DECLARACIONES QUE MALDICEN A TU PROPIO HIJO
Padre Porfirio decía que los padres deben estar atentos a la forma en que se dirigen a sus hijos. Deben bendecirlos, no maldecirlos o regañarlos, porque el que bendice, propaga el bien, mientras que todo aquel que maldice, no hace sino esparcir el mal. Para esto solía poner, como ejemplo, un caso real que conocía:
En una zona rural, un niño salió al campo a jugar, a pesar de que momentos antes su mamá le había pedido que sacara el asno a pastar. Cuando, horas después, el niño regresó a casa, la mamá, iracunda, lo maldijo de todas las maneras posibles, así como suelen hacerlo los dementes o quienes no tienen ninguna relación con la Iglesia. Asustado, el niño se montó en el animal y partió otra vez al campo. Pero, por la prisa, en un momento dado el pequeño perdió el equilibrio y, cayéndose, murió. Horas después, unos caminantes lo encontraron, yaciendo sobre las piedras de aquel sendero, y lo llevaron en brazos a casa de su madre. Ésta, al verlo, comenzó a gritar y llorar, desesperada, pero ya todo era inútil, porque el mal ya estaba hecho. Por eso, el mismo Evangelio nos enseña a bendecir siempre, porque las bendiciones traen sólo bien, mientras que una maldición atrae el mal, el infortunio, la infelicidad.
12 Declaraciones que maldicen a tu propio hijo o hija.
1- Usted es inútil.
Los demonios del fracaso y la miseria invadirán a ese niño. Se necesitarán muchas oraciones para liberar a ese niño.
2- Este niño no tiene remedio.
Los demonios de la desesperanza y el fracaso atacarán a ese niño.
3- Este niño no sirve para nada.
Los demonios de la inutilidad atacarán a ese niño.
4- No eres mi hijo.
Tu hijo crecerá como un huérfano. Ese niño puede terminar convirtiéndose en una persona sin hogar.
5- Eres estúpido.
Los demonios de la estupidez atacarán a ese niño. Es posible que ese niño nunca sobresalga en la escuela ni en la vida.
6- Nunca lo lograrás.
Los demonios del fracaso invadirán a ese niño. Ese niño nunca tendrá éxito en la vida, como usted, el padre, dijo.
7- Este niño es malvado.
Los demonios de la maldad invadirán a ese niño. El comportamiento de ese niño siempre se inclinará hacia la maldad.
8- Estoy harto de este niño.
Demonios de la muerte invadirán ese niño.
9- Mira este animal.
Si llama a su propio hijo un animal, ese niño dejará de estar en la categoría de humanos. Satanás asignará demonios que convertirán a este niño en una bestia.
10- Que vergüenza sea tuya.
La gloria de Dios puede desaparecer de ese niño. Satanás asignará demonios de la vergüenza a ese niño. El favor y el honor siempre desaparecerán de ese niño.
11- Ojalá este niño no hubiera nacido.
Los demonios de la muerte siempre rodearán a ese niño.
12- Creo que este niño tiene demonios en la cabeza.
A Satanás le gustará esta declaración. El diablo inmediatamente ordenará a cientos de demonios que entren en su hijo.
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. (Santiago 3:10).
Ten cuidado con las palabras que declaras sobre tus hijos. Procura siempre que tus palabras sean para bendecir y no para maldecir, que den vida y no muerte, seamos conscientes que como cristianos somos llamados a usar correctamente nuestra boca. La única forma en que debemos usar nuestra boca es para bendecir y mencionar solo las maravillosas cosas que Dios ha hecho con nosotros y a nuestro alrededor: "Manantial de vida es la boca del justo." (Proverbios 10:11).
San Porfirio de Kafsokalivia