martes, noviembre 23, 2021

Por qué llamamos a la Virgen María la “Reina del cielo y de la tierra”?


A muchos les escandaliza escuchar que los católicos llamamos a la Virgen María la "Reina del cielo y de la tierra" porque la Biblia "nunca lo dice". Pero, de nuevo, los cristianos se han basado en lo que sabemos de Jesús y en el Antiguo Testamento para entender a María.

Durante el reino davídico en el Antiguo Testamento, la reina que gobernaba al lado del rey no era su esposa, sino su madre. Se le conocía como "la Reina Madre", "gébirah" en hebreo (Jer 13,18).

Como se ve en el ejemplo de Betsabé, madre de Salomón, la madre del rey gobernaba a su lado y era la segunda en el rango después del mismo rey. Al igual que el rey, la Reina Madre portaba una corona y siempre estaba sentada a su derecha compartiendo su autoridad (1 Re 2,19-20; Jer 13,18). Asimismo, la Reina Madre era una mujer poderosa e intercesora ante su hijo, el rey, como lo muestra Betsabé (1 Re 2,13-18). Si alguien quería obtener algo del rey, lo mejor que podía hacer era tener a la reina de abogada, pues él no la rechazaba (v. 17).

En los pasajes que profetizan la venida del Mesías, el nuevo rey, la madre también está presente (Is 7,14; Mi 5,2). Los Evangelios nos dicen que la Reina Madre es María. Reina del cielo y de la tierra

MARÍA: LA REINA MADRE DEL MESÍAS
Jesús es el nuevo Adán, el nuevo Moisés y también el nuevo David. Para los judíos, el Mesías tenía que ser descendiente de David (Is 11; 2 Sam 7,8-16). Y sabían que, si Jesús era el nuevo David, María era la Reina Madre y no una mujer ordinaria.

Mateo presenta a María como Reina Madre al nombrarla en su genealogía de Jesús, en la que muestra que Jesús es el heredero del trono de David (Mt 1, 1-17). Había solo un tipo de mujer que se nombraba en las genealogías de los reyes: la Reina Madre (ej: 1 Re 14,21; 15,1-2; 2 Re 8,25-26, etc.).

Otro ejemplo viene del Evangelio de Lucas, en donde santa Isabel exclama al ver a María: "¿Cómo he merecido que venga a mí la madre de mi Señor?" (Lc 1,43). Isabel era la prima mayor de María, y en la tradición judía, una prima mayor jamás honraba a su prima menor de esta manera, al menos que fuera una reina. La expresión "madre de mi Señor", hace referencia a un título de reyes, por lo que Isabel reconoce a su prima María como la madre del Rey Mesías que había de venir.

Finalmente, María misma reconoce la gran gracia que Dios le ha dado al ser la madre de Mesías, del nuevo rey: "Desde ahora, todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc 1,48). Ella sabía que, por voluntad de Dios, su papel era importante en el plan de salvación.

ENTONCES ¿QUIÉN ES LA "REINA DEL CIELO" EN JEREMÍAS 44,17?
Que los paganos hayan llamado a una diosa "reina del cielo" no implica que la Biblia se esté refiriendo a la Virgen María. Esto no tiene fundamento alguno. Tal diosa es la falsa reina del cielo, porque la verdadera reina del cielo es María. Y para decir esto sí hay fundamento bíblico.

La Biblia presenta a María como la nueva Eva y la nueva Arca, y así la identifica también como la "mujer vestida del sol" del Apocalipsis. Y no solo está en el cielo, sino que también lleva una "corona de doce estrellas" (Ap 12,1), signo irrefutable de que es reina.

Si Jesús es el "rey de reyes" de la tierra y del cielo (Ap 1,5; 17,14), entonces María es también la Reina del cielo y de la tierra.


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