lunes, agosto 14, 2023

LA MISA TIENE MUCHA BIBLIA



Cuando el teólogo protestante Scott Hahn asistió a una Santa Misa, se sorprendió al mirar lo mucho que se citaba la Biblia en el culto Católico. Dice que le daban ganas de ponerse de pie y decir "éso está en ésta cita bíblica, eso en ésta otra". Nunca imaginó que el culto Católico estuviera tan sumergido en la Palabra.
 
Acabó por convertirse a la Iglesia Católica y escribió el libro «La Cena del Cordero»; subtitulado «La Misa, el Cielo en la Tierra».
En efecto, al INICIO de la Misa decimos «en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», eso está en Mt 28,19.

SALUDO: El sacerdote saluda «El Señor esté con ustedes» a lo que la asamblea responde «y con tu espíritu», está en 2Tm 4,22. 
También puede saludar de otro modo: «la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con ustedes», lo dice 2Cor 13,14.

PIEDAD: Es el grito del ciego de Jericó y la oración del publicano en Lc 18 o 2Tm 1,16. 

GLORIA: Imitando a los ángeles en la noche de Navidad glorificamos a Dios cantando«¡Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor!», Lc 2,14, e imitando a los santos del Cielo decimos: «¡oh rey de las naciones quién no glorificará tu nombre porque sólo tú eres santo», Ap 15,3-4.

LEEMOS LA BIBLIA: dos Lecturas del Antiguo y dos del Nuevo Testamento, y enseguida se hace una explicación y exhortación u HOMILÍA partiendo de esas lecturas proclamadas. 

El canto del SANTO está formado con frases de Is 6,3; Jn 12,13 y Ap 4,8. «Santo, Santo, Santo, Dios Todopoderoso, llena está toda la tierra de su gloria, hosanna en el Cielo, bendito el que viene en nombre del Señor.»

Entonces, no sólo lo que decimos, sino también lo que cantamos es Biblia. 

La expresión ALELUYA fue tomada de los salmos 111-118 y de Apocalipsis 19. 

En el corazón de la Santa Misa tenemos la CONSAGRACIÓN que son las mismas palabras que Jesús pronunció en la última Cena: «Tomen y coman esto es mi Cuerpo. Tomen esta es mi Sangre» Lc 22,19-20.

Luego oramos con el PADRE NUESTRO, que es un trozo del capítulo 6 de san Mateo. 

Después, se hace la presentación de la Sagrada Hostia diciendo «este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo», que son las palabras de San Juan Bautista en Jn 1,29. Inmediatamente la asamblea responde con Mt 8,8: «Señor no soy digno de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme», las palabras del centurión.

Varias veces decimos AMÉN, palabra bíblica.
 
Y lo que no es texto bíblico explícito, lo es implícito, porque todo está calcado de, o de acuerdo con la enseñanza de la Sagrada Escritura. 
Así cuando decimos demos gracias al Señor «Es justo y necesario. En verdad es justo darte gracias siempre y en todo lugar», decimos eso porque en 1Tes 5,18 dice «en todo den gracias, pues esto es lo que quiere Dios de ustedes». 
De hecho a la Misa se le llama «Eucaristía» que significa «acción de gracias».

Pero no sólo lo que decimos y cantamos es bíblico, sino también lo que hacemos y usamos para el culto: al iniciar, y en otros momentos, nos signamos con la CRUZ. ¿Por qué? Porque en Ez 9,4 se nos dice que a los salvados Dios mandó ponerles una «tau» en la frente; es decir, Dios mandó ponerles una cruz, ya que la «tau» es la «T», y esa letra en el hebreo antiguo tenía la forma de una cruz en forma de «X», por ello, y sabiendo que Ap 7,3 y 14,1 habla de que los salvados estaban marcados en la frente con el nombre del Cordero, entonces en la Iglesia usamos el signo de la Cruz, como la marca del Cordero. 

Usamos VELAS, ¿por qué? porque el Apocalipsis dice «miré siete candelabros de oro», siete lámparas de aceite. 
Y en medio de esas lámparas estaba un hombre con túnica talar, es decir un Sacerdote, Ap1,12-13. 
Y esa imagen de un SACERDOTE entre las lámparas o velas ¿dónde lo vemos? en la Santa Misa.
También se habla de 24 ancianos que alaban al Cordero, seres humanos con funciones sacerdotales porque alaban y ofrecen las oraciones de los fieles, Ap 4-5. Y al ser 24 enseguida pensamos en las 24 clases sacerdotales de 1Cro 24.

Esos sacerdotes ofrecen perfumes que son la oraciones de los santos, Ap 5,8; y «subió delante de Dios la humareda de los perfumes», Ap 8,4. Por eso en la Misa usamos un perfume de humo: el INCIENSO. 

Ap 6,9 dice que debajo del ALTAR estaban las almas de los que habían sido «testigos», por ello, desde un principio, fue costumbre celebrar la misa sobre la tumba de los mártires, por eso la Basílica de Roma está sobre la tumba de San Pedro; la Basílica de San Pablo extramuros está sobre la tumba de San Pablo; en Venecia, el altar esta hecho de un bloque de mármol que contiene los restos de San Marcos, el autor de ese Evangelio, etc. 
Todavía hoy es costumbre que, al consagrar un templo, se ponga incrustada en el altar alguna reliquia de algún hombre de virtud heroica (=santo). 

El salmo 116 dice «¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?» y el mismo contesta: «levantaré la copa de la salvación», se trata del CÁLIZ (=copa) que contiene la Sangre Salvadora. 

El salmo 23 dice que «el Señor nos prepara la mesa y en verdes praderas nos hace reposar» como en Mc 6, 39-42 donde el Señor hace el milagro y sus ministros reparten "su Pan".

CONCLUSION: EN LA SANTA MISA, LO QUE DECIMOS, LO QUE CANTAMOS Y LO QUE HACEMOS ES BÍBLICO. 

Tomado de Música Católica.

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