Jesús y lo digital
A veces me preguntó si Jesús viviera en esta época, ¿Qué medio utilizaría? Creo que usaría el medio de acuerdo a la audiencia porque Jesús tomaba muy en cuenta a su público.
Jesús dominó el mundo oral y conocía sus características. Sus parábolas están llenan de ejemplos relacionados con la vida diaria de los grupos a los que se dirigía. Ellos se fascinaban, porque podían entenderlo y relacionar lo que les decía con su vida diaria y, además, siempre los dejaba pensando. Jesús utilizaba historias breves donde al final presentaba una enseñanza.
Su contenido y exposición fue tan extraordinario que no creo que lo cambiaría en esta época, pero sí lo adaptaría al medio. Creo que aunque utilizaría todos los medios: el oral, la imprenta, la radio y la televisión, le daría mucha importancia al mundo digital. Él se daría cuenta que América Latina es un continente joven donde cada día hay más personas conectadas a la Internet.
Todos los medios son importantes y no creo que desaparecerán. Usted no puede marcar con un bolígrafo lo que escucha o ve en un video y las pantallas de las computadoras todavía cansan un poco la vista. Sin embargo, tenemos que saber cómo transformar el mensaje para cada medio y así usarlo correctamente.
Los métodos tradicionales y la gente que no busca de Dios
La nueva generación post-moderna o post-colonial no quiere leyes espirituales que le guíen cómo decidir. Ellos quieren dialogar (cultura oral), ver y escuchar (audio y videos) y leer (libros e Internet) para tomar sus decisiones.
Cuando vamos a comunicarnos con las nuevas generaciones digitales-interactivas tenemos que considerar si los métodos tradicionales, como la distribución de tratados (mensajes en hojitas sueltas) son los más efectivos para esa audiencia.
No es que los tratados no sean un medio efectivo. Lo son para algunas audiencias y en ciertos contextos. Muchas personas necesitadas, en crisis, y buscando de Dios, han conocido el mensaje de vida a través de un tratado. Dios no tiene límites para comunicarse con el que necesita y lo busca. Puede ser un tratado, un letrero de madera rústica, una reflexión que recibió por el email, un video, un sermón, un libro, una película o las palabras y vida de un amigo o desconocido. Dios puede usar lo que le venga en gana porque es Dios. Al final de todo Él es el que transforma, no el medio.
Sin embargo para alcanzar a la audiencia digital-interactiva que no está buscando, ni siente necesidad de Dios, posiblemente este no sea el mejor medio porque ellos se comunican y reciben la información de otro modo.
El reto que Jesús nos enseñó fue a ser sabios para alcanzar a cada persona en su contexto y en sus circunstancias. Tratar de alcanzar a una cultura con el medio incorrecto es tan grave como usar el medio correcto, pero sin conocer las características que lo diferencian de otro medio.