Las letanias del Rosario, ¿son biblicas?
La mayoría de las definiciones sobre las letanías las describe como una «serie de alabanzas y súplicas ordenadas, repetidas y concordes entre sí, por las que seruega a Dios y su madre Santa María.» Si aún así no quedara claro, la definición más sencilla que se puede dar de las letanías es que son un poema dirigido a la Virgen, como cuando un hijo le dedica un poema a su madre. Son un conjunto de halagos dedicados a la Virgen María, tal como un hijo halagaría a su madre.
La práctica de oraciones litánicas es una de las mas comunes. Se les encuentra ya desde las sinagogas judías, donde se realizaban 18 bendiciones en las que se enumeraban las diferentes categorías sociales de las personas y las necesidades de estas. San Pablo hace alusión a esta costumbre (1 Timoteo 2, 1-2). Antes de adentrarnos en el significado y fundamento bíblico de las mismas, explicaremos fundamento de varios títulos de María que se repiten constantemente en las letanías.
Santa María LC 1, 28
Santa Madre de Dios Lucas 1: 39-43
Santa Virgen de las vírgenes . Isaías 7,14
Madre de Cristo (Lucas 1, 31).
Madre de la divina Gracia LC 1, 28
Madre Purísima (Lucas 1, 28)
Madre castísima (Lucas 1, 28) (Lucas 1, 38).
Madre y Virgen (Lucas 1, 28) (Lucas 1, 38).
Madre santa (Lucas 1, 28) (Lucas 1, 38).
Madre inmaculada (Lucas 1, 28 Apocalipsis 22, 14) Éxodo 40, 34-35
Madre digna de ser amada Juan 13:34 (Jn 19, 26-27)
Madre digna de ser admirada Lc 1, 39-56 Lc 1, 46-56
Madre del buen consejo (Juan 2, 5)
Madre del Creador (Génesis 1, 26) (Juan 1, 1)(Colosenses 2, 9) (Filipenses 2, 6) (Juan 1, 14)
Madre del Salvador Lucas 1, 31) (Lucas 2, 11)
Madre de la Iglesia (Lucas 1, 31) (Juan 19, 27) (1 Corintios 12, 27) (Efesios 5, 29-30)
Virgen prudente ( Lucas 1, 34-35) (Lucas 2, 19)
Virgen digna de respeto (Lucas 1, 28) (Lucas 1, 42) (Lucas 1, 48) Ver sección «Santa
Virgen signa de alabanza Lucas 1, 45)
Virgen poderosa (1 Reyes 2, 20) (Juan 2, 3-5)
Virgen fuente de clemencia (1 Timoteo 2, 1) (1 Juan 4, 21) (Lucas 15, 10)
Virgen fiel (Lucas 1, 38) (Juan 19, 25)
Ideal de santidad Lucas 1, 26-38,
Causa de nuestra alegría (Lucas 1, 28) (Salmo 112, 1) (Salmo 119, 1-2)
Templo del Espíritu Santo Lucas 1:35
Honor de los pueblos
Modelo de entrega a Dios Lucas 1, 26-38,
Hermosa como las rosas de Jericó (Cantar 2, 1-2)
Fuerte como torre de David (. Lc 2, 35)
Hermosa como torre de marfil (Cantar 4, 4) (Cantar 7, 4)
Casa resplandeciente Apocalipsis 12:1
Arca de la nueva alianza (Éxodo 25, 10 -16) (Hebreos 9, 4) (2 Samuel 6, 9) (Juan 6, 51) (Hebreos 4, 14) (Juan 1, 14)
Puerta del cielo (Ezequiel 43, 1-7) (Ezequiel 44, 1-2) (Lucas 1, 34-35)
Estrella de la mañana (Malaquías 3, 20) ó (Malaquías 4, 2) (según su versión de la Biblia) (Lucas 1, 78) (Cantar 6, 10) (Apocalipsis 22, 16)
Salud de los enfermos (Cantar 4, 11-15) (Marcos 1, 34)
Refugio de los pecadores (1 Juan 2, 1) (Mateo 11, 28) (Santiago 5, 16)
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos (1 Juan 2, 1) (Mateo 11, 28) (Santiago 5, 16)
Reina del cielo y la tierra apocalipsis 12:1-17
Reina de los ángeles Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de los patriarcas Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de los profetas Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de los apóstoles Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de los mártires Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de los que viven su fe Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1-17
Reina de los que se conservan puros Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de todos los santosJer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina concebida sin pecado original Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina llevada al cielo Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina del santo Rosario Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
Reina de la paz Jer 13:18; Lc 1:32-33; Ap 12:1
• Madre
En la Biblia encontramos que María es, efectivamente, la madre de Jesús: «Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lucas 1, 27). Es también la madre de Dios, que es Jesús (Lucas 1, 43), y madre de los creyentes representados en el apóstol Juan (Juan 19, 25-27).
• Virgen
La encarnación de Jesús es de manera virginal, sin ninguna intervención humana, sino por obra del Espíritu Santo (Isaías 7, 14) (Lucas 1, 26-38)
• Santa
María es Santa por ser la Llena de Gracia (Lucas 1, 28). Ahora, vamos a profundizar en lo que realmente significa «Llena de Gracia», pues este vocablo necesita analizarse despacio.
«Llena de Gracia» en griego -idioma original escrito- es «Kejaritomene» (Κεχαριτομενη) es mucho más profundo de lo que pensamos. Significa «Plenitud de la gracia» y es el único lugar de la Escritura donde encontramos este vocablo, y más aún, «[…] en toda la literatura griega antigua aparece unas doce veces» (Ponce Cuéllar, Miguel; María p.100). María es la plenitud de la gracia por que lleva dentro de sí a la plenitud de la gracia que es Jesús. ¿No es la mayor de las gracias el llevar a Jesús dentro?
La palabra «Kejaritomene» se usa en el texto como un pronombre -palabra que ejerce las misma funciones que el sustantivo- y no como adjetivo, que es una palabra que describe o complementa al sustantivo. Pongamos unos ejemplos gramaticales para su mejor comprensión:
– Usando un pronombre: «Oscar y Kevin son de Venecia, ellos son italianos». El pronombre (subrayado) se utiliza para no volver a escribir el nombre o nombres de los sujetos mencionados en un inicio. Lo mismo pasa en la Biblia: ««¡Alégrate!,llena de gracia, el Señor está contigo»» (Lucas 1, 28). Aquí el pronombre (subrayado) se utiliza para sustituir al sustantivo o sujeto, y así suplir el decir: «¡Alégrate!, María, el Señor está contigo».
-Usando un adjetivo: «Antonio, ingenioso, me dio un idea.» El pronombre (subrayado) complementa o describe al sujeto, no lo sustituye. Del mismo modo en la Biblia: «Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo.» (Hechos 6,8 ) . Aquí el adjetivo (subrayado) se utiliza para describir o complementar al sujeto, en este caso a Esteban, indicando que estaba lleno de gracia y de poder y no que fuera «el Lleno de Gracia».
Por esto, cuando a María se le dice «Llena de gracia» (Kejaritomene/ Κεχαριτομενη) indica que ella es la plenitud de la gracia, muy distinto al caso de Esteban que solo estaba, más no era, «el lleno de gracia» (Pleres charito / πληρης χαριτος).
• Reina
Si Jesús es Rey, María tiene que ser Reina, ¿Por qué? La Biblia hace mención que por aquellos tiempos y lugares la reina no era la esposa del rey, sino la madre del rey (Jeremías 13, 18). El mismo caso se da con el rey Salomón, hijo de David, y su madre Betsabé (1 Reyes 2, 19-20). Ahora, como Jesús, también es hijo de David (Lucas 1, 32), su madre, María, también es una Reina Madre, al igual que Betsabé. ¿Cómo podemos asegurarlo?
Si Jesús es Rey (Juan 18, 37), y es mayor que Salomón (Lucas 11, 31), igual María es mayor que Betsabé. Si Jesús es Rey de todo, María también es Reina, de los ángeles, de los santos, de los confesores, etc. Ella también es Reina de los patriarcas, santos, ángeles por qué su papel como madre del Salvador es único. El poder que ejercen Jesús y María no se basa en la autoridad ni en el poder mismo, sino en el amor.
Las Escrituras mencionan que hay que honrar a los padres (Éxodo 20, 12) ¿De que manera lo cumplió Aquél que instituyó esto? Recompensó a la mujer pura que le dió la vida, que tuvo gran fe y que fue fiel seguidora suya, ¿Cómo? Se la llevó a la gloria y la coronó para que reine con él, igual que Betsabé y Salomón pero de una forma más plena en el reino del Padre, de ahí que la Escritura afirme que tiene «una corona de doce estrellas en su cabeza.» (Apocalipsis 12, 1)
• Ruega por nosotros
María, al igual que los santos, puede interceder por nosotros. Ella no está muerta (Lucas 20, 38), sino que «A los ojos de los insensatos parecían muertos» (Sabiduría 3, 2). ¿Cómo podría ella ser mediadora, si solo lo es Jesús? La mediación de Jesús es distinta a la intercesión de María. Jesús es mediador de una Nueva Alianza al morir por nuestros pecados (Hebreos 9, 15), María solo intercede.
Jesucristo es el único juez supremo, pero los cristianos serán jueces en el cielo. (Mateo 19, 28) (Lucas 22, 30) (1 Corintios 6, 2-3)
Jesús es el único Pastor (Juan 10,16), pero El establece pastores (Juan 21,15-17) (Efesios 4,11)
Jesús es el único Rey (Juan 18, 37), pero nosotros Reinaremos con él (Apocalipsis 4,4, 10).
Jesús es el único Mediador, pero en Él, los santos son mediadores (Santiago 5, 16) (Apocalipsis 5,8) (Apocalipsis 6, 9-10) (Apocalipsis 8,3-4) (Apocalipsis 18,18-20)
La Mediación de Jesús es sacerdotal, así lo dice San Pablo en Hebreos capítulo 9, por eso Él es el único, pues es Sacerdote, victima y altar de una Nueva Alianza, pero la Intercesión es de todos los bautizados, incluyendo a María que fue bautizada con el Espíritu Santo en Pentecostes. (Hechos 1, 14) (Hechos 2, 1-4). Ella solo intercede, por eso le decimos «Ruega por nosotros» y no «Ten piedad de nosotros», por qué solo Dios es fuente de toda gracia y misericordia.
Después de haber analizado estos titulos de María que se repiten constantemente dentro de las letanías, ahora le explicaremos a continuación el significado y fundamento bíblico de cada una de ellas, en el orden por el que aparecen en todos los libros de oraciones.
– Santa María
««¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».» (Lucas 1, 28). Ver la sección «Santa».
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!» (Lucas 1, 42). María es la única mujer que ha sido bendecida de manera extraordinario como es el haber sido la Madre del Salvador.
En la Biblia se nos habla de otra mujer, Jael, de quien dice que es «¡Bendita entre las mujeres que habitan en carpas!» (Jueces 5, 24), por qué al enemigo, Sísara «[…] le partió la cabeza, le machacó y le atravesó la sien.» (Jueces 5, 26). Por el contrario, María es bendita no solo entre las mujeres de las carpas, sino entre todas las mujeres, por qué le aplastó la cabeza al enemigo, Satanás, al haber nacido sin mancha para poder albergar en su seno al Santo de los santos.
– Santa Madre de Dios
(Isaías 7,14) (Lucas 1, 26-38) Jesús es Dios (Juan 1, 1) (Lucas 1, 43). No es lo mismo ser Madre de Dios que Creadora de Dios, son dos cosas muy distintas. Véase ¿Es acaso María la Madre de Dios?.
María, al ser la Madre de Jesucristo, es Madre de un perfecto Hombre, pero también del perfecto Dios.
– Santa Virgen de las vírgenes.
(Isaías 7, 14) (Lucas 1, 26-38). Véase la sección «Virgen».
Además de no conocer varón, lo hizo solo por amor de Dios, lo cual la convierte en Virgen y le da una distinción entre todas las demás. La virginidad de María no es común, es única, perfecta, sublime y que añadió a su Pureza Virginal un sello de consagración y de perpetuidad.
– Madre de Jesucristo.
«Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús». (Lucas 1, 31).
Cuando María contesta «Hágase en mi, según tu palabra», Dios Hijo se hace hombre. Desde ese momento Jesucristo ya es hijo de María, y ella su madre.
-Madre de la Divina Gracia.
(Lucas 1, 28) (Lucas 1, 26-38).
Esta letanía significa dos cosas: que es Madre de Cristo (la Gracia Suprema) y que es mediadora de todas las gracias. Cristo, manantial de la divina Gracia. María, Madre de Cristo, Madre de la divina Gracia. Por eso el Ángel Gabriel la llama «Llena de Gracia».
– Madre Purísima
(Lucas 1, 28). Véase «Llena de Gracia» en la sección «Santa».
María no conoció varón, tuvo parto virginal. Limpia de corazón. Toda su alma en Dios Padre, todo su cuerpo en Dios Hijo; todo su espíritu en Dios Espíritu Santo.
– Madre Castísima
(Lucas 1, 28) (Lucas 1, 38).
Castidad es ofrecer todo el propio ser al servicio de los planes de Dios. Así lo hizo María cuando acepto la voluntad de Dios y se convirtió en Madre del Salvador.
– Madre intacta o inmaculada
(Lucas 1, 28) Véase «Llena de Gracia» en la sección «Santa».
Era lógico que el Hijo de Dios se engendrase en una carne sin pecado alguno. A Dios no le puede ver cara a cara sino alguien sin pecado (Apocalipsis 22, 14). Así como la Morada era santa y pura por qué el Señor la cubría con su gloria (Éxodo 40, 34-35), así también era María, cuando Dios Trino descendió plenamente en ella (Lucas 1, 35). Esto aplica también para la letanía de «Madre sin mancha».
– Madre amable
(Lucas 1, 36- 39) (Lucas 1, 56) (Juan 2, 3)
Las Escrituras dicen que María se tomó la molestia de ir a casa de su prima Isabel cuando se enteró que esperaba un hijo, y permaneció a su cuidado hasta que Isabel dio a luz. También fue atenta cuando se enteró de que faltaba vino en las bodas de Caná.
La Biblia también dice que «Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.» (1 Juan 4, 16). En María también se cumplió esto, pues Dios permaneció en ella, no solo espiritual, sino también físicamente en ella. Ese amor lo demostró también al ser madre.
– Madre del buen consejo
(Juan 2, 5)
María nos da el mejor consejo de todos cuando nos dice: ««Hagan todo lo que él les diga»» (Juan 2, 5). Efectivamente, el mejor consejo es decirnos que hagamos la voluntad de su Hijo, que vivamos sus enseñanzas.
– Madre del Creador
(Génesis 1, 26) (Juan 1, 1) (Colosenses 2, 9) (Filipenses 2, 6) (Juan 1, 14)
Si conocemos bien lo que es la Trinidad, sabremos que Jesús también es Dios, y por tanto el fue el que creó el mundo. Así lo demuestra el Génesis cuando Dios dice en plural «Hagamos» al hombre. Cómo María es madre de Jesús, Dios y hombre, es también Madre del Creador. Si reflexionamos en esto, veremos que se esconde un mensaje muy hermoso: El Creador mismo quiso nacer como una de sus criaturas para entenderlos y salvarlos».
– Madre del Salvador
(Lucas 1, 31) (Lucas 2, 11)
María fue madre de Jesús, aquél cuya misión era redimir el mundo y devolverle su relación inicial con el Padre que perdieron Adán y Eva.
– Madre de la Iglesia
(Lucas 1, 31) (Juan 19, 27) (1 Corintios 12, 27) (Efesios 5, 29-30)
Eva es considerada la madre de los hombres, María lo es también en grado más perfecto. Ella fue madre del cuerpo físico de Jesús, y por ende también lo es del cuerpo místico de Jesús, a quien la Biblia lo identifica con la Iglesia, la cual somos todos los cristianos católicos. Jesús le da a su madre al apóstol Juan, quien nos representa a todos nosotros. María es por tanto Madre de la familia de Dios, la Iglesia.
– Virgen Prudentísima
( Lucas 1, 34-35) (Lucas 2, 19)
Alguien prudente es alguien reflexivo, alguien que piensa las cosas o analiza detenidamente algún suceso. Prudencia es cautela, es moderación, sensatez, buen juicio … además, es la que dirige y regula todas nuestras acciones. Así era María, cautelosa y reflexiva.
Ante el anuncio de que concebirá al mismo Hijo de Dios, permanece constante en la resolución de su virginidad. Ella no es incrédula como Zacarías, sabe por el Profeta Isaías que el Divino Mesías prometido ha de nacer de una virgen, pero pregunta el cómo, requiere una explicación, ésta es prudencia sobrenatural y divina.
– Virgen Venerable
(Lucas 1, 28) (Lucas 1, 42) (Lucas 1, 48) Ver sección «Santa».
Veneración es admiración, afecto, anhelo de exaltación. Movimiento del espíritu que dirige el centro del alma al corazón de la persona venerada, de la persona amada. Esto es lo que sentimos los cristianos hacía María. No la adoramos a ella ni a sus estatuas, sino que le rendimos respeto profundo y le damos gran admiración por las obras que Dios hizo en ella (Lucas 1, 49), en esto se cumple la promesa de que todos la llamarían feliz o bienaventurada.
De igual manera es «Virgen Digna de Alabanza», por qué tuvo gran fe y entrega total a Dios y el cariño que tuvo a los demás. Bien Isabel le dijo: «Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor» (Lucas 1, 45).
– Virgen Poderosa
(1 Reyes 2, 20) (Juan 2, 3-5)
Sólo Dios es poderoso y Todopoderoso por virtud propia, Aquellos (as) a quienes Dios les comunique poder es por voluntad de Él (poder participado). Cuando decimos que María Santísima es poderosa, no la igualamos a Dios, ni decimos que Ella lo sea por sí misma, este poder, del cual Ella está revestida le viene de Dios, le fue comunicado por gracia especial de Dios.
María es poderosa porque su poder se asocia al de su Hijo Jesucristo. Su divina Maternidad es el fundamento principal de su poder. Ella consigue todas las gracias de Jesús, pues si Salomó no se lo negaba a su madre Betsabé, mucho menos Jesús a su madre María.
– Virgen Clemente (o misericordiosa)
(1 Timoteo 2, 1) (1 Juan 4, 21) (Lucas 15, 10)
Ella sabe que Dios quiere perdonar y pide para que él perdone. El amor de Dios, se manifiesta en el amor al prójimo, y este a su vez en la preocupación por los demás. Así es María. Ella se preocupa de todos sus hijos, los seguidores de su hijo Jesús, en especial por los pecadores, por qué quiere que se reconcilien con Jesús y así halla gozo en el cielo.
– Virgen Fiel
(Lucas 1, 38) (Juan 19, 25)
Fiel a la llamada de Dios. Fidelidad sin condiciones. Fiel al pie de la cruz. Fiel en el gozo y en el dolor, en el oprobio y en la gloria, en Nazaret y en Belén, en Judea y en Egipto, durante el triunfo del Hijo y en su muerte sobre la Cruz en el Calvario. La fidelidad es aquella virtud que nos inclina a mantener, a cumplir las promesas hechas. Es una virtud afín a la justicia. María fue fiel a Dios.
– Espejo de Justicia
(Colosenses 1, 15) (Jeremías 23, 6) (Malaquías 3, 20)
Jesús es la imagen de Dios invisible, el reflejo de Dios mismo, que Jeremías describe como «la justicia». Ese mismo Dios de justicia vendría a salvar a los hombres, como un Sol de Justicia para consumir a los impíos. Ahora, ¿Brilla la Luna por sí misma? No. Refleja la luz del Sol. Entonces María es como la Luna, que refleja la luz del Sol de Justicia, es decir de Dios, de Jesús. Por eso María es un Espejo de Justicia.
– Trono de la Sabiduría
(1 Corintios 2, 7) (Juan 16, 30) (Juan 2, 24-25) (Sabiduría 1, 4)
Jesús, Dios, es el que tiene toda la sabiduría del universo, y la más perfecta. En las Escrituras vemos que los apóstoles reconocían que Jesús sabía todo. En otros textos leemos que está sabiduría de Dios es infinita y que con ella creó este mundo, lo hizo perfecto en un inicio (Génesis 1, 31). Esta misma Sabiduría se hizo hombre y vino a poner su morada en el seno de María. La Biblia dice que la Sabiduría no habita en un cuerpo sometido al pecado.
Si pudo habitar en hombres como Salomón o Daniel, ¡Cuanto más en la Virgen María!, en aquella que nació sin pecado. Se le dice Trono de la Sabiduría, por qué el Dios Sabio pusó su sede en sus entrañas.
– Causa de nuestra alegría
(Lucas 1, 28) (Salmo 112, 1) (Salmo 119, 1-2)
La alegría normal, es aquella que frivola, falsa, breve o basada en bienes materiales. La alegría cristiana es por otro lado la tranquilidad de conciencia, la amistad con Dios, paciencia en las adversidades, esperanza en los bienes eternos y el cumplir con la voluntad de Dios. El cumplir con la voluntad es una fuente de alegría por qué te hace estar bien con Dios y con el prójimo y te da una paz interior en el alma que no se consigue si se hiciera por pura moral o ética.
María supo cumplir con la voluntad de Dios, por eso ella es muy alegre, por qué vivía en amistad con él. Por otra parte, su misión, el ser madre de Dios, fue para ella de gran alegría, no por nada el Ángel la saluda diciendo: «Alégrate». Esa misma alegría debe tener nosotros, por qué el que ella aceptara la voluntad de Dios, nos trajo la salvación, y debe entonces causa de nuestra alegría.
– Vaso espiritual
(Jeremías 51, 34) (Salmo 2, 9) (Isaías 64, (Proverbios 25, 4) (Romanos 9, 20-21)
En las Escrituras, enseña Santo Tomas de Aquino, que los hombres son comparados con vasos, de manera metafórica se le llama vasos o recipientes a los hombres. En aquel tiempo los vasos – hechos de barro- eran modelados por el alfarero para darle la forma deseada. Así Dios era comparado con ese alfarero, y los hombres con los vasos, que Dios moldeaba según sus designios.
María fue «modelada» de manera perfecta, para nacer sin mancha y poder albergar en ella a Dios mismo. ¿Quiénes somo para reprochar a Dios por qué nos hace o hace de cierta manera a las personas? Eso dice San Pablo en su carta a los romanos. ¿Quiénes somos para reprochar porqué Dios, alfarero perfecto, quiso modelar de tal manera a María? Ella fue por tanto un vaso perfecto, que esta siempre Lleno de Gracia.
Debido a esta dignidad y a las virtudes que tuvo María por ser Madre de Dios, se le considera un Vaso Espiritual, donde fue a habitar Dios mismo, y por esto mismo también es considerada Vaso Honorable.
– Rosa Mística
(Cantar 2, 1-2)
A María se le relaciona con las flores, en especial con la rosa, por considerarse, la reina de las flores. La rosa nace, crece y se vuelve una hermosa flor, rodeada de espinas. Así María nació, creció y se volvió una hermosa joven santa, que sería después Madre de Dios, pero a la vez sufriría por esas espinas, como lirio entre cardos, como dice el libro del Cantar de los Cantares. Sufrió pobreza, persecución y huida a Egipto, y dolor por la muerte de su Hijo.
Es bella como una rosa, y es Mística por qué su alma esta colmada de la gracia de Dios, y aunado a esto, que la Trinidad descendió sobre ella: El Padre la cubrió con su sombra, el Espíritu Santo descendió sobre ella y el Hijo habitó en ella.
– Torre de David y Torre de Marfil
(Cantar 4, 4) (Cantar 7, 4)
El libro del Cantar de los cantares contiene alusiones a que el cuello de la Amada es como Torre de David, como Torre de Marfil. A esto dice San Antonio María Claret (Siglo XIX): «La razón es muy clara. Nadie se puede salvar sin el auxilio de la gracia que viene de Jesús, como cabeza que es de la Iglesia o cuerpo, y María es como el cuello que junta, por decirlo así, el cuerpo con la cabeza; y así como el influjo de la cabeza al cuerpo ha de pasar por el cuello, así, pues, las gracias de Jesús pasan por María y se comunican al cuerpo o a los devotos, que son sus miembros vivos». Por eso, estas relaciones del cuello como torre se aplican muy bien a María.
– Casa de Oro y Arca de la Nueva Alianza
(Éxodo 25, 10 -16) (Hebreos 9, 4) (2 Samuel 6, 9) (Juan 6, 51) (Hebreos 4, 14) (Juan 1, 14)
El Arca de la Alianza fue hecha de oro puro por dentro y por fuera, así sería digna de llevar adentro lo más valioso para Israel. Un cofre de oro con el maná, el pan que bajo del cielo, la vara de Aarón, el sumo sacerdote, y las tablas de la Ley, la palabra de Dios escrita, conocidos como los Diez Mandamientos. Cierta vez David no quiso que el Arca entrara en su casa (2 Samuel 6, 9) sino que permaneció en la de Obededom por tres meses (2 Samuel 6, 11) donde bendijo a todo su familia.
María por su parte, fue pura y sin mancha por dentro y por fuera desde su nacimiento, así sería digna de llevar adentro lo más valioso para el mundo. Jesús, el verdadero Pan bajado del cielo, Sumo y Eterno Sacerdote, y Palabra de Dios hecha carne. Cierta vez, María fue a visitar a Isabel, su prima, está se sintió indigna de su visita (Lucas 1, 43), pero aún así la recibió y permaneció tres meses en su casa (Lucas 1, 56) hasta que nació Juan Bautista. Por esto María es el Arca de la Nueva Alianza, la Casa de Oro.
– Puerta del Cielo
(Ezequiel 43, 1-7) (Ezequiel 44, 1-2) (Lucas 1, 34-35)
Los Padres de la Iglesia vieron en la puerta que nos describe el libro de Ezequiel, una figura de María. Ezequiel nos narra que el Señor entró por esa puerta a su Santuario, pero sin abrirla. Dios dio orden de nunca abrirla, y que nadie entraría por ella, por qué el ya había entrado por ella. De igual manera, María es esa puerta, por la que entró Dios a ella, su Santuario, y ahí tomo su cuerpo y se hizo hombre. Dios entró en ella, engendró pero nadie la tocó. Nadie la tocaría ni la mancharía, por qué el ya había entrado en ella.
– Estrella de la Mañana
(Malaquías 3, 20) ó (Malaquías 4, 2) (según su versión de la Biblia) (Lucas 1, 78) (Cantar 6, 10) (Apocalipsis 22, 16)
Las Escrituras comparan a Jesús con el Sol. Así como el Sol surge al amanecer para traer sus rayos para iluminar, y, así Jesús surge en la historia para iluminar a los que están en tinieblas, es decir, en el pecado. Ahora, es un hecho natural que antes del amanecer, existe una llamada «estrella de la mañana» o «lucero del alba» que anuncia la salida del sol. Este astro, que no es más que el planeta Venus, brilla con intensidad tres horas antes del amanecer.
María por tanto anuncia la llegada del verdadero Sol de Justicia. Ella surge como la aurora, dice el libro del Cantar de los Cantares. Dijo en una ocasión el papa Inocencio, como la aurora señala el fin de la noche y el comienzo del día, así María puso fin al pecado al dar a luz a Jesús, el Salvador.
– Salud de los enfermos
(Cantar 4, 11-15) (Marcos 1, 34)
María nos trajo la Salud a los enfermos, por qué nos dio al médico divino, a la medicina perfecta. Jesús en vida pasando curando de muchos males, y lo sigue haciendo en el Cielo. El Cantar de los Cantares hace alusión a María como una mujer que destila miel, como jardín del que brotan frutos exquisitos, del que brota un manantial. San Bernardo dijo: «Jesús es miel en la boca,melodía en el oído, gozo en el corazón. ¿Hay alguno entre nosotros que estén tristes? Que Jesús entre en su corazón, y luego se muestre en su rostro, y he aquí que delante del resplandor que se levanta de su nombre, toda nube se desvanece y regresa la serenidad.» Sin duda todo eso que brota del jardín es Jesús, la medicina física y espiritual perfecta.
– Refugio de los Pecadores, Consuelo de los Afligidos, Auxilio de los Cristianos.
(1 Juan 2, 1) (Mateo 11, 28) (Santiago 5, 16)
Jesús nos da el perdón cuando acudimos a él con arrepentimiento. Él nos promete que nos hará descansar de todas nuestras preocupaciones, tanto física como espiritualmente. María, como madre nuestra, siempre nos alienta a seguir a su hijo. Ella intercede por nosotros, y nos puede alcanzar ese perdón de Jesús y para alcanzarnos el amor de Jesús.
Es un refugio, cuando pensamos que desagradamos a Dios, cuando pensamos que lo hemos defraudado. Como madre que es, ella nos consuela, nos hace ver que Dios esta pronto para perdonarnos. (Isaías 55, 7) Por eso, también es nuestro auxilio, por qué pide por nuestras necesidades a Dios. Siempre nos recuerda que el «hacer lo que Jesús nos diga» es lo mejor que podemos hacer.
– Reina de los Ángeles, profetas, patriarcas, etc.
(Véase la sección, «Reina»)
(Para la letanía, «Reina elevada al cielo», véase )
LAS LETANÍAS terminan orando a Dios hecho hombre, Jesucristo, bajo el nombre de Cordero. Ya Isaías relaciona a Jesús en la cruz como un «como un cordero llevado al matadero» (Isaías 53, 7). Un cordero como los que eran sacrificados para el perdón de los pecados cada año en el Templo. Jesús en cambio, al morir una vez y para siempre, redimió de los pecados a todos los hombres. Bien San Juan Bautista le llamó «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.» (Juan 1, 29) Al final le pedimos perdón al Señor y le suplicamos que tenga piedad de nosotros.
Apreciemos verdaderamente esta serie de halagos o elogios a María. El Cantar de los Cantares hace alusión a una amada. Esa Amada es una figura de María. De ella se dice: «Ella es la única de su madre, la preferida de la que la engendró […]» (Cantar 6, 9). A esta mujer amada, «la felicitan las jóvenes, las reinas y concubinas la elogian.» (Cantar 6, 9). Nosotros como hijos suyos, hermanos de Jesús debemos también de darle el honor que se merece. Sigamos el consejo de San Pablo: «honor, a quien le es debido.» (Romanos 13, 7)