El Papa pide a los sacerdotes mayor dedicación a la Penitencia y la dirección espiritual
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 16 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- El Papa ha exhorta a los sacerdotes a cuidar especialmente la formación de una recta conciencia en los fieles, a través sobre todo del Sacramento de la Penitencia y la dirección espiritual.
En un mensaje a los participantes en un curso sobre el "Fuero Interno" organizado por el tribunal de la Penitenciaría Apostólica, y que la Santa Sede hizo público el pasado sábado 14 de marzo, el Papa afirma que esta cuestión es "prioritaria".
"En este nuestro tiempo, constituye sin duda una de nuestras prioridades pastorales el formar rectamente la conciencia de los creyentes", explicó el Papa, "estimulándolas a percibir cada vez mejor el sentido del pecado".
Este sentido del pecado, añadió, "hoy en parte está perdido o, peor, oscurecido por un modo de pensar y de vivir etsi Deus non daretur, según la conocida expresión de Grocio, que está ahora de gran actualidad, y que denota un relativismo cerrado al verdadero sentido de la vida".
Sin embargo, este oscurecimiento del sentido del pecado ha provocado un aumento de "los sentimientos de culpa, que se quisieran eliminar con remedios paliativos insuficientes", añade.
Ante esto, plantea la necesidad de una mayor dedicación de los sacerdotes a este campo, especialmente a través de la catequesis, la homilía y la dirección de las almas en la confesión.
Hoy más que nunca, afirma, se necesitan "maestros de espíritu sabios y santos: un importante servicio eclesial, para el que es necesaria sin duda una vitalidad interior que debe implorarse como don del Espíritu Santo mediante la oración prolongada e intensa y una preparación específica que adquirir con cuidado".
"En los diversos contextos en que se encontrarán viviendo y trabajando, procuren mantener siempre vivos en sí mismos la conciencia de deber ser dignos ministros de la misericordia divina y educadores responsables de las conciencias".
Al respecto propuso como modelo al Cura de Ars, san Juan María Vianney, justo ahora en el 150 aniversario de su muerte.
De él se ha escrito que "en la catequesis que impartía cada día a niños y a adultos, en la reconciliación que administraba a los penitentes y en las obras impregnadas de esa caridad ardiente, que él obtenía de la santa Eucaristía como de una fuente, avanzó hasta tal punto que difundió en todo lugar su consejo y acercó sabiamente a muchos a Dios", recuerda el Papa.
Por otro lado, afirma que en este campo la predicación, y más concretamente las homilías, son un vehículo muy importante de formación de los fieles.
"La homilía, que con la reforma querida por el Concilio Vaticano II ha vuelto a adquirir su papel sacramental dentro del único acto de culto constituido por la liturgia de la Palabra por la de la Eucaristía, es sin duda la forma de predicación más difundida, con la que cada domingo se educa la conciencia de millones de fieles", afirma.
Es necesario, advierte, adaptar la predicación a la mentalidad contemporánea. También aconseja, en el campo de la catequesis, no dejar de utilizar los medios telemáticos necesarios, pues "ofrecen oportunidades providenciales para anunciar de forma nueva y más cercana a las sensibilidades contemporáneas la perenne e inmutable Palabra de verdad que el Divino maestro ha confiado a su Iglesia".
[Por Inma Álvarez]