sábado, febrero 09, 2008

Eduardo Bonnín Aguiló al encuentro el Padre

Eduardo Bonnín Aguiló, Fundador del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, ha ido al encuentro del Padre. Hoy día 6 a las 16h, Eduardo ha fallecido sabiendo que Dios le ama, creyendo en la resurrección y como siempre contento, aunque no satisfecho.

Fiel al Evangelio de Cristo, abierto a la realidad del mundo y atento a las personas de su entorno durante toda su vida, ha dejado un legado de amistad con Dios y con los hombres a través de los Cursillos de Cristiandad.
 
Eduardo Bonnin, 1997 Eduardo Bonnín
Su familia, su educación, su ambiente.   Como llegó al Cursillo de los jefes de peregrinos.

     Eduardo Bonnín Aguiló: un nombre inevitable en la historia del Movimiento, uno de los seglares que más se comprometió, desde sus comienzos, y que es todavía activo en Mallorca, igual que Don Gayá, en Madrid. Nació el 4 de Mayo de 1917 en una familia de comerciantes que exportaba granos y frutas secas. Eduardo hizo sus estudios donde los Augustinianos y en el colegio La Salle de Palma, pero sobre todo con profesores que sus padres contrataban a domicilio a fin de asegurar a los hijos una enseñanza en todo conforme a la Iglesia. Los esposos Bonnín quisieron así impedir que sus hijos fueran víctimas de la discriminación que reinaba todavía en Mallorca en esta época. Discriminación que se ejercía contra todos los que llevaban un apellido descendiente de los judíos convertidos al catolicismo y que debían vivir en ghetto y casarse entre ellos.

     Eduardo fue educado, pues, en un ambiente de fe católica profunda pero en un ambiente cerrado, no teniendo otros contactos que los de su familia con el comercio y los ambientes rurales de la isla. Los que lo conocieron, en esta época, lo describen como un jóven adolescente de una gran preocupación cultural y religiosa, brillante en sus relaciones con los demás a pesar de una aparente timidez, y de un sentido muy desarrollado del humor.

     En 1937, Eduardo tuvo una experiencia determinante en su vida: el servicio militar obligatorio. (Su vida militar se prolongará durante nueve años, hasta el 1946).  En el ejército, Bonnín hacía contacto con todas las clases sociales y la realidad más auténtica de la juventud masculina de su tiempo. Eduardo llegó a la conclusión que el tipo normal que frecuentaba en el cuartel, aún cuando vivía en un ambiente no sólo descristianizado sino hasta hostil a la religión, conservaba sin embargo intacta una serie de valores evangélicos (como por ejemplo, el rechazo de la mentira y de la hipocresía, la alegría sin máscara, la abertura a todas las clases, el sentido de la amistad, etc.).

     Un día, el presidente de la AC de los Jóvenes en Mallorca, el arquitecto José Ferragut, buscando personas influyentes, descubrió a Eduardo. Desde el primer contacto, sintonizaron por completo en sus inquietudes. Ferragut alcanzó a convencer a Bonnín para que asistiera al segundo cursillo de jefes de peregrinos que dirigentes nacionales de la AC iban a dar en Mallorca durante la semana santa de 1943. Eduardo tiene 26 ans. Ferragut se esmeró en aprovechar bien la ocasión preveniendo el equipo de los profesores para que diera a Eduardo un tratamiento especial.

     Este cursillo duraba una semana entera y empezaba por un retiro, en silencio. Durante la semana, el sacerdote animador se contentaba en dar cinco charlas sobre el mismo tema, o sea la gracia (pues, recuerden que querían formar jóvenes en estado de gracia para Compostela); el Padre hacía una meditación cada mañana, y dispensaba los sacramentos. Un seglar, nombrado irónicamente rector (como si los jóvenes fueran en la universidad), dirigía el programa así como un equipo de colaboradores (llamados profesores) que trataban, entre otros, los themas siguientes: la piedad, el estudio, la acción. Lo que volverá a llamarse el  trípode.

     Fuera del retiro del principio, todo se desarrollaba en un clima de comunicación donde los intercambios, lejos de estar prohibidos, constituían en gran parte la eficacia de la sesión. Se promovían mucho les cantos  religiosos o folklóricos, para expresar el ambiente que se quería dar a la peregrinación. Se distribuían a los participantes en grupos de diez, y cada grupo debía designarse un presidente y un secretario. En la noche, se presentaba al grupo un "diario mural" que resumía el día. Bonnín vivió intensamente esta sesión que iba a provocar un viraje histórico no sólo para él sino también para el porvenir de nuestro Movimiento.

El método toma forma
Nuevo objetivo: cambiar los ambientes.
Un método, un esquema de tres días, a partir del estudio de los ambientes, ideado por Bonnín.

     En este mismo año (1943), el Consejo diocesano de AC, fuertemente impresionado por este cursillo, se puso a soñar con una sesión parecida que podría dinamizar a los cristianos no sólo para una eventual peregrinación sino para cambiar la vida ordinaria de los ambientes. Este es el objetivo de todas las ramas de la AC: cristianizar los ambientes con la gente del mismo ambiente. De esta inquietud surgió el esquema "estudio de los ambientes" que Bonnín escribió y presentó en público por primera vez en el seminario de Mallorca, invitado por el mismo Rector. Cuando dió su segundo cursillo de jefes de peregrinos, Bonnín logró que aceptaran su esquema para incorporarlo en la sesión donde él fue elegido como uno de los profesores. Este esquema estudio de los ambientes contiene, en síntesis, todo lo que volverá a ser el Movimiento de Cursillos de Cristiandad. 

 

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Casa donde se dió un
cursillo experimental,
en  Cala Figuera,
Mallorca, España
.

     Una sesión experimental del nuevo cursillo tuvo lugar en Agosto de 1944, en Cala Figuera, en la isla  Mallorca. El asesor espiritual era Don Juan Juliá, el rector, Eduardo por supuesto, y los profesores, Jaime Riutort y José Ferragut, el mismo que había apadrinado a Eduardo. Se preparó un esquema de 3 días.
    

     Era ya un auténtico cursillo, aún cuando los dirigentes de AC creían que se trataba sencillamente  de un condensado de los cursillos de jefes de peregrinos. Felices con el éxito de la experiencia, se decidió repetirla y es por eso que, cada año hasta el 1948, alternaron sobre la isla los verdaderos cursillos de peregrinos de una semana y el cursillo con la nueva fómula de tres días.

100,000 jóvenes a Compostela
Por fin la peregrinación:   fue un total éxito.
A partir del 1949, varios Cursillos al año.

     En Agosto del 1948, tuvo lugar, por fin, la famosa peregrinación, preparada desde hacía años, de los "cien mil jóvenes en estado de gracia" a Compostela. El fervor engendrado por los cursillos de peregrinos permitió a Mallorca mandar una fuerte delegación de más de 600 jóvenes. Levaban con ellos un librito titulado: "GUIA del PEREGRINO", que no contenía nada sobre Compostela sino más bien oraciones cortas, ya utilizadas durante su cursillo, y redactadas en un estilo sorprendentemente directo, totalmente al opuesto de la delicadeza amanerada que caracterizaba los libros de piedad de esta época.

     Se reunieron más de 70,000 hombres y jóvenes de toda Europa y aún de América latina, el 28 de Agosto. En la noche, el Papa Pio XII les dirigió la palabra, por la radio. Luego, se rezó el rosario en preparación a la misa de medianoche, celebrada al aire libre. Después, todas la iglesias permanecieron abiertas para acoger a los peregrinos que deseaban pasar la noche durmiendo en las bancas. El último acto de la peregrinación fue la misa pontificia celebrada el 29, por el cardenal primado de España. La mayoría de los fundadores del MCC ¡estaban presentes!

     Después de la peregrinación, el recibimiento de los  600 jóvenes fue triunfal: 50,000 personas esperaban la llegada del barco en el puerto. La multitud caminó hasta la plaza de la Alcadía y Don Gayá, en su calidad de asesor diocesano de AC, subió al balcón para lanzar a los jóvenes otro desafío: "Fuimos a Santiago para hacernos santos, ¿y ahora qué?" Aquel año se abandonará el gota a gota de un cursillo al año, para realizar varios cada mes a partir de Enero de 1949.

   Aquí se debe mencionar la llegada de otro pilar del Movimiento en la persona de Don Juan Capó Bosh. Regresaba de Roma después de conseguir sus títulos  en teología en la Universidad Gregoriana. Fue precisamente él quien iba a dirigir el retiro del cursillo de Enero de 1949, que se llamaría luego el primer Cursillo, aún cuando en realidad era el sexto.

De donde viene el Trípode, piedad, estudio, acción? De una consigna del Papa Pie XI  a la Acción Católica italiana y que se había vuelto muy popular.
 
 Testimonio de Don Capó, otro pilar del Movimiento Un cursillo mejor estructurado en sus rollos y meditaciones.      "Este Cursillo número UNO era la realización de unos afanes, de unas ansias, de unos modos de ser y de actuar. Fue algo posible en el clima pastoral y apostólico de aquellos momentos".      Luego, preguntándose cual era la novedad de estos nuevos cursillos (ya que los "cursillos de peregrinos" también eran "cursillos"), Don Capó contesta:      "Los cursillos anteriores tenían una temática uniforme, aunque sus especificaciones estaban al albedrio de cada responsable. "Ideal" fue introducido cuando en la Escuela se fueron analizando los Cursillos. De los cinco rollos sobre la gracia, quedaron solamente dos: la gracia y los obstáculos a la gracia. Durante mucho tiempo, "sacramentos" resultó un rollo intrascendente. Aunque parezca mentira, lo daba un seminarista que solía acudir a todos los cursillos, y se reducía a una explicación de lo que era cada sacramento, con exclusivas referencias a su materia, su forma y sus condiciones de validez para una recepción fructuosa. Acerca de las meditaciones, se dejó al principio una libertad de uso e improvisación. Por lo que se refiere a la primera meditación, los ejemplos estaban abundantemente sacados de las obras de Tihamer Thot. Se intentaba sencillamente no aburrir y hacer pensar que el momento podía ser decisivo en su vida. De la mención incidental de un ejemplo tomó cuerpo el tema de la "película de la vida". En la del "hijo pródigo", la primera redacción se completaba con una consideración de Getsemani, para dar la conciencia de que somos actores personalmente conocidos en la pasión y el dolor de Cristo. "Las tres miradas", conoció una trayectoria más azarosa. No siempre se entendió perfectamente su pensamiento. No se trata tanto de describir la mirada de Cristo cuanto de sentirse mirados. Era un medio para una instrospección" (pág. 29).
 
Cambio de nombre
"Cursillos de conquista",
 luego, en 1953, "Cursillos de Cristiandad". 
Unicamente en francés: Cursillos.

    

Haciendo historia, es bueno hablar del cambio de nombre de nuestro Movimiento. En Enero de 1949, los Cursillos perdieron su apellido. Hasta entonces se les había llamado "cursillos de jefes de peregrinos", pero a partir del momento en que la peregrinación a Santiago fue cosa del pasado, y que seguían dándose cursillos, ¿cómo llamarlos? Ya que el objetivo de estas nuevas sesiones era conquistar a los jóvenes para Cristo, se empezó a llamarlos "Cursillos de conquista". Nombre que durará hasta Marzo de 1953, es decir hasta el  Cursillo # 33. Hasta entonces, la mayoría de los candidatos se inscribían en la AC de los jóvenes y, por consiguiente, su postcursillo consistía en participar en las actividades de AC.

     Ahora bien, en el Cursillo # 34, se admitieron varios candidatos que no estaban interesados por la AC. Hubo que pensar en la organización de un postcursillo para ellos. Se observaba entonces un principio sacado del episodio de la resurrección de Lázaro: "Suéltenlo  y déjenlo ir".

     En Junio de 1953, la revista PROA publicó ciertas reservas acerca del nuevo nombre dado al Movimiento: "Cursillos de conquista". Algunos meses después, el 20 de Diciembre, durante una asamblea, Mons. Hervás, espontáneamente, daba gracias a Dios por los Cursillos "de Cristiandad", palabra que usaba mucho en ese entonces el Papa Pio XII. Acababa de rebautizar el Movimiento y este es el nombre que conserva hasta ahora.

 

 La reunión de grupo

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Como la reunión de grupo nació a partir de una necesidad y de una intuición de Eduardo.

     Para todos los que estudiaron algo en la historia del MCC, es evidente que el Movimiento nació de un grupo. Fue el grupo que engendró al Movimiento y no el Movimiento que creó a los grupos. Hasta 1949, los participantes a los cursillos conservaban entre ellos, después de su experiencia, contactos amigables, frecuentes e intensos, que no estaban sometidos a ninguna especie de estructura. Y para Eduardo, eso era lo esencial del postcursillo.

     Desde Enero de 1949, la aceleración histórica de los cursillos exigió de los fundadores reflexionar sobre un nuevo modo de postcursillo para los candidatos que no entraban en la AC. Se elaboró poco a poco el método de la reunión de grupo a partir de un hecho más bien ordinario. Cierto Lunes, Eduardo se encontraba en uno de los cafés de la Plaza Mayor de Palma y escuchaba a los jóvenes que lo rodeaban. Todos contaban con mucho entusiasmo su fin de semana, las aventuras que habían tenido con muchachas..."que no eran precisamente sus hermanas", agregaba Eduardo  maliciosamente. Esa fue la chispa que le impuso a realizar con sus compañeros, un intercambio igual, espontáneo y entusiasta, pero sobre cosas más serias.  Así empezó la experiencia de la reunión de grupo: un compartir semanal entre amigos, sobre sus contactos con Dios, sus búsqueda espiritual y su actividad  apostólica.

     No sin problemas se implantó este nuevo método. Se temía favorecer una dirección espiritual colectiva en detrimento de la dirección individual de un sacerdote que privilegiaba la AC. Sin embargo, si Eduardo defendía los grupos a toda costa, era porque estaba convencido, y como él, Don Gayá, de que el compartir la amistad en grupos era una necesidad vital del ser cristiano. Al final del 1949, la asamblea anual incorporaba la reunión de grupo como elemento específico y esencial del método de Cursillos.

  La Ultreya

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Como se creó después la Ultreya  para fraternizar fuera de los grupos, despertarse a la realidad Iglesia y sostenerse.      Cuando los cursillistas integraban todos la AC, no había problema para que perseveraran ya que estaban inmediatamente enmarcados por la Escuela de Dirigentes y las reuniones semanales. Pero abriendo el Movimiento a todo público, era evidente que las reuniones de grupo no iban, ellas solas, a responder a las exigencias de los cursillistas que quieren fraternizar con todos y no solamente con algunos. Además, para despertar a la gente a la realidad Iglesia, la reunión de grupo ne bastaba; al contrario, se corría el riesgo de crear un guetto. Vino entonces la idea de establecer un encuentro semanal abierto a todos los cursillistas, independientemente de sus grupos, cuya finalidad sería parecida a los encuentros que habían vivido el año anterior los peregrinos de Compostela. O sea, un encuentro para darse mútuamente ánimo y para compartir la alegría de saberse unidos en el mismo caminar.

     He ahí el porqué se dió a estas reuniones el nombre de "Ultreya", palabra antigua que usaban los peregrinos de Santiago cuando se encontraban entre ellos para saludarse y animarse a lo largo del trayecto. Esta palabra, posiblemente derivada del latín ultra, significa "adelante", y la AC bautizó así uno de sus boletines. Pero no fue sino en 1953 que la palabra Ultreya será atribuida a un tipo de reunión.

Escuela de formación

une réunion de groupe d'experts et d'animateurs.

La Escuela de profesores. Alrededor de Eduardo, se elaboran los documentos de base.

    La Escuela, que había dado nacimiento al Movimiento, llevó primero el nombre de Escuela de  profesores (se recordará que los rollistas, al principio, llevaban este nombre) para suceder a la Escuela de Dirigentes de la AC. Durante varios años, el acceso a esta Escuela estabe reservado exclusivamente a los que el Consejo diocesano quisiera admitir. ? El clima de la época, y menos todavía el de la Iglesia, no era de los más democráticos. ? Sin embargo, la idea original era de hacer es esta Escuela un lugar de encuentro, de coordinación y de reflexión entre las personas que tenían o querían tener cierto liderazgo en el Movimiento. En práctica, durante largos años, la Escuela de profesores se contentó con ser un lugar de repetición para rollistas. Era verdaderamente reducirla al mínimo.

     Eduardo terminó por aceptar este tipo de Escuela, porque, en ese momento, la Ultreya, mucho más espontánea, estaba ya en camino. Acariciaba la secreta esperanza de poder, un día, modificar la Escuela misma. Para alcanzar su objetivo, multiplicaba lo más posible, las pequeñas reuniones de reflexión sobre el Movimiento, entre las personas más influyentes. Las reunía de modo informal en su oficina, casi a diario. Los documentos elaborados por este grupo de buscadores tuvieron una influencia preponderante  y conservan aún su vigencia. Los autores de estos textos bien sabían que tenían que someter sus escritos a los ojos vigilantes de Don Capó. Pero las severas exigencias del asesor los obligaban a volver a trabajar sobre sus textos a fin de presentar mejores composiciones que, al final, eran aceptadas como documentos de base en la Escuela de profesores. Es de este grupo de reflexión que salieron los principales textos de la literatura cursillista, y aún parte de lo que servirá de esquema al libro de las IFMCC.

 

Subida al Calvario Una historia triste: el Movimiento fuera de la ley (1956 a 1962).  Hermosa réplica de Mons. Hervás: un texto fundador.

    

En 1955, seis años después del Cursillo de San Honorato, Mons. Hervás fue trasladado de diócesis, sin motivo aparente: se le mudó para la sede de Ciudad Real, en el centro de España. ¿Qué había pasado? Una historia muy triste. He aquí como empezó todo. Entre los que criticaban al MCC, uno de los más virulentos era el superior del seminario de Palma, cuyo obispo era Mons. Hervás. No viendo como hacer callar al rector,  Mons. Hervás lo destituyó de su cargo. Ahora bien, el rector pertenecía a una familia muy rica de España, y juró a Mons. Hervás de hacerle perder su puesto. Lo alcanzó. Poco tiempo después, Mons. Hervás era exilado a Ciudad Real. Se nombró, en Palma, a un nuevo obispo, Mons. Enciso, amigo del rector. Su primer gesto fue publicar, el 25 de Agosto de 1956, una carta pastoral para poner en guardia a sus diocesanos contra el MCC. Lo ponía nada menos que fuera de ley, prohibiendo todo tipo de reuniones. Empezaron años de silencio y de sufrimiento.

     La carta pastoral había provocado una serie de salidas de sacerdotes, entre los cuales Don Sebastián Gayá y Don Juan Capó, que siguieron a Mons. Hervás sobre el continente, y otros que se fueron hasta América Latina, especialmente al Perú. Esta diáspora, finalmente, aceleró grandemente, gracias a Dios, la expansión territorial de los Cursillos. Pero es fácil imaginar el desamparo de los seglares viendo salir de la isla a tantos sacerdotes cursillistas. La interdicción de Mons. Enciso duró seis años: de 1956 hasta 1962.

     La carta pastoral de este obispo no sólo tuvo consecuencias nefastas. Pues, el primero en reaccionar fue Mons. Hervás quien se apresuró, con ayuda de colaboradores, a redactar un nutrido documento que iba a contestar punto por punto a la carta de Mons.  Enciso. Se titulaba: "Los Cursillos, instrumento de renovación cristiana" (1957). Tal vez sea la más larga carta pastoral jamás publicada por un obispo ¡cerca de 500 páginas!

    Comprendía los capítulos siguientes:

1) Génesis, esencia y estructura de los Cursillos
2) Lo viejo y lo nuevo en la Iglesia
3) La doctrina del Movimiento
4) Los medios y la técnica del MCC
5) Los sacerdotes y los láicos en el MCC

Conclusión: Normas pastorales

Una obra del Espíritu,
apoyada por la Virgen
     

Los primeros años del MCC sufrieron turbulencias. Recorriendo las páginas de su historia palpamos de verdad como esta obra era conducida por el Espíritu. De otro modo, no hubiera sobrevivido a sus fundadores y no tendríamos hoy un Movimiento esparcido en los cinco continentes, con millones de miembros de todos los idiomas. Don Gayá, por su parte, está convencido que el MCC nació bajo la protección de la Virgen María, pues, Mons. Hervás había declarado el año 1949 "Año Mariano", en preparación a la definición del dogma de la Asunción, y   a causa también de las circunstancias providenciales que prepararon la cuna del Movimiento precisamente encima del santuario de Nuestra Señora de Gracia.

 El Apóstol Pablo...

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..."patrono celestial
delante de Dios
de los Cursillos de Cristiandad
".
    

 Es conveniente contarles cómo San Pablo fue designado oficialmente Patrono del MCC. Esta historia fue escrita por Don Sebastián Gayá.

En el principio...      "... Y si nos hubieran invitado a escoger un santo protector, tal vez San Pablo no hubiera encabezado la lista... No por ignorancia del hecho que la figura del Apóstol, evangelizador de los paganos, se destacaba entre todas en el ambiente de evangelización en la cual surgía el MCC. Pero, probablemente hubiéramos pensado en agregar otras candidaturas: San Juan por ejemplo, el apóstol jóven, él de la invencible fidelidad, como se le llamaba durante la vigilia de oración que hacíamos cada año, el 27 de Diciembre, cuando el Movimiento se dedicaba exclusivamente a los jóvenes. Y no hablo del gran Santiago, el apóstol venerado en Compostela, donde hubo la peregrinación de los 100,000 jóvenes de AC, cuya mística sirvió de baño de cultura para el nacimiento de Cursillos. Pero no son más que hipótesis. La verdad es que nadie entre los fundadores levantó la cuestión de un patrocinio para el MCC, a pesar de que se sentía la necesidad de buscar apoyos. Pues, los primeros pasos del Movimiento ? como los segundos  también ? han sido marcados por dificultades y sufrimientos enormes. La zizaña apareció constantemente en el campo de trigo. Pero este es el sello evangélico de las obras divinas, conducidas por el Espíritu Santo".

¿De dónde vino la idea?

     "Tenemos que retroceder 10 o 12 años después del primer Cursillo celebrado en Enero de 1949. El MCC se había extendido por todas las diócesis de España, en gran parte de los países de América, y menos rápidamente, en ciertas partes de Europa. A principios de los años sesenta, se crearon los secretariados nacionales; primero, en México, luego en Venezuela, y poco después en España. Es el 12 de Junio de 1962 que los obispos erigieron nuestro secretariado nacional nombrando a Mons. Hervás, primer director del secretariado y al autor de estas lineas, vice-director. Entre las tareas emprendidas, hubo la organización de la primera Ultreya nacional que se celebró en 1963, en Tarragona. ¿Porqué en esta ciudad? Por varias razones".

     "Primero, 1963 era un año jubilar durante el cual la Iglesia de España conmemoraba el 19 centenario de la venida de San Pablo en este país. Y  se celebraba precisamente en Tarragona. Segundo, el obispo de esta ciudad era el cardenal Benjamin de Arriba y Castro que Mons. Hervás iba a apodar, en el transcurso de la Ultreya, "el cardenal de San Pablo y Padre de los Cursillos". Como un reconocimiento público, y agradecer al  cardenal el haberse levantado para defender al  Movimiento afirmando alto y fuerte "los frutos espirituales que había podido, él mismo incluso, descubrir en las personas que viven la experiencia de un Cursillo". Finalmente, el tercer motivo era la fuerza numérica de los cursillistas en esta diócesis".

¿Qué pasó en esta Ultreya?    

  "En su alocución, durante la clausura, Mons. Hervás decía: "He oido decir por labios autorizados (los del Nuncio apostólico) que si San Pablo regresaba, se haría cursillista. Es demasiado honor por nuestro Movimiento, me parece, y la persona que lo dijo manifiesta tener un corazón muy grande. Pero, yo diría, humildemente, que si San Pablo regresara a andar por los caminos de España para predicar el Evangelio, los que lo seguirían con más entusiasmo serían los cursillistas".

Abriendo su corazón a la esperanza, Mons. Hervás agregó:

 

"Por ello quisiera que la autoridad competente nos concediera el patrocinio de San Pablo para nuestro Movimiento, patrocinio fuertemente deseado por él mismo que tanto amó y defendió a los Cursillos, el cardenal De Arriba y Castro".

 

Una vez que terminaron los aplausos, se esperaba con ansia la intervención del cardenal. No sólo por su rango sino sobre todo a causa de las intervenciones brillantes que había hecho para salvar al Movimiento ante las Congregaciones romanas y aún ante el Santo Padre. En su alocución, el cardenal levantó el velo inmediatamente sobre lo que había sido un secreto bien guardado: él mismo había empezado los trámites con Roma".

 

El momento tan esperado

 


 

     "Cinco meses más tarde, el 14 de Diciembre de 1963, Pablo VI firmaba un decreto pontificio de 27 lineas, redactado en latín... Uno lee lo siguiente:     

 

"En Roma, preso San Pedro, después de madura reflexión y con la plenitud de Nuestra autoridad pontificia, nombramos y declaramos al bienaventurado apóstol  Pablo, patrono celestial delante de Dios de los  Cursillos de Cristiandad".

Pablo VI

     "Las horas oscuras de la persecución contra el MCC eran cosas del pasado. En efecto, Pablo VI en el decreto hablaba de los "frutos muy abundantes  producidos por el Movimiento que llenaban de satisfacción a los pastores".

 

En forma de conclusión     

"Cuando Mons. Riberi entregó el pergamino a Mons. Hervás, terminó con esta simple invocación:

San Pablo, patrono de los Cursillos, rogad por nosotros.

Mons. Hervás aprovechó para sugerir  que todas nuestras reuniones se terminaran por esta corta oración en la cual expresamos nuestra confianza en la intercesión de nuestro protector delante de Dios. Para nosotros, fundadores, que habíamos sufrido tanto a causa del Movimiento, estábamos con este gesto de Roma, ampliamente recompensados".

Entusiasmo de los jóvenes
Recordamos que en los principios del Movimiento, no se aceptaban en Cursillo sino a los jóvenes muchachos.  El éxito ha sido espectacular. Con los sesenta primeros  Cursillos, no se registra sino un sólo candidato que no se haya convertido, por lo menos abiertamente.

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El entusiasmo era tal que por dos veces por lo menos, los cursillistas esperaron que Mons. Hervás esté instalado en su auto, para luego levantarlo en brazos... hasta su residencia.
     
Cursillo de mujeres
Primer cursillo: 1952, en Colombia.
1958, en España, gracias a la tenacidad de una amiga de Eduardo, Maité
     Se sabe que en España, los Cursillos no se daban sino a los jóvenes primeramente, y luego, excepcionalmente a los hombres. Es en América del Sur, en Colombia, desde 1952, que se impartieron los primeros Cursillos a las mujeres, y ello, aún antes de ofrecerle a los hombres! Pero España seguirá este ejemplo gracias a la tenacidad excepcional de una mujer de Tarragona, amiga personal de Bonnín, que se llamaba Maité. Inteligente y creativa, había sido educada en Inglaterra. Cuando su marido hizo su Cursillo, empezó a hostigar a las autoridades para que la admitan ella también. Pero no se quería (por razones que ni se podría mencionar hoy en día) y también porque algunos sacerdotes pensaban que "las mujeres no tenían nada que cambiar en su vida". Cuando una delegación  se presentó donde el cardinal Arriba y Castro para pedir la autorización de dar Cursillos a las mujeres, prudentemente se había dejado hablar a los hombres, sabiendo la reticencia de los eclesiásticos de entonces frente al sexo bello. Pero, finalmente, los hombres fracasando en su intento y el cardenal levantándose para significar que la reunión había terminado, Maité se le acercó rápidamente y lo tomó por el brazo: "Su Eminencia, dijo, no puede saber cuanto es insoportable tener a un santo en casa ¡y no poder compartirlo!" El cardenal los invitó a sentarse y la reunión fue un éxito. Algunos meses más tarde, en abril 1958, se daba el primer Cursillo, en España, para las mujeres.
Derecho de ciudadanía universal
Primera Ultreya Mundial, en Roma, en 1966.
Pablo VI reconoce al Cursillo
     En mayo 1966, se celebraba en Roma, la primera Ultreya Mundial. El MCC no tenía más que 17 años y ya había recorrido todos los continents. Esta Ultreya, según dice Don Sebastian Gayá en el informe que publicó después, es un hito histórico para el MCC y agrega:
 
"Frente a la montaña de críticas e incomprensiones que habíamos sufrido, era la apoteosis del reconocimiento pontificio".
 
El discurso de Pablo VI, interrumpido incesantemente por las ovaciones, canonizaba varias de las intuiciones del MCC:
 
"lo fundamental cristiano",
"los colores de la gracia",
"el sentido de la peregrinación",
"el encuentro personal con Dios y con los hermanos", etc.
Los Encuentros mundiales
croixglobe.gif (6703 octets) Confrontaciones de tendancias y discusiones a veces penosas. 
En 1974, las Ideas Fundamentales de los Cursillos de Cristiandad.
     El primero tuvo lugar en Roma, en 1966, con la intervención de Pablo VI. El segundo, realizado en México (en Tlaxcala), en 1970, fue un verdadero confronto de las diferentes tendancias provocando discusiones a veces penosas. Por premera vez, España se daba cuenta que no poseía más el monopolio del MCC. Finalmente, los animadores mexicanos alcanzaron a calmar los espíritus y salvaguardar la unidad publicando un texto que es el primer documento mundial del MCC. Interesa conocer el ídice de este documento para compararlo con lo que vivimos ahora, 30 años después:
  1. Selección de candidatos por un grupo y para un grupo.
  2. Actualización de los rollos para centrarlos sobre la historia de la salvación.
  3. Lograr un mayor compromiso de los sacerdotes y laicos en los ambientes temporales.
  4. Más testimonios individuales y colectivos.
  5. Abertura a la pastoral de la Iglesia.
  6. Suscitar el espíritu comunitario en el postcursillo.
  7. Favorecer las comunidades de base.
  8. Promover la participación de la mujer en las estructuras del MCC.
  9. Fortificar la espiritualidad de la familia.

     Si durante el encuentro de México hubo tensiones, fue peor durante el tercer encuentro celebrado en Mallorca, en 1972. Pues, era muy ambicionso querer, en una semana, redactar un "Manual de dirigentes" que fuera aceptado por todos. Se dieron cuenta que se necesitaba tiempo para alcanzar esa meta. Y no fue sino dos años después, en 1974, que salió de la imprenta la primera edición de las Ideas Fundamentales del MCC. Pero el gran mérito de este encuentro de Mallorca fue el de lanzar la idea de este libro y de llevarlo a término..

     El cuarto encuentro mundial no tendría lugar sino en 1988, en Caracas (Venezuela). Durante el EM, Eduardo tuvo el priovilegio de entrevistarse con el cardenal Pironio, delegado pontificio, y de transmitirle su inquietud de que en Cursillos, "la organización acabe con la mística". A la mañana siguiente, al iniciarse la Ultreya nacional en el estadio caraqueño donde 10,000 cursillistas cantaban en la unidad y en el entusiasmo colectivo, el cardinal hizo a un lado el protócolo y se acercó a Bonnín para decirle: "¿No lo ves? ¡Ten confianza, la organización no se comerá a la mística!" El mérito del encuentro de Caracas es haber trabajado en la reedición de las IFMCC que se publicaron, en 1990, en una edición mucho más sustanciosa que la primera.

     El último Encuentro tuvo lugar, en septembre 1997, en Corea.

CONCLUSION
     Como conclusión, digamos esto. El MCC es un Movimiento de conversión, es decir un Movimiento misionero. La diócesis que no trata de propagar la Buena Nueva es una diócesis que no vive más el carisma del MCC. Mientras que ahí donde los cursillistas viven a fondo su compromiso de trabajar por la conversión de sus hermanos, ahí entonces están dispuestos a ir hasta el final, hasta el final del mundo y hasta el final de su vida.

 

Para mayores detalles

     El texto anterior reproduce extractos de un manuel de 40 páginas, titulado:
"Reseña histórica del MCC :
Su génesis y su expansión, 1944-1999"

por el P. Loyola Gagné, s.s.s.   
Se puede conseguir este manuel (en castellano) dirigéndose al Secretariado del MCFC, en Montreal, al:
decolores@qc.aira.com 

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