio en realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrandose con un cuerpo deforme y alas atrofiadas.Ella nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre en su gentileza y voluntad de ayudar , no comprendia era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a travéz de la pequeña abertura, era el modo por el cual Dios hacia que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas, de tal forma que ella estaria pronta para volar una vez que estuviera libre del capullo..
Algunas veces el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos,
Él nos dejaría lisiados. No seríamos tan fuertes como podríamos haber sido y nunca podríamos volar.
Pedi fuerzas ..y Dios me dió dificultades
para hacerme fuerte,
Pedí sabiduria y Dios me dió problemas
para resolver .
Pedi prosperidad y Dios me dió un cerebro
y musculos para trabajar.
Pedí coraje ..Y Dios me dió obstaculos
para superar.
Pedí amor... y Dios me dió personas
para ayudar.
Pedí favores y...Dios me dió oportunidades

No recibí nada de lo que pedí... pero recibí todo lo que precisaba."



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martes, julio 17, 2007

«El laicismo lleva consigo la destrucción del hombre»

Entrevista con el arzobispo de Toledo  Antonio Cañizares Llovera y primado de España
 

QUERÉTARO, martes, 17 julio 2007
 
 El cardenal Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Toledo y primado de España, ha estado brevemente en tierras mexicanas para participar en la ordenación de nuevos sacerdotes de los Operarios del Reino de Cristo.

También, dictó una conferencia en la ciudad de Querétaro sobre uno de los temas que más le preocupan: el laicismo y sus relaciones con la vida de la Iglesia y el Estado contemporáneo.

Antes de las conferencia, Zenit-El Observador pudo platicar largamente con una de las figuras actuales más importantes del episcopado español, impulsor de universidades católicas y promotor de la catequesis, y colaborador de Benedicto XVI como miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Comisión Pontificia «Ecclesia Dei».

--Eminencia, ¿cómo la Iglesia católica puede subsistir en un entorno cada día más contrario a Cristo?

--Cardenal Cañizares Llovera: El laicismo tiene su entraña propia en la negación de Dios, en el prescindir de Dios. Que Dios no cuente para nada en lo público; que se reduzca, en el mejor de los casos a la esfera de lo privado. Porque el hombre se considera autónomo; porque cree que es capaz de construirse a sí mismo; porque cree que la sociedad del futuro es una construcción del presente por el propio hombre. Sin Dios que afecte a la trama de la vida, el hombre se endiosa; en una expresión del entonces cardenal Ratzinger, el hombre sin Dios lleva al infierno al otro, por que ¡qué es el infierno sino el vivir separado de Dios?

--En la actualidad Dios y el hombre parecen correr por dos caminos distintos, ¿no es así?

--Cardenal Cañizares Llovera: Si, pero es verdad que no hay futuro para la humanidad al margen de Dios, ningún futuro. No hay, tampoco, futuro para el hombre concreto al margen de Dios. Y es más: la afirmación de Dios es la afirmación del hombre. El futuro está precisamente en afirmar a Dios afirmando al hombre. Eso es Jesucristo, el futuro del hombre. En el libro «Jesús de Nazaret», lo que hace el Papa Benedicto XVI es afirmar a Dios en Jesucristo afirmando al hombre en Jesucristo. Eso te lleva a que la Iglesia no se separe de la sociedad, a que pueda entrar en diálogo con el pensamiento del momento pero apostando por el hombre, apostando por los derechos fundamentales, apostando por la verdad del hombre, apostando por una moral, apostando por el bien… El laicismo no apuesta por el bien.

--¿Cuál es la apuesta de fondo del laicismo?

--Cardenal Cañizares Llovera. Que el hombre es creador de sí mismo, consiguientemente es el factor decisión el único factor que cuenta. En España, por ejemplo, hay una destrucción del hombre, hay una deshumanización, hay una perdida de criterios morales, de principios morales tremenda. Puede uno escuchar un discurso del presidente sobre el estado de la Nación en el que te dice «nosotros apostamos por la familia, la familia está mejor que nunca y vamos a mejorarla dando dos mil quinientos euros por cada hijo que nazca». Sin embargo, al mismo tiempo, está permitiéndose que el matrimonio como tal entre un hombre y una mujer desaparezca del Código Civil. Eso lleva a que no exista matrimonio en España: eso, más ataque a la familia, imposible.

--La dictadura de la mayoría legislativa…

--Cardenal Cañizares Llovera: Eso refuerza lo que he dicho antes: el meollo del asunto es la decisión, en este caso, lo que han decidido unos hombres, a través de la legislación, se convierte en una medida de organización social. El laicismo --repito-- lleva consigo la destrucción del hombre.

--¿Podemos definir el futuro de la Iglesia con esta frase: «menos numerosa pero más fiel»?

--Cardenal Cañizares Llovera: Así será, en una etapa. Pero la Iglesia tiene la vocación de universalidad y de hacer llegar esa salvación, de la cual es protagonista, a todos los hombres. La vocación final de la Iglesia es que en su seno, en su casa, se alberguen todos los hombres. No tiene, por consiguiente, una vocación de minorías, aunque también es minoría, porque es fermento.

--¿Cómo ve usted la Iglesia en los próximos años?

--Cardenal Cañizares Llovera: Será una Iglesia que, desde una experiencia muy honda de Dios, testifique al Dios vivo en medio de los hombres; una Iglesia eminentemente evangelizadora, o sea, eminentemente eucarística. Una Iglesia de pequeñas comunidades pero abierta totalmente al hombre. Así lo comprendo yo.

--¿Qué opinión le merece el tema de fondo del documento de Aparecida, la misión permanente hacia los ya bautizados que debe tener la Iglesia en nuestro continente?

--Cardenal Cañizares Llovera: Eso es necesario, que los bautizados sean evangelizados a su vez. La evangelización de los bautizados es la catequesis. Necesitamos que haya en todos los ámbitos cristianos que vivan su identidad de cristianos; solamente la identidad de cristianos podrá ofrecer el testimonio de Jesucristo para los hombres.

--¿Qué representa en este momento de disolución de verdades absolutas el tema de la catequesis? ¿No es este tema un asunto del pasado?

--Cardenal Cañizares Llovera: A partir de la publicación del «Catecismo de la Iglesia Católica» tenemos una orientación muy clara de lo que es la fe. No solamente en el contenido, sino en los fines de la catequesis, cómo hay que concebirla, cuál es su método, con qué instrumentos contamos para la iniciación cristiana… La Iglesia entrega lo que ella es para que se pueda vivir lo que ella es. El Catecismo nos entrega lo que es la Iglesia, lo que cree, la historia de la salvación que se cumple en los sacramentos, la nueva vida a la que nos convoca la caridad. Esta nueva vida vive en el anhelo del encuentro definitivo con Dios, la esperanza...

--¿Qué importancia cobra hoy la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Está penetrando en los ámbitos católicos de acción?

--Cardenal Cañizares Llovera: La Doctrina Social de la Iglesia está por estrenar. El «Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia» es o debería ser un elemento inseparable del Catecismo de la Iglesia católica. Pero no hemos realizado esta fusión. ¿Dónde se está aplicando el «Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia»? En este tema, pareciera que todo debe reducirse al aspecto económico; pero quedan de lado temas tan importantes como el de la vida, el de la familia, el de la persona humana, el de la comunicación social… ¡Todo está ahí! ¡Ahí está la vida humana vivida desde el Evangelio! Por eso es la enseñanza más avanzada que hay: no hay ninguna teoría política ni social tan avanzada como la Doctrina Social de la Iglesia.

--¿Qué necesita la Iglesia para que esta Doctrina Social rinda frutos?

--Cardenal Cañizares Llovera: Lo que se necesita es fe; que el hombre crea: que el hombre acepte a Dios. Nuestros abuelos no vivían con la Doctrina Social de la Iglesia, la practicaban. Eran hombres de fe que la vivían en su sencillez y en la normalidad de la vida. No había en ellos esta dicotomía que nosotros establecemos tan fácilmente entre la fe y la cultura; entre la fe y la vida cotidiana.

--Hoy se ha perdido la noción del padre…

--Cardenal Cañizares Llovera. En el laicismo lo que importa no es que haya o no haya padre. Lo que importa es que las criaturas nazcan como tengan que nacer y que haya una sociedad que forme a ese ciudadano. El Estado toma el lugar del padre. Y eso es muy grave para el futuro del hombre. Y el laicismo -hay que decirlo-lleva a eso. El laicismo en definitiva es la proclamación del Estado ateo, aunque el Papa Benedicto ya nos haya advertido, una y otra vez, que es imposible un Estado ateo. Porque un Estado ateo se vuelve contra el hombre siempre, porque es un poder totalitario, un Saturno que se come a sus hijos. Sucedió en la Unión Soviética, antes, con la Revolución Francesa, en el nacionalsocialismo.

--El Papa contrapone la civilización cristiana con el Estado ateo comparando los monasterios de San Benito y Chernobil, ¿Qué opinión le merece?

--Cardenal Cañizares Llovera: El Papa Benedicto dice que hay que volver a San Benito. Que el futuro del mundo está en San Benito: el hombre que busca y afirma a Dios. Y entonces crea comunidades que se extienden, que civilizan, que hacen cultura y rehacen tejido social. El Papa Benedicto XVI habla de lo que es la nueva evangelización -fue su intervención en el Jubileo del 2000-diciendo que ésta es «aprender el arte de vivir». En estos tiempos estamos en la necesidad de asumir la parábola del grano de mostaza. Estamos en tiempos de sembrar granos de mostaza.

--¿Cómo puede rehacerse la sociedad herida por el desorden y la indiferencia?

--Cardenal Cañizares Llovera: San Benito se encontró con una sociedad totalmente destruida. Y la rehizo mediante las comunidades donde --por encima de todo-- se busca a Dios. Orar, para afirmar a Dios, y a partir de la oración no desentenderte del trabajo con el otro, no desentenderte de la acción. La adoración transforma al hombre.

--Finalmente, ¿qué cabe esperar del pontificado de Benedicto XVI?

--Cardenal Cañizares Llovera: Primero, una continuidad con el pontificado de Juan Pablo II. La obra de éste y la de Benedicto XVI tienen una profunda afinidad, se enriquecen mutuamente. En lo que respecta a Benedicto XVI, lo que cabe esperar, ante todo, es una vuelta a lo esencial en todo.

Para despertar conciencias dormidas.

Textos de la Solicitudo rei socialis:

En diciembre de 2007, se cumplen 20 años de la promulgacion de la carta enciclica soliitudo rei sociales, en la que su Santidad Juan Pablo II coloco sobre la mesa la realidad social que viven nuestros pueblos, hoy  Mn. Francesc Jordana Soler nos muestra unos textos, que nos acerc a la profundida de esta enciclica
 
 
Fuente : (CAMINEO.INFO) -
 
• Todo hombre debe darse cuenta del necesario cambio de actitudes espirituales que definen las relaciones de cada hombre consigo mismo, con el prójimo, con las comunidades humanas más alejadas y con la naturaleza, en función del bien común o del pleno desarrollo "de todo el hombre y de todos los hombres". Para los cristianos este cambio se llama conversión.(pto. 38)

• Todos estamos llamados, más aún, obligados a afrontar este tremendo desafío (el problema del subdesarrollo y el superdesarrollo) de la última década del segundo milenio. Cada uno esta llamado a ocupar su propio lugar en esta campaña pacífica que hay que realizar con medios pacíficos para conseguir el desarrollo en la paz. (Pto. 47)

Con sencillez y humildad, quiero dirigirme a todos, hombres y mujeres sin excepción, para que, convencidos de la gravedad del momento presente y de la respectiva responsabilidad individual, pongamos por obra -con el estilo personal y familiar de vida, con el uso de los bienes, con la colaboración en las decisiones económicas y políticas y con la propia actuación a nivel internacional y nacional- las medidas inspiradas en la solidaridad y en el amor preferencial por los pobres.(pto. 47)

• Quien quisiera renunciar a la tarea, difícil pero exaltante, de elevar la suerte de todo el hombre y de todos los hombres, bajo el pretexto del peso de la lucha y del esfuerzo ...o incluso por la experiencia de la derrota y del retorno al punto de partida, faltaría a la voluntad de Dios creador. (Pto 30)

Meditar sobre estas palabras nos ayudará a comprometernos más resueltamente en el deber hoy urgente para todos, de cooperar en el desarrollo pleno de los demás. (Pto. 30)

• Así, pertenece a la enseñanza y a la praxis más antigua de la Iglesia la convicción de que ella misma, sus ministros y cada uno de sus miembros están llamados a aliviar la miseria de los que sufren cerca o lejos no sólo con lo "superfluo" sino con lo "necesario". Ante la necesidad podría ser obligatorio enajenar objetos preciosos del culto divino para dar pan, bebida, vestido y casa a quien carece de ello. (Pto. 31)

• Deseo insistir también sobre su gravedad y urgencia, pidiendo al Señor fuerza para todos los cristianos a fin de poder pasar fielmente a su aplicación práctica. (Pto 31)

• La cooperación al desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres es un deber de todos para con todos. (Pto 32)

• Por consiguiente, los responsables de la gestión pública, los ciudadanos de los países ricos, individualmente considerados, especialmente si son cristianos, tiene la obligación moral -según el correspondiente grado de responsabilidad- de tomar en consideración, en las decisiones personales y de gobierno esta interdependencia que subsiste entre su forma de comportarse y la miseria y el subdesarrollo de tantos miles de hombres. (Pto. 9)

• Al hablar de la opción o del amor preferencial por los pobres establece una primacía en el ejercicio de la caridad cristiana, la cual se debe aplicar a nuestras responsabilidades sociales , y consiguientemente, a nuestro modo de vivir y a las decisiones que se deben tomar coherentemente sobre la propiedad y el uso de los bienes. (Pto. 42). Este amor preferencia no puede dejar de abarcar a las inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo,... Ignorarlos significaría parecernos al rico Epulón. Nuestra vida cotidiana, así como nuestras decisiones en el campo político y económico deben estar marcadas por estas realidades. (pto. 42)

• Esta preocupación acuciante por los pobres debe traducirse, a todos los niveles, en acciones concretas para alcanzar decididamente algunas reformas necesarias. (Pto. 43)
 
 
 

jueves, julio 12, 2007

El reciente "Motu Proprio" abre el camino

de
regreso para los lefevbrianos


12 de Julio (www.ZENIT.org) - ROMA. Si bien el reciente Motu Propio del Papa Benedicto XVI –sobre un uso más abierto del Misal antiguo- no se ha hecho específicamente para los seguidores del Arzobispo cismático Marcel Lefebvre (que fundó la Fraternidad Sacerdotal San Pío X), ciertamente el documento les «abre la puerta de par en par para un retorno a la plena comunión» con la Iglesia católica, reconoce el Presidente de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei».

Dos usos del único rito romano para reforzar la reconciliación dentro de la Iglesia: ha sido el objetivo de Benedicto XVI con la promulgación, el 7 de julio, de la Carta Apostólica en forma de "Motu proprio" "Summorum Pontificum" sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970. El Papa acompaña el documento de una carta a los Obispos de todo el mundo.

La Pontificia Comisión «Ecclesia Dei» -que preside el Cardenal Darío Castrillón Hoyos-, erigida por Juan Pablo II en 1988, además de las facultades de las que ya goza, ejercitará la autoridad de la Santa Sede vigilando sobre la observancia y aplicación de estas nuevas disposiciones.

En una entrevista concedida el domingo al diario italiano "Il Giornale", el purpurado despejó equívocos sobre el nuevo documento. «La carta del Papa es clara. Es una decisión que brota del corazón y de la inteligencia de un Papa que ama y conoce bien la liturgia» y que «quiere que se conserve el patrimonio representado por la liturgia antigua, sin que esto signifique contraposición alguna con la nueva Misa», subraya.

«A Roma han llegado miles de cartas de personas que pedían la libertad de poder participar en el antiguo rito», explica el purpurado colombiano.

El Motu Proprio establece que el Misal Romano promulgado por Pablo VI (procediendo a la reforma litúrgica, en 1970) --y reeditado dos veces por Juan Pablo II-- es y permanece como forma normal u ordinaria de la Liturgia Eucarística de la Iglesia católica de rito latino.

Por su parte, el Misal Romano promulgado por San Pío V y editado nuevamente por el beato Juan XXIII (en 1962, cuando la Misa se celebraba en latín) podrá ser utilizado como forma extraordinaria de la celebración litúrgica.

Así que en el Motu Proprio «no existe nada que marque el más mínimo desapego del Concilio» Vaticano II, el cual –insiste el Cardenal Castrillón- «no prohibió la antigua Misa».

Respecto a los Pontificados precedentes, la sospecha de ruptura es inexistente: «No hay contraposición. Pablo VI concedió inmediatamente después de la entrada en vigor del nuevo misal la posibilidad de celebrar con el antiguo rito, y el Papa Wojtyla pretendía preparar un Motu Proprio similar al ahora promulgado», señala.

Además, «con este Motu Proprio se abre de par en par la puerta para un retorno a la plena comunión de la Fraternidad de San Pío X. Si después este acto no sucede este retorno, verdaderamente no lo sabría entender», reconoce el purpurado en el diario italiano.

«Pero desearía precisar que el documento Papal no ha sido hecho para los lefebvrianos, sino porque el Papa está convencido de la necesidad de subrayar que existe una continuidad en la tradición y que en la Iglesia no se procede por fracturas. La antigua Misa nunca fue abolida ni prohibida», concluye.

La Pontificia Comisión «Ecclesia Dei» fue instituida por Juan Pablo II cuando un grupo notable de sacerdotes, religiosos y fieles que habían manifestado su descontento con la reforma litúrgica conciliar y se habían congregado bajo el liderazgo del Arzobispo francés Lefebvre, se separaron de éste porque no estuvieron de acuerdo con la acción cismática de la ordenación de Obispos sin el debido mandato Pontificio. Ellos, entonces, prefirieron mantener la plena unión con la Iglesia.

El Santo Padre, mediante el Motu Proprio «Ecclesia Dei Adflicta», confió a esta Comisión el cuidado pastoral de estos fieles tradicionalistas.

Actualmente la actividad de la Comisión no se limita al servicio de aquellos fieles ni a los esfuerzos encaminados a poner fin a la dolorosa situación cismática y a lograr el regreso de estos hermanos de la fraternidad San Pío X a la plena comunión.

El dicasterio extiende su servicio a satisfacer las justas aspiraciones de cuantos, por una sensibilidad particular, sin haber tenido vínculos con los dos grupos citados, desean mantener viva la liturgia latina anterior en la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos.

Presidente de la Pontificia Comisión desde el año 2000, la labor del Cardenal Castrillón ha sido decisiva para superar, en enero de 2002, el cisma de la Fraternidad de San Juan María Vianney, un grupo tradicionalista brasileño cercano a las posiciones del Arzobispo Lefebvre.

El pasado septiembre, la actividad del purpurado favoreció la creación, en Francia, del Instituto del Buen Pastor, del que forman parte sacerdotes y seminaristas que han dejado la Fraternidad de San Pío X y que han querido regresar a la comunión plena con Roma.


miércoles, julio 11, 2007

DOCUMENTO SOBRE CIERTOS ASPECTOS DE LA DOCTRINA SOBRE IGLESIA

Fuente : Vatican Information Service - Español

Fecha:Tue, 10 Jul 2007 14:19:39 +0200

CIUDAD DEL VATICANO, 10 JUL 2007 (VIS).-Hoy se hizo público el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia". Está fechado el 29 de junio, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y lleva la firma del cardenal William Joseph Levada y del arzobispo Angelo Amato, S.D.B., respectivamente prefecto y secretario del dicasterio.

Ofrecemos a continuación el texto completo del documento, que ha sido publicado en latín, italiano, francés, inglés, alemán, español, portugués y polaco:

Introducción

El Concilio Vaticano II, con la Constitución dogmática "Lumen gentium" y con los Decretos sobre el Ecumenismo ("Unitatis redintegratio") y sobre las Iglesias orientales ("Orientalium Ecclesiarum"), ha contribuido de manera determinante a una comprensión más profunda de la eclesiología católica. También los Sumos Pontífices han profundizado en este campo y han dado orientaciones prácticas: Pablo VI en la Carta Encíclica "Ecclesiam suam" (1964) y Juan Pablo II en la Carta Encíclica "Ut unum sint" (1995).

El sucesivo empeño de los teólogos, orientado a ilustrar mejor los diferentes aspectos de la eclesiología, ha dado lugar al florecimiento de una amplia literatura sobre la materia. La temática, en efecto, se ha mostrado muy fecunda, pero también ha necesitado a veces de puntualizaciones y llamadas de atención, como la Declaración "Mysterium Ecclesiæ" (1973), la Carta "Communionis notio" (1992) y la Declaración "Dominus Iesus" (2000), publicadas todas por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La vastedad del argumento y la novedad de muchos temas siguen provocando la reflexión teológica, la cual ofrece nuevas contribuciones no siempre exentas de interpretaciones erradas, que suscitan perplejidades y dudas, algunas de las cuales han sido sometidas a la atención de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ésta, Presuponiendo la enseñanza global de la doctrina católica sobre la Iglesia, quiere responder precisando el significado auténtico de algunas expresiones eclesiológicas magisteriales que corren el peligro de ser tergiversadas en la discusión teológica.

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS

Primera pregunta:

El Concilio Ecuménico Vaticano II ha cambiado la precedente

doctrina sobre la Iglesia?

Respuesta: El Concilio Ecuménico Vaticano II ni ha querido cambiar la doctrina sobre la Iglesia ni de hecho la ha cambiado, sino que la ha desarrollado, profundizado y expuesto más ampliamente.

Esto fue precisamente lo que afirmó con extrema claridad Juan XXIII al comienzo del Concilio. Pablo VI lo reafirmo, expresándose con estas palabras en el acto de promulgación de la Constitución "Lumen gentium": "Creemos que el mejor comentario que puede hacerse es decir que esta promulgación verdaderamente no cambia en nada la doctrina tradicional. Lo que Cristo quiere, lo queremos nosotros también. Lo que había, permanece. Lo que la Iglesia ha enseñado a lo largo de los siglos, nosotros lo seguiremos enseñando. Solamente ahora se ha expresado lo que simplemente se vivía; se ha esclarecido lo que estaba incierto; ahora consigue una serena formulación lo que se meditaba, discutía y en parte era controvertido". Los Obispos repetidamente manifestaron y quisieron actuar esta intención.

Segunda pregunta:

Cómo se debe entender la afirmación según la cual Iglesia de Cristo

subsiste en la Iglesia católica?

Respuesta: Cristo "ha constituido en la tierra" una sola Iglesia y la ha instituido desde su origen como "comunidad visible y espiritual". Ella continuará existiendo en el curso de la historia y solamente en ella han permanecido y permanecerán todos los elementos instituidos por Cristo mismo. "Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica (...). Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él".

En la Constitución dogmática "Lumen gentium" 8 la subsistencia es esta perenne continuidad histórica y la permanencia de todos los elementos instituidos por Cristo en la Iglesia católica, en la cual, concretamente, se encuentra la Iglesia de Cristo en esta tierra.

Aunque se puede afirmar rectamente, según la doctrina católica, que la Iglesia de Cristo está presente y operante en las Iglesias y en las Comunidades eclesiales que aún no están en plena comunión con la Iglesia católica, gracias a los elementos de santificación y verdad presentes en ellas, el término "subsiste" es atribuido exclusivamente a la Iglesia católica, ya que se refiere precisamente a la nota de la unidad profesada en los símbolos de la fe (Creo en la Iglesia "una"); y esta Iglesia "una" subsiste en la Iglesia católica.

Tercera pregunta:

Por qué se usa la expresión "subsiste en ella" y no sencillamente

la forma verbal "es"?

Respuesta: El uso de esta expresión, que indica la plena identidad entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica, no cambia la doctrina sobre la Iglesia. La verdadera razón por la cual ha sido usada es que expresa más claramente el hecho de que fuera de la Iglesia se encuentran "muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, inducen hacia la unidad católica".

"Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia".

Cuarta pregunta:

Por qué el Concilio Ecuménico Vaticano II atribuye el nombre de "iglesias" a las Iglesias Orientales separadas de la plena comunión con la Iglesia católica?

Respuesta: El Concilio ha querido aceptar el uso tradicional del término. "Puesto que estas Iglesias, aunque separadas, tienen verdaderos sacramentos y, sobre todo, en virtud de la sucesión apostólica, el sacerdocio y la Eucaristía, por los que se unen a nosotros con vínculos estrechísi­mos", merecen el título de "Iglesias particulares o locales", y son llamadas Iglesias hermanas de las Iglesias particulares católicas.

"Consiguientemente, por la celebración de la Eucaristía del Señor en cada una de estas Iglesias, se edifica y crece la Iglesia de Dios". Sin embargo, dado que la comunión con la Iglesia universal, cuya cabeza visible es el Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, no es un simple complemento externo de la Iglesia particular, sino uno de sus principios constitutivos internos, aquellas venerables Comunidades cristianas sufren en realidad una carencia objetiva en su misma condición de Iglesia particular.

Por otra parte, la universalidad propia de la Iglesia, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, halla precisamente en la división entre los cristianos un obstáculo para su plena realización en la historia.

Quinta pregunta:

Por qué los textos del Concilio y el Magisterio sucesivo no atribuyen el título de "Iglesia"

a las Comunidades cristianas nacidas de la Reforma del siglo XVI?

Respuesta: Porque, según la doctrina católica, estas Comunidades no tienen la sucesión apostólica mediante el sacramento del Orden y, por tanto, están privadas de un elemento constitutivo esencial de la Iglesia. Estas Comunidades eclesiales que, especialmente a causa de la falta del sacerdocio sacramental, no han conservado la auténtica e íntegra sustancia del Misterio eucarístico, según la doctrina católica, no pueden ser llamadas "Iglesias" en sentido propio.

El Sumo Pontífice Benedicto XVI, en la audiencia concedida al Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha aprobado y confirmado estas Respuestas, decididas en la Sesión Ordinaria de esta Congregación, y ha ordenado que sean publicadas.

Las respuestas se acompañan de un comentario que explica que "las diversas cuestiones a las que la Congregación para la Doctrina de la Fe quiere contestar con el presente "Responsa" se encuadran en la visión general de la Iglesia tal como emerge de los documentos de carácter dogmático y ecuménico del Concilio Vaticano II: el Concilio de "la Iglesia sobre la Iglesia".

"Retomando sustancialmente la enseñanza conciliar y el Magisterio post-conciliar -prosigue el texto- el nuevo documento, promulgado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, constituye un recuerdo claro de la doctrina católica sobre la Iglesia. Además de descartar visiones inaceptables, todavía difusas en el mismo ámbito católico, también ofrece indicaciones importantes para la continuación del diálogo ecuménico. Dicho diálogo es una de las prioridades de la Iglesia Católica. (...) Pero para que el diálogo pueda ser verdaderamente constructivo, además de la apertura a los interlocutores, es necesaria la fidelidad a la identidad de la fe católica".

"El ecumenismo católico puede presentarse a primera vista paradójico -advierte el documento-. Con la expresión "subsistit in", el Concilio Vaticano II quiso armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado, que la Iglesia de Cristo, a pesar de las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por el otro, la existencia de numerosos elementos de santificación y verdad fuera de su entramado, o sea, en las Iglesias y comunidades eclesiales que todavía no están en plena comunión con la Iglesia católica".

"Aunque la Iglesia católica tenga la plenitud de los medios de salvación, "sin embargo, las divisiones de los cristianos impiden que la Iglesia lleve a efecto su propia plenitud de catolicidad en aquellos hijos que, estando verdaderamente incorporados a ella por el bautismo, están sin embargo separados de su plena comunión". Se trata, pues, de la plenitud de la Iglesia católica, que es ya actual, pero que tiene que crecer en los hermanos que no están en plena comunión con ella y en sus propios hijos, que son pecadores".

CDF/DOCTRINA IGLESIA/LEVADA:AMATO VIS

070710 (1580)

 

martes, julio 10, 2007

Amigos por siempre

Eclesiástico 6,6
"Que sean muchos tus amigos, pero amigo íntimo uno entre mil".

Hablando de Amigos, cuantos tiene usted?
Siete?, setenta?, setecientos?, siete mil…?

En la ciudad de Amigolandia, vivía Pancho con su esposa.
Debido a su situación económica Pancho, tenía muchos amigos, a Pancho, le faltaba tiempo para compartir con los más de 700 amigos que tenía. Pero un día Pancho se enfermo y gasto todo su dinero en médicos y medicamentos. La crisis económica llego a su vida, el dinero empezó a escapársele de sus manos. Y al mismo tiempo que perdía el dinero y su salud, sus amigos fueron también marchándose como por arte de magia.
Pancho se encontraba enfermo y al borde de la cama y pensaba en voz alta:
- Cuando tenia dinero y salud, tenia muchos amigos, los cuales me buscaban, y ahora que me encuentro enfermo y sin dinero, nadie quiere saber de mi, nadie me quiere, nadie me visita, no tengo ningún amigo, y mirando a su perro dice; "resulta que ahora mi perro es mi único amigo" en este momento entra Pancha, su esposa y al ver triste a su amado Pancho, pregunta:
- Mi amorcito por que esa cara, pareces mas enfermo y triste que antes?
- Y Pancho, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada dice:
- Estoy triste por que ahora no tengo amigos, solo mi perro es mi mejor amigo, Yo necesito por lo menos dos amigos para ser feliz, al escuchar esto Pancha le dice que no se preocupe que muy pronto tendría dos amigos y sale corriendo,
Donde cree usted que fue? Fue a comprar un perro.
Luego de un rato Pancha llega con un perro en los brazos y dice a su queridísimo esposo:
-Panchito de mi vida, aquí tienes ya no estés triste, pues a partir de hoy ya no tendrás un solo amigo, ahora tendrás dos amigos, ¡te compre otro perro!...

Muchos de nosotros, mas de una vez nos hemos visto también en la misma situación, de verdad que cuando estamos saludables, cuando tenemos un buen empleo, tenemos dinero, y cosas materiales los amigos abundan, nos buscan pero cuando todo anda mal, y postrados en la cama nos encontramos estamos enfermos y sin dinero los que decían ser nuestros amigos ya no están se fueron. Y miramos a nuestra mascota nuestro perrito, y decimos: con razón muchos dicen que el perro es el mejor amigo del hombre.
En estas circunstancias de la vida es cuando conocemos los que verdaderamente son nuestros amigos, por que el verdadero amigo es aquel que esta a nuestro lado cuando todos los demás se han ido.

Los amigos, tienen mucha influencia en nuestra vida, hay un viejo refrán que dice:
"Dime con quien andas y te diré quien eres" hoy podemos decir también dos frases que dirían: "dime con quien andas y te diré donde terminas" "dime quienes son tus amigos y te diré que te pasara en la vida"
La escritura nos lo dice así en 1ra Corintios 15,33 "No se engañen: Las malas compañías echan a perder las buenas costumbres ".
Un consejo:
A la hora de buscar y tener amigos, elijamos siempre a aquellas personas que sean Amigos de Dios, amigos de Cristo. Hay menos probabilidad de una traición y desengaño.
Quien ha encontrado un amigo ha encontrado un tesoro, dice una canción, En este día pidamos a Dios, la gracia de poder encontrar verdaderos amigos, que estén a nuestro lado tanto en los triunfos como también en los fracasos, en los momentos alegres y felices pero sobretodo que estén con nosotros en el sufrimiento dolor y en todo momento.

A todos los "Amigos en la fe", con Jesucristo seremos:

AMIGOS POR SIEMPRE.

lunes, julio 09, 2007

Tintin despues de 75 años

Spielberg y Jackson forman equipo para hacer 'Tintín'

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Sabian  que Steven Spielberg finalmente llevaría al cine las aventuras de uno de sus personajes favoritos: Tintín. Ahora la noticia confirma que el Rey Midas se asocia con Peter Jackson, para dirigir y producir tres películas sobre tan mítico personaje, y que serán filmadas en 3-D utilizando el método de captura de movimiento, labor de la que se encargará Weta, los mismos que hicieron maravillas en la famosa trilogía del anillo.

Tanto Spielberg como Jackson dirigirán al menos una de las tres películas, lo cual va dar lugar a una controversia que ya me veo venir, enfrentando a los respectivos defensores de ambos directores. Todavía no se sabe quién dirigirá el tercer film, y tampoco se sabe qué tres historias han elegido para adaptarlas. Desde luego, tienen dónde escoger, dado que sobre Tintin se publicaron 23 libros entre 1923 y 1976.


Tintín, el hijo de Hergé, será durante su larga trayectoria un ejemplo constante de lo que se esperaba de un católico. El joven reportero se muestra idealista, comprometido con los más débiles, en situaciones que guardan realidad con la actualidad de su momento. Pero, mostrando claramente una defensa de la persona ante las utopias que intentaron arrebatar en el siglo XX al hombre de las manos de Dios


En 1929 un joven adolescente, rubio con un mechón de pelo en la frente, partía como corresponsal del Le Vingtieme Siecle al país de los Soviets. Era la primera aventura del genial periodista, que a través de las viñetas dibujadas por Georges Remí "Herge" , mostraba la realidad de un mundo convulso y en pleno cambio. El antiguo boi-scout católico había conseguido el apoyo del director del periódico, Le Vingtieme Siecle , el sacerdote Norbert Wallez, quien le otorgará su confianza. En ese primer periodo aparecen Tintín en el país de los soviets ,Tintín en el Congo yTintín en América . Los tres resultan ser muy reivindicativos, el primero muestra la realidad negada por la intelectualidad de izquierdas de cómo era el paraíso comunista; en el segundo, la labor desarrollada por los misioneros belgas en su antigua colonia y el tercero, es una denuncia clara de la situación de marginalidad que sufren los indios en los Estados Unidos. Tintín, siempre se mostrará en todas sus aventuras, como un reportero subjetivo que esta al lado del más débil.

A partir de 1932, se publica Los cigarros del faraón , cuyos ejes son el tráfico de armas y de drogas, Hergé parece confirmar un mayor interés por la realidad, que alcanzará su apogeo en El loto azul , el cual sale dos años después. Este comic esta realizado en buena medida gracias a su amistad con el joven Tchang Tchong-Jen, estudiante de Bellas Artes en la Universidad católica de Lovaina. Quien le ayuda a documentarse fielmente, pero por cuya amistad, también critica y negativiza el imperialismo japonés.

En esta etapa de entreguerras, nos encontramos con un Tintín que señala los problemas del mundo, si antes ha apuntado al expansionismo nipón. En La oreja rota se verá representada la guerra entre Bolivia y Paraguay por turbios intereses petrolíferos; en La isla negra , la única ambientada en Gran Bretaña, se toma un respiro y habla sobre la falsificación de dinero. Pero en El cetro de Ottokar , la rivalidad entre Sildavia y Borduria, señala un apoyo a la neutralidad ante el expansionismo del III Reich. En aquel momento, Hergé es simpatizante del rexismo, movimiento corporativista católico surgido de las juventudes de Acción Católica, que se habían escindido del Partido Católico. Este era el único grupo que apoyaba la neutralidad defendida por el rey Leopoldo III.

Sin embargo, cuando dibuja Tintín en el país del oro negro , donde se habla de los problemas entre los colonos judíos y la población árabe de Palestina, se produce lo inevitable, la invasión alemana de Bélgica en mayo de 1940. La tercera etapa de Tintín, se produce con altibajos por la ocupación, el periódico Le Vingtième Siècle y su suplemento semanal Le Petit Vingtième desaparecen.

Pero en octubre de este mismo año, Hergé entra como redactor jefe del suplemento juvenil Soir Jeunesse , del periódico Le Soir , donde Tintín vuelve aparecer. En esta ocasión las aventuras son imaginativas y sin ninguna carga ideológica, como habían sido las anteriores. Aunque en La estrella misteriosa , se vislumbra la rivalidad entre Los Estados Unidos y el nuevo orden europeo. El cangrejo de las pinzas de oro ,La estrella misteriosa, El secreto del Unicornio, El tesoro de Rackham el Rojo y Las siete bolas de cristal , son fruto del trabajo de este momento.

Sin embargo, el final de la guerra causará un momento de desaparición de nuestro héroe. Hergé es detenido y será una víctima más, entre las cien mil encausadas por el revanchismo de una izquierda que incluso señalará al propio monarca de los belgas. En este momento será cuando reciba la ayuda de Raymond Leblanc, periodista próximo a la Resistencia, que fundará en 1946 la revista Tintín .

A partir de entonces, Tintín se convierte de nuevo en un reportero comprometido, y en sus siguientes aventuras, la lucha la mantiene contra una misteriosa potencia, cuyo presidente muestra un excesivo parecido con Josif Stalin. No obstante, incluso en un momento donde su anticomunismo beligerante se hace rentable, su catolicismo le obliga a hacer una crítica profunda de la carrera atómica, e incluso a mostrar una relativa semejanza entre las dos potencias mundiales que protagonizan la guerra fría (Sildavia-EEUU y Borduria-URSS). Serán hijos de este periodo Objetivo: La Luna, Aterrizaje en la Luna yEl asunto Tornasol .

Sin embargo, desde la aparición en 1958 de Stock de coque , donde habla con premeditación del tráfico de esclavos; y Tintín y los pícaros , en donde se hace eco de los fenómenos guerrilleros hispanoamericanos, pero mostrando la imposibilidad de que una victoria de aquellos populismos, pudiesen librar de la miseria a sus pueblos. A continuación, en Tintín en el Tibet yLas joyas de la Castafiore , las aventuras del joven reportero abandonan su trasfondo ideológico a favor de un intimismo hogareño, causado por la propia crisis personal del dibujante. Esta crisis le marcaré profundamente y por esta razón, Hergé ralentizará la aparición de su obra que culminará en 1968 con la aparición de Vuelo 714 para Sydney . Donde los malos y los buenos acaban por parecerse tanto, que incluso tienen oportunidad de cambiar de bando.

En definitiva, Tintín, el hijo de Hergé, será durante su larga trayectoria un ejemplo constante de lo que se esperaba de un católico. El joven reportero se muestra idealista, comprometido con los más débiles, en situaciones que guardan realidad con la actualidad de su momento. Pero, mostrando claramente una defensa de la persona ante las utopias que intentaron arrebatar en el siglo XX al hombre de las manos de Dios. En este sentido, Tintín es un adolescente con valores sólidos, que mira al futuro y que tiene actualidad en un momento en que los jóvenes católicos buscan puntos de referencia. Aunque en el plano del comic, Tintín, demostró, por voluntad de su creador, su compromiso con la verdad.

 

Fuentes  Comunicadores catolicos, Blog de Cine

 

Ernesto William Rojas D.
ewilliamrojasd@yahoo.es
http://hombredebarro.blogspot.com/

 

domingo, julio 08, 2007

MOTU PROPRIO "SUMMORUM PONTIFICUM"

Fuente : Vatican Information Service - Español

CIUDAD DEL VATICANO, 7 JUL 2007 (VIS).-Publicamos a continuación la traducción en castellano, no oficial, de la Carta Apostólica "Motu Proprio data", "Summorum Pontificum" de Benedicto XVI, sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970. El texto original está escrito en latín.

"Los sumos pontífices hasta nuestros días se preocuparon constantemente porque la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de "alabanza y gloria de Su nombre" y "del bien de toda su Santa Iglesia".

"Desde tiempo inmemorable, como también para el futuro, es necesario mantener el principio según el cual, "cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe". (1)

"Entre los pontífices que tuvieron esa preocupación resalta el nombre de San Gregorio Magno, que hizo todo lo posible para que a los nuevos pueblos de Europa se transmitiera tanto la fe católica como los tesoros del culto y de la cultura acumulados por los romanos en los siglos precedentes. Ordenó que fuera definida y conservada la forma de la sagrada Liturgia, relativa tanto al Sacrificio de la Misa como al Oficio Divino, en el modo en que se celebraba en la Urbe. Promovió con la máxima atención la difusión de los monjes y monjas que, actuando según la regla de San Benito, siempre junto al anuncio del Evangelio ejemplificaron con su vida la saludable máxima de la Regla: "Nada se anticipe a la obra de Dios" (cap.43). De esa forma la Sagrada Liturgia, celebrada según el uso romano, enriqueció no solamente la fe y la piedad, sino también la cultura de muchas poblaciones. Consta efectivamente que la liturgia latina de la Iglesia en sus varias formas, en todos los siglos de la era cristiana, ha impulsado en la vida espiritual a numerosos santos y ha reforzado a tantos pueblos en la virtud de la religión y ha fecundado su piedad".

"Muchos otros pontífices romanos, en el transcurso de los siglos, mostraron particular solicitud porque la sacra Liturgia manifestase de la forma más eficaz esta tarea: entre ellos destaca San Pío V, que sostenido de gran celo pastoral, tras la exhortación de Concilio de Trento, renovó todo el culto de la Iglesia, revisó la edición de los libros litúrgicos enmendados y "renovados según la norma de los Padres" y los dio en uso a la Iglesia Latina" .

"Entre los libros litúrgicos del Rito romano resalta el Misal Romano, que se desarrolló en la ciudad de Roma, y que, poco a poco, con el transcurso de los siglos, tomó formas que tienen gran semejanza con las vigentes en tiempos más recientes".

 

"Fue éste el objetivo que persiguieron los Pontífices Romanos en el curso de los siguientes siglos, asegurando la actualización o definiendo los ritos y libros litúrgicos, y después, al inicio de este siglo, emprendiendo una reforma general"(2). Así actuaron nuestros predecesores Clemente VIII, Urbano VIII, san Pío X (3), Benedicto XV, Pío XII y el beato Juan XXIII.

"En tiempos recientes, el Concilio Vaticano II expresó el deseo che la debida y respetuosa reverencia respecto al culto divino, se renovase de nuevo y se adaptase a las necesidades de nuestra época. Movido de este deseo, nuestro predecesor, el Sumo Pontífice Pablo VI, aprobó en 1970 para la Iglesia latina los libros litúrgicos reformados, y en parte, renovados. Éstos, traducidos a las diversas lenguas del mundo, fueron acogidos de buen grado por los obispos, sacerdotes y fieles. Juan Pablo II revisó la tercera edición típica del Misal Romano. Así los Pontífices Romanos han actuado "para que esta especie de edificio litúrgico (...) apareciese nuevamente esplendoroso por dignidad y armonía"(4).

"En algunas regiones, sin embargo, no pocos fieles adhirieron y siguen adhiriendo con mucho amor y afecto a las anteriores formas litúrgicas, que habían embebido tan profundamente su cultura y su espíritu, que el Sumo Pontífice Juan Pablo II, movido por la preocupación pastoral respecto a estos fieles, en el año 1984, con el indulto especial "Quattuor abhinc annos", emitido por la Congregación para el Culto Divino, concedió la facultad de usar el Misal Romano editado por el beato Juan XXIII en el año 1962; más tarde, en el año 1988, con la Carta Apostólica "Ecclesia Dei", dada en forma de Motu proprio, Juan Pablo II exhortó a los obispos a utilizar amplia y generosamente esta facultad a favor de todos los fieles que lo solicitasen"

"Después de la consideración por parte de nuestro predecesor Juan Pablo II de las insistentes peticiones de estos fieles, después de haber escuchado a los Padres Cardenales en el consistorio del 22 de marzo de 2006, tras haber reflexionado profundamente sobre cada uno de los aspectos de la cuestión, invocado al Espíritu Santo y contando con la ayuda de Dios, con las presentes Cartas Apostólicas establecemos lo siguiente:

Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la "Lex orandi" ("Ley de la oración"), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma "Lex orandi" y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la "Lex orandi" de la Iglesia no llevarán de forma alguna a una división de la "Lex credendi" ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.

Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia. Las condiciones para el uso de este misal establecidas en los documentos anteriores "Quattuor abhinc annis" y "Ecclesia Dei", se sustituirán como se establece a continuación:

Art. 2.- En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar sea el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 que el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita ningún permiso, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario.

 

Art. 3.- Las comunidades de los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, de derecho tanto pontificio como diocesano, que deseen celebrar la Santa Misa según la edición del Misal Romano promulgado en 1962 en la celebración conventual o "comunitaria" en sus oratorios propios, pueden hacerlo. Si una sola comunidad o un entero Instituto o Sociedad quiere llevar a cabo dichas celebraciones a menudo o habitualmente o permanentemente, la decisión compete a los Superiores mayores según las normas del derecho y según las reglas y los estatutos particulares.

Art 4.- A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos -observadas las normas del derecho- los fieles que lo pidan voluntariamente.

Art.5. §1.- En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Debe procurar que el bien de estos fieles se armonice con la atención pastoral ordinaria de la parroquia, bajo la guía del obispo como establece el can. 392 evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia.

§ 2.-La celebración según el Misal del beato Juan XXIII puede tener lugar en día ferial; los domingos y las festividades puede haber también una celebración de ese tipo.

§ 3.- El párroco permita también a los fieles y sacerdotes que lo soliciten la celebración en esta forma extraordinaria en circunstancias particulares, como matrimonios, exequias o celebraciones ocasionales, como por ejemplo las

peregrinaciones.

§ 4.- Los sacerdotes que utilicen el Misal del beato Juan XXIII deben ser idóneos y no tener ningún impedimento jurídico.

§ 5.- En las iglesias que no son parroquiales ni conventuales, es competencia del Rector conceder la licencia más arriba citada.

Art.6. En las misas celebradas con el pueblo según el Misal del Beato Juan XXIII, las lecturas pueden ser proclamadas también en la lengua vernácula, usando ediciones reconocidas por la Sede Apostólica.

Art.7. Si un grupo de fieles laicos, como los citados en el art. 5, §1, no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, informe al obispo diocesano. Se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".

Art. 8. El obispo, que desea responder a estas peticiones de los fieles laicos, pero que por diferentes causas no puede hacerlo, puede indicarlo a la Comisión "Ecclesia Dei" para que le aconseje y le ayude.

Art. 9. §1. El párroco, tras haber considerado todo atentamente, puede conceder la licencia para usar el ritual precedente en la administración de los sacramentos del Bautismo, del Matrimonio, de la Penitencia y de la Unción de Enfermos, si lo requiere el bien de las almas.

§2. A los ordinarios se concede la facultad de celebrar el sacramento de la Confirmación usando el precedente Pontifical Romano, siempre que lo requiera el bien de las almas.

§3. A los clérigos constituidos "in sacris" es lícito usar el Breviario Romano promulgado por el Beato Juan XXIII en 1962.

 

 

Art. 10. El ordinario del lugar, si lo considera oportuno, puede erigir una parroquia personal según la norma del canon 518 para las celebraciones con la forma antigua del rito romano, o nombrar un capellán, observadas las normas del derecho.

Art. 11. La Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", erigida por Juan Pablo II en 1988, sigue ejercitando su misión. Esta Comisión debe tener la forma, y cumplir las tareas y las normas que el Romano Pontífice quiera atribuirle.

Art. 12. La misma Comisión, además de las facultades de las que ya goza, ejercitará la autoridad de la Santa Sede vigilando sobre la observancia y aplicación de estas disposiciones.

Todo cuanto hemos establecido con estas Cartas Apostólicas en forma de Motu Proprio, ordenamos que se considere "establecido y decretado" y que se observe desde el 14 de septiembre de este año, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, pese a lo que pueda haber en contrario.

Dado en Roma, en San Pedro, el 7 de julio de 2007, tercer año de mi Pontificado.

NOTAS

(1) Ordinamento generale del Messale Romano 3ª ed. 2002, n.937

(2) JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899

(3) Ibid. JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899

(4) S. Pio X, Lett. ap. Motu propio data, Abhinc duos annos, 23 ottobre 1913: AAS 5 (1913), 449-450; cfr JUAN PABLO II lett. ap. Vicesimus quintus annus, n. 3: AAS 81 (1989), 899

(5) Cfr Ioannes Paulus II, Lett. ap. Motu proprio data Ecclesia Dei, 2 luglio 1988, 6: AAS 80 (1988), 1498

 

CARTA DEL PAPA A LOS OBISPOS SOBRE "SUMMORUM PONTIFICUM"

CIUDAD DEL VATICANO, 7 JUL 2007 (VIS).-Sigue la Carta de Benedicto XVI a los obispos de todo el mundo sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum publicada hoy:

"Queridos Hermanos en el Episcopado:

Con gran confianza y esperanza pongo en vuestras manos de Pastores el texto de una nueva Carta Apostólica "Motu Proprio data" sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970. El documento es fruto de largas reflexiones, múltiples consultas y de oración.

Noticias y juicios hechos sin información suficiente han creado no poca confusión. Se han dado reacciones muy divergentes, que van desde una aceptación con alegría a una oposición dura, a un proyecto cuyo contenido en realidad no se conocía.

A este documento se contraponían más directamente dos temores, que quisiera afrontar un poco más de cerca en esta carta.

 

 

En primer lugar existe el temor de que se menoscabe la Autoridad del Concilio Vaticano II y de que una de sus decisiones esenciales – la reforma litúrgica - se ponga en duda. Este temor es infundado. Al respecto, es necesario afirmar en primer lugar que el Misal, publicado por Pablo VI y reeditado después en dos ediciones sucesivas por Juan Pablo II, obviamente es y permanece la Forma normal - la Forma ordinaria - de la Liturgia Eucarística. La última redacción del Missale Romanum, anterior al Concilio, que fue publicada con la autoridad del Papa Juan XXIII en 1962 y utilizada durante el Concilio, podrá, en cambio, ser utilizada como Forma extraordinaria de la Celebración litúrgica. Non es apropiado hablar de estas dos redacciones del Misal Romano como si fueran "dos Ritos". Se trata, más bien, de un doble uso del mismo y único Rito.

Por lo que se refiere al uso del Misal de 1962, como Forma extraordinaria de la Liturgia de la Misa, quisiera llamar la atención sobre el hecho de que este Misal no ha sido nunca jurídicamente abrogado y, por consiguiente, en principio, ha quedado siempre permitido. En el momento de la introducción del nuevo Misal, no pareció necesario emitir normas propias para el posible uso del Misal anterior. Probablemente se supuso que se trataría de pocos casos singulares que podrían resolverse, caso por caso, en cada lugar. Después, en cambio, se demostró pronto que no pocos permanecían fuertemente ligados a este uso del Rito romano que, desde la infancia, se les había hecho familiar. Esto sucedió, sobre todo, en los Países en los que el movimiento litúrgico había dado a muchas personas una notable formación litúrgica y una profunda e íntima familiaridad con la Forma anterior de la Celebración litúrgica. Todos sabemos que, en el movimiento guiado por el Arzobispo Lefebvre, la fidelidad al Misal antiguo llegó a ser un signo distintivo externo; pero las razones de la ruptura que de aquí nacía se encontraban más en profundidad. Muchas personas que aceptaban claramente el carácter vinculante del Concilio Vaticano II y que eran fieles al Papa y a los Obispos, deseaban no obstante reencontrar la forma, querida para ellos, de la sagrada Liturgia.

Esto sucedió sobre todo porque en muchos lugares no se celebraba de una manera fiel a las prescripciones del nuevo Misal, sino que éste llegó a entenderse como una autorización e incluso como una obligación a la creatividad, la cual llevó a menudo a deformaciones de la Liturgia al límite de lo soportable. Hablo por experiencia porque he vivido también yo aquel periodo con todas sus expectativas y confusiones. Y he visto hasta qué punto han sido profundamente heridas por las deformaciones arbitrarias de la Liturgia personas que estaban totalmente radicadas en la fe de la Iglesia.

El Papa Juan Pablo II se vio por tanto obligado a ofrecer con el Motu Proprio "Ecclesia Dei" del 2 de julio de 1988, un cuadro normativo para el uso del Misal de 1962, pero que no contenía prescripciones detalladas sino que apelaba, en modo más general, a la generosidad de los Obispos respecto a las "justas aspiraciones" de aquellos fieles que pedían este uso del Rito romano. En aquel momento el Papa quería ayudar de este modo sobre todo a la Fraternidad San Pío X a reencontrar la plena unidad con el Sucesor de Pedro, intentando curar una herida que era sentida cada vez con más dolor. Por desgracia esta reconciliación hasta ahora non se ha logrado; sin embargo una serie de comunidades han utilizado con gratitud las posibilidades de este Motu Proprio. Permanece difícil, en cambio, la cuestión del uso del Misal de 1962 fuera de estos grupos, para los cuales faltaban normas jurídicas precisas, sobre todo porque a menudo los Obispos en estos casos temían que la autoridad del Concilio fuera puesta en duda. Enseguida después del Concilio Vaticano II se podía suponer que la petición del uso del Misal de 1962 se limitaría a la generación más anciana que había crecido con él, pero desde

 

 

entonces se ha visto claramente que también personas jóvenes descubren esta forma litúrgica, se sienten atraídos por ella y encuentran en la misma una forma, particularmente adecuada para ellos, de encuentro con el Misterio de la Santísima Eucaristía. Así ha surgido la necesidad de un reglamento jurídico más claro que, en tiempos del Motu Proprio de 1988 no era previsible; estas Normas pretenden también liberar a los Obispos de tener que valorar siempre de nuevo cómo responder a las diversas situaciones.

En segundo lugar, en las discusiones sobre el esperado Motu Proprio, se expresó el temor de que una más amplia posibilidad de uso del Misal de 1962 podría llevar a desórdenes e incluso a divisiones en las comunidades parroquiales. Tampoco este temor me parece realmente fundado. El uso del Misal antiguo presupone un cierto nivel de formación litúrgica y un acceso a la lengua latina; tanto uno como otro no se encuentran tan a menudo. Ya con estos presupuestos concretos se ve claramente que el nuevo Misal permanecerá, ciertamente, la Forma ordinaria del Rito Romano, no sólo por la normativa jurídica sino por la situación real en que se encuentran las comunidades de fieles.

Es verdad que no faltan exageraciones y algunas veces aspectos sociales indebidamente vinculados a la actitud de los fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina. Vuestra caridad y prudencia pastoral serán estímulo y guía para un perfeccionamiento.

Por lo demás, las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. La Comisión "Ecclesia Dei", en contacto con los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo. La garantía más segura para que el Misal de Pablo VI pueda unir a las comunidades parroquiales y sea amado por ellas consiste en celebrar con gran reverencia de acuerdo con las prescripciones; esto hace visible la riqueza espiritual y la profundidad teológica de este Misal.

De este modo he llegado a la razón positiva que me ha motivado a poner al día mediante este Motu Proprio el de 1988. Se trata de llegar a una reconciliación interna en el seno de la Iglesia. Mirando al pasado, a las divisiones que a lo largo de los siglos han desgarrado el Cuerpo de Cristo, se tiene continuamente la impresión de que en momentos críticos en los que la división estaba naciendo, no se ha hecho lo suficiente por parte de los responsables de la Iglesia para conservar o conquistar la reconciliación y la unidad; se tiene la impresión de que las omisiones de la Iglesia han tenido su parte de culpa en el hecho de que estas divisiones hayan podido consolidarse. Esta mirada al pasado nos impone hoy una obligación: hacer todos los esfuerzos para que a todos aquellos que tienen Verdaderamente el deseo de la unidad se les haga posible permanecer en esta unidad o reencontrarla de nuevo. Me viene a la mente una frase de la segunda carta a los Corintios donde Pablo escribe: "Corintios, os hemos hablado con toda franqueza; nuestro corazón se ha abierto de par en par. No está cerrado nuestro corazón para vosotros; los vuestros sí que lo están para nosotros.

Correspondednos; ... abríos también vosotros" (2 Cor 6,11-13). Pablo lo dice ciertamente en otro contexto, pero su invitación puede y debe tocarnos a nosotros, justamente en este tema. Abramos generosamente nuestro corazón y dejemos entrar todo a lo que la fe misma ofrece espacio.

 

 

No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores esa sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto. Obviamente para vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo.

En conclusión, queridos Hermanos, quiero de todo corazón subrayar que estas nuevas normas no disminuyen de ningún modo vuestra autoridad y responsabilidad ni sobre la liturgia, ni sobre la pastoral de vuestros fieles. Cada Obispo, en efecto es el moderador de la liturgia en la propia diócesis (cfr. Sacrosancutm Concilium, n. 22: "Sacrae Liturgiae moderatio ab Ecclessiae auctoritate unice pendet quae quidem est apud Apostolicam Sedem et, ad normam iuris, apud Episcoporum").

Por tanto, no se quita nada a la autoridad del Obispo cuyo papel será siempre el de vigilar para que todo se desarrolle con paz y serenidad. Si surgiera algún problema que el párroco no pueda resolver, el Ordinario local podrá siempre intervenir, pero en total armonía con cuanto establecido por las nuevas normas del Motu Proprio.

Además os invito, queridos Hermanos, a escribir a la Santa Sede un informe sobre vuestras experiencias tres años después de que entre en vigor este Motu Proprio. Si vinieran a la luz dificultades serias se buscarían vías para encontrar el remedio.

Queridos Hermanos, con ánimo agradecido y confiado, confío a vuestro corazón de Pastores estas páginas y las normas del Motu Prorpio. Recordemos siempre las palabras que el Apóstol Pablo dirigió a los presbíteros de Efeso "Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio Hijo" (Hechos 20,28).

Confío a la potente intercesión de María, Madre de la Iglesia, estas nuevas normas e imparto de corazón mi Bendición Apostólica a Vosotros, queridos Hermanos, a los párrocos de vuestras diócesis y a todos los sacerdotes, vuestros colaboradores, así como a todos vuestros fieles.

Dado en San Pedro, el 7 de Julio 2007".

 

NOTA INFORMATIVA SOBRE MOTU PROPIO SUMMORUM PONTIFICUM

CIUDAD DEL VATICANO, 7 JUL 2007 (VIS).-La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha emitido hoy una nota informativa sobre el Motu Proprio "Summorum Pontificum", de la que reproducimos los párrafos más significativos.

"El Motu Proprio "Summorum Pontificum" establece nuevas reglas sobre el uso de la

 

 

 

liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970. Los motivos de esa disposición están claramente explicados en la Carta del Santo Padre a los obispos, que acompaña al Motu Proprio. (Los dos documentos se han enviado a todos los presidentes de las Conferencias Episcopales y a todos los nuncios que los han transmitido a su vez a todos los obispos).

"La disposición fundamental es la siguiente: la liturgia romana tendrá dos formas ("usus"):

a) la forma ordinaria: es la que sigue la reforma litúrgica del Papa Pablo VI en el año 1970, como se encuentra en los libros litúrgicos entonces promulgados; hay una edición oficial en lengua latina, que puede utilizarse siempre y en todo lugar y traducciones en diversas lenguas vernáculas, editadas por las respectivas conferencias episcopales.

b) la forma extraordinaria: es la celebrada según los libros litúrgicos editados por el Beato Papa Juan XXIII en 1962".

En el apartado 8 de la nota informativa se lee que "el obispo del lugar puede erigir una parroquia personal siempre que haya un número bastante consistente de fieles que quieran seguir la liturgia anterior. Convendría que el número de fieles fuera consistente, aunque no comparable al de las otras parroquias".

La nota explica también algunas de las características del Misal de 1962:

"Es un misal en lengua latina "plenario" o "integral", que contiene también las lecturas de las celebraciones (no es distinto del "Leccionario", como el misal sucesivo de 1970). Contiene solo una oración eucarística, el "canon Romano" (que corresponde a la oración eucarística I del Misal sucesivo, que prevé en cambio la elección entre varias oraciones eucarísticas).

Diversas oraciones (también gran parte del Canon) se rezan en voz baja por el sacerdote, de forma no audible para el pueblo.

Entre las otras diversidades se puede recordar la lectura del principio del Evangelio de San Juan al final de la Misa. El Misal de 1962 no prevé la concelebración. No dice nada sobre la orientación del altar y del celebrante (hacia el pueblo o no). La carta del Papa prevé la posibilidad de enriquecimientos futuros del Misal de 1962 (inclusión de nuevos santos y prefacios).

Explica el Papa Benedicto XVI

LIBERACIÓN DE RITO TRIDENTINO NO AFECTA UNIDAD DE LA IGLESIA, AUTORIDAD DE

LOS OBISPOS, ACEPTACIÓN DEL CONCILIO

 

VATICANO, 07 Jul. 07 / 05:54 am (ACI).- En una carta explicativa de los motivos de la decisión de publicar la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa Benedicto XVI, señaló que la indulgencia que a partir del 14 de septiembre permitirá la libre celebración de la Misa de rito tridentino, no debe afectar ni la unidad de la Iglesia, ni la autoridad de los Obispos, ni la plena validez del Concilio Vaticano II.

 

 

 

Al explicar el motivo de su Carta, el Santo Padre señala que "noticias de prensa y juicios hechos sin suficiente información han creado no poca confusión". Al respecto, el Papa señala que existen dos temores que quiere clarificar.

El primero es que su Carta Apostólica "reduce la autoridad del Concilio Vaticano Segundo, una de cuyas esenciales decisiones -la reforma litúrgica- es puesta en cuestión".

"Este temor es infundado", responde el Pontífice; y explica que el Misal de rito tridentino, publicado nuevamente en 1962 bajo la autoridad del Papa Juan XXIII, fue el mismo que se utilizó durante el Concilio, podrá ahora ser celebrado con mayor libertad.

"No es apropiado hablar de estas dos versiones del Misal Romano como si fueran "dos ritos. Más bien, es asunto de dos usos de un rito que es uno y el mismo".

En la carta, el Pontífice también explica que el Misal de 1962 nunca fue abrogado; y que muchos fieles "permanecieron fuertemente adheridos a este uso del Rito Romano, que les ha sido familiar desde la niñez".

El problema Lefebvre

La carta aborda luego el problema del obispo cismático francés Marcel Lefebvre, para quien "la fidelidad al viejo Misal se convirtió en un signo externo de identidad".

Benedicto XVI aclara sin embargo que los motivos del cisma lefebvrista estaban "a un nivel más profundo"; y por este motivo la Sociedad de San Pío X fundada por el Obispo que falleció excomulgado en 1991, no debe asociarse a aquellas personas que "claramente aceptan el carácter vinculante del Concilio Vaticano Segundo, y han sido fieles al Papa y a los Obispos; pero que, sin embargo, deseaban recuperar la forma de la Sagrada liturgia que les era tan querida".

El Pontífice explica que la intención principal de Juan Pablo II con la publicación del Motu Proprio "Ecclesia Dei" fue la de "ayudar a la sociedad de San Pío X a recuperar la plena unidad con el Sucesor de Pedro, y pensó poder sanar una herida experimentada de modo cada vez más doloroso". "Desafortunadamente esta reconciliación aún no ha tenido lugar", agrega el Santo Padre.

El Pontífice expresa también el hecho que "ha quedado claramente demostrado que personas jóvenes han descubierto esta forma litúrgica, han sentido su atracción y han encontrado en ella una forma de encuentro con el misterio de la Santísima Eucaristía".

Ante la realidad del creciente interés por la Misa tridentina, el Papa señala que las normas expuestas en el Motu Proprio "están también dirigidas a liberar a los Obispos de tener que evaluar constantemente cómo deben responder ante las diversas situaciones".

El temor a las divisiones (CISMA)

El Papa señala que el segundo temor es que el retorno al uso del Misal de 1962 "llevaría al desorden e incluso a divisiones en las comunidades parroquiales". Pero "este temor me resulta completamente infundado", dice el Pontífice; y explica que el uso del antiguo Misal presupone una cierta formación litúrgica y un cierto conocimiento del latín, "ninguno de los cuales se encuentra con frecuencia".

Y aunque reconoce que han habido conflictos y "exageraciones" suscitadas por quienes prefieren el antiguo Misal, "vuestra caridad y prudencia pastoral será un incentivo y una guía para mejorar estas relaciones"; dice el Papa, quien predice que la celebración de ambas formas del Rito Latino, "puede ser mutuamente

 

 

enriquecedor", pues por un lado nuevos santos y fórmulas pueden ser agregados al viejo Misal; mientras que el Misal de Pablo VI puede ser celebrado aún con mayor reverencia, podrá mostrar "más poderosamente…la sacralidad que atrae a muchas personas al antiguo uso".

A este respecto, el Pontífice lanza un enérgico llamado a trabajar todos por la unidad al interior de la Iglesia, especialmente si la relación entre las dos formas de celebrar el Rito romano son vistas en términos "de crecimiento y progreso, no de ruptura".

Autoridad Episcopal

"En conclusión, queridos hermanos, quiero subrayar claramente que estas nuevas normas de ninguna manera disminuyen vuestra autoridad y responsabilidad, ya sea para la liturgia o para el cuidado pastoral de sus fieles", dice Benedicto XVI.

"Nada es quitado, por tanto, de la autoridad del Obispo", cuyo papel sigue siendo el de "permanecer vigilante de que todo sea llevado a cabo en paz y serenidad".

El Santo Padre pide además a cada Obispo enviar a la Santa Sede un informe de la propia experiencia tres años después de entrar en funciones el Motu Proprio.

"Si dificultades verdaderamente serias salen a la luz, se pueden pensar en medios para remediarlas", concluye el Pontífice.

Lea el Motu Proprio Summorum Pontificum en español.

Lea el Motu Proprio Summorum Pontificum en latín.

 

Motu Proprio "Summorum Pontificum"

EL PAPA ESTABLECE PLENO RETORNO DE MISA TRIDENTINA A PARTIR DEL 14 DE SEPTIEMBRE

VATICANO, 07 Jul. 07 / 05:50 am (ACI).- Mediante la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa Benedicto XVI establece la plena liberación para el uso del Misal de San Pío V, con el que se celebra la Misa "tridentina", a partir del 14 de septiembre, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

En el documento, el Pontífice hace un breve recorrido de la historia de la Liturgia Latina hasta llegar a la gran compilación y unificación litúrgica el Papa San Pío V, cuyo Misal rigió durante siglos la Iglesia de Rito Latino, el mismo que fue reeditado por el Beato Juan XXIII en 1962.

El Papa explica luego que, pese al "Nuevo Ordinario" aprobado por el Papa Pablo VI en 1970, "un número no pequeño de fieles han estado y permanecen adheridos con tan gran amor y afecto a las formas litúrgicas previas, y han imbuido profundamente su cultura y espíritu", que el Papa Juan Pablo II publicó dos documentos extendiendo el uso del Misal tridentino: el indulto especial titulado Quattuor abhinc annos, y el Motu Proprio Ecclesia Dei.

Sin embargo, el Santo Padre señala que pese a estas reformas, "los insistentes pedidos de estos fieles a nuestro Predecesor Juan Pablo II, habiendo escuchado también a los Padres del Consistorio de Cardenales realizado el 23 de marzo de 2006, habiendo sopesado todos los elementos, invocado el Espíritu Santo y poniendo nuestra confianza en el auxilio de Dios", decide establecer 12 nuevos artículos que reemplazan las normas de los dos anteriores documentos.

Los artículos establecen:

 

  1. El Misal Romano de Pablo VI es "la expresión ordinaria" de la Misa; mientras que el Misal Romano promulgado por San Pío V queda "como la expresión extraordinaria". Estas dos expresiones "de ninguna manera llevan a una división en la ley de la oración (lex orandi) de la Iglesia".

2. Cualquier sacerdote de Rito Latino puede usar el Misal Romano antiguo cualquier día excepto durante el Triduo Pascual.

3. Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica pueden usar el Misal anterior en una celebración conventual o comunitaria en sus propios oratorios, siempre en conformidad con sus estatutos.

4. Los laicos pueden ser admitidos a la Santa Misa mencionada en el artículo dos.

5. En cinco acápites se establece el derecho de laicos a contar con la Misa tridentina en sus parroquias durante los días de semana, y una sola los Domingos y días de fiesta; y el derecho a celebraciones tridentinas para matrimonios o funerales.

6. En las Misas tridentinas, las lecturas pueden ser proclamadas en lengua vernácula.

7. Los laicos que no obtienen el permiso parroquial, pueden apelar al Obispo y, en última instancia, a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.

8. El mismo derecho de recurrir a la Pontificia Comisión tiene el Obispo que "por diversas razones se ve impedido" de aplicar las reformas.

9. También pueden celebrarse según el rito tridentino los sacramentos del Bautismo, Matrimonio, Penitencia, la Unción de los Enfermos y la Confirmación; mientras que los sacerdotes pueden usar el Breviario Romano de 1962.

10. Un Obispo puede erigir una parroquia personal para las celebraciones del antiguo Rito Romano.

11. La Pontificia Comisión Ecclesia Dei "debe tener la forma, tareas y normas de acción que el Romano Pontífice desee asignarle".

12. La misma Comisión ejercerá la autoridad para mantener la vigilancia sobre la observancia y aplicación de estas disposiciones.

Todo lo decretado "ordenamos que sea firmado y ratificado para ser observado a partir del 14 de septiembre de este año, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz", concluye el Papa.

SANTA SEDE EXPLICA MOTU PROPIO Y PRESENTA CARACTERÍSTICAS DEL MISAL DE 1962

 

 

VATICANO, 07 Jul. 07 / 09:57 am (ACI).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió hoy una nota informativa sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum, en la que precisa algunos alcances de este documento y explica varias características del Misal aprobado por el Papa Juan XXIII en 1962.

La nota señala que el Motu Proprio establece nuevas reglas sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970 precisando que "la disposición fundamental es la siguiente: la liturgia romana tendrá dos formas ("usus"):

  1. la forma ordinaria: es la que sigue la reforma litúrgica del Papa Pablo VI en el año 1970, como se encuentra en los libros litúrgicos entonces promulgados; hay una edición oficial en lengua latina, que puede utilizarse siempre y en todo lugar y traducciones en diversas lenguas vernáculas, editadas por las respectivas conferencias episcopales.

 

 

b) la forma extraordinaria: es la celebrada según los libros litúrgicos editados por el Beato Papa Juan XXIII en 1962".

Más adelante indica que "el obispo del lugar puede erigir una parroquia personal siempre que haya un número bastante consistente de fieles que quieran seguir la liturgia anterior. Convendría que el número de fieles fuera consistente, aunque no comparable al de las otras parroquias".

Misal de 1962

La nota de la Sala Stampa explica también algunas de las características del Misal de 1962. Recuerda, entre otras cosas, que es un misal en lengua latina "plenario" o "integral", que contiene también las lecturas de las celebraciones (no es distinto del 'Leccionario', como el Misal sucesivo de 1970).

Asimismo señala que contiene solo una oración eucarística, el "canon Romano" (que corresponde a la oración eucarística I del Misal sucesivo, que prevé en cambio la elección entre varias oraciones eucarísticas).

También indica que diversas oraciones (también gran parte del Canon) se rezan en voz baja por el sacerdote, de forma no audible para el pueblo.

Entre las otras diversidades se puede recordar la lectura del principio del Evangelio de San Juan al final de la Misa.

Señala que el Misal de 1962 no prevé la concelebración y que no dice nada sobre la orientación del altar y del celebrante (hacia el pueblo o no).

Por último, indica que la carta del Papa prevé la posibilidad de enriquecimientos futuros del Misal de 1962 (inclusión de nuevos santos y prefacios).

 

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