Partes de la misa
RITOS INICIALES
Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la eucaristía
PROCESIÓN DE ENTRADA
Llegamos al templo y nos disponemos para celebrar el misterio más grande de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría
SALUDO INICIAL
Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la asamblea
ACTO PENITENCIAL
Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas
GLORIA
Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él
Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad
Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando
En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas
Meditamos rezando o cantando un salmo
En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles
El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: "Gloria a ti, Señor Jesús"
El celebrante nos explica la Palabra de Dios
Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.
Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos
Tiene tres partes:
Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas
Es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo
El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús
El sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús
Aclamamos el misterio central de nuestra fe
Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros
El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén"
Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó
Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe
Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión
Recibimos la bendición del sacerdote
Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones