miércoles, diciembre 31, 2014

Oracion de Fin de año

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.

Al terminar este año quiero darte gracias

por todo aquello que recibí de TI.


Gracias por la vida y el amor, por las flores,

el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto

fue posible y por lo que no pudo ser.


Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que

pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos

y lo que con ellas pude construir.


Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,

las amistades nuevas y los antiguos amores,

los más cercanos a mí y los que estén más lejos,

los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,

con los que compartí la vida, el trabajo,

el dolor y la alegría.


Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,

perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,

por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,

y perdón por vivir sin entusiasmo.


También por la oración que poco a poco fui aplazando

y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios

nuevamente te pido perdón.


En los próximos días iniciaremos un nuevo año

y detengo mi vida ante el nuevo calendario

aún sin estrenar y te presento estos días

que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.


Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,

la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad

llevando a todas partes un corazón lleno

de comprensión y paz.


Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios

a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno

que mi espíritu se llene sólo de bendiciones

y las derrame a mi paso.


Cólmame de bondad y de alegría para que,

cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí

encuentren en mi vida un poquito de TI.


Danos un año feliz y enséñanos

a repartir felicidad.


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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
skype:  ernesto.william



lunes, diciembre 29, 2014

En España: más de dos millones de inocentes asesinados en 29 años

MÁS MUERTES POR ABORTO A LA SEMANA QUE POR ACCIDENTES DE TRÁFICO AL AÑO


Hoy es el Día de los Santos Inocentes, en el que recordamos la matanza de bebés que ordenó el Rey Herodes tras el nacimiento de Cristo. Es una buena fecha para recordar el resultado de las leyes creadas y mantenidas por los Herodes de hoy en día. En el caso de España, las leyes abortistas ya han dejado un reguero de más de dos millones de cadáveres.


Fuente : (Elentir/InfoCatólica) 

Como de costumbre, el gobierno ha retrasado como hace cada año -y este año con más retraso de lo habitual- la publicación de las cifras anuales de abortos del año anterior, que suelen darse a conocer en plenas fiestas navideñas con el propósito descarado de que pasen desapercibidas. Sin embargo, ya se han ido publicando datos autonómicos que apuntan a más 110.000 inocentes asesinados por el aborto en España en 2013, según un informe hecho público el 17 de diciembrepor el Instituto de Política Familiar. Tomando los datos oficiales de los que disponemos y los datos hechos públicos por el IPF en el citado documento y el "el informe El aborto en España 1985-2011″, éste es el siniestro panorama estadístico que deja en España el crimen del aborto:

La cifra de niños y niñas abortados hasta ahora en España equivale a exterminar a las ciudades de Barcelona y Palma de Mallorca juntas. Se trata de la segunda y la octava de las ciudades españolas con mayor número de habitantes.

España ya es el tercer país de la Unión Europea con más abortos. Actualmente sólo Francia y el Reino Unido nos superan en cuanto a número de niños por nacer exterminados. España ya ha superado en esto incluso a Alemania, con más habitantes que nuestro país.

Teniendo en cuenta las últimas estadísticas disponibles, relativas a 2012, el aborto podría situarse ya como la segunda causa de muerte en España, sólo superado por las enfermedades del sistema circulatorio.

Tomando como referencia la última cifra oficial disponible, en España mueren abortados 307 niños y niñas no nacidos al día, casi 13 inocentes muertos cada hora.

Siguiendo las cifras oficiales de 2012, en España mueren abortados 2.161 niños y niñas no nacidos cada semana, más que la cifra de muertes por accidente de tráfico en un año, en el citado periodo fue de 1.915.

Al mes son matados en España 9.365 niños y niñas no nacidos, 2,64 veces el número de suicidios que se producen al año, que en el caso de 2012 fueron 3.539.

El aborto mata a 1 de cada 5 niños y niñas por nacer en España. Según el IPF, en 2013 se habrán producido 535.000 embarazos de los que más de 110.000 habrían terminado en aborto, esto es, el 20,5% de los embarazos. Este porcentaje superaría al de 2012, cuando fueron exterminados el 19,8% de los niños y niñas por nacer en España.

Durante los tres años que llevamos de mandato de Rajoy, el Estado ha gastado en perpetrar abortos 54 millones de euros, casi 9.000 millones de pesetas, a razón de 18 millones de euros al año. Una cantidad que sirve para financiar, principalmente, a empresas privadas -mal llamadas clínicas- que se enriquecen con el exterminio de niños por nacer. Paralelamente,España está en el furgón de cola de la Unión Europea en ayudas a la maternidad, lo que deja en evidencia que el Estado empuja a las mujeres a abortar.

El aborto ya supone casi la mitad del déficit de natalidad que tiene España, un déficit que da lugar a un envejecimiento de la población y que supondrá en el futuro graves problemas sociales y económicos, como la imposibilidad de mantener el actual sistema de pensiones al haber cada vez menos población activa por cada pensionista.

La responsabilidad de los votantes ante este genocidio silencioso

Estamos ante el mayor genocidio de la historia de España, un genocidio silencioso que tiene como víctimas a los más inocentes e indefensos, y que se perpetra con dinero público que pagamos todos los contribuyentes, al amparo de leyes inmorales e injustas, y con la complicidad de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, que han ido promoviendo y consolidando el aborto en España durante tres décadas incluso a costa de traicionar sus compromisos electorales -como ha hecho Rajoy-, y de implantar una ley abortista que no figuraba en ningún programa electoral, como hizo el PSOE con Zapatero y la Ley Aído. A estas alturas ya no se puede obviar lo que implica apoyar a esos partidos y a otros que, como ellos, apoyan las leyes criminales que provocan esta matanza. Votar a los partidos que apoyan o mantienen esas leyes abortistas es hacerse moralmente cómplice de sus cruentos resultados. Y si nos referimos a términos puramente pragmáticos, desde el punto de vista de alguien que quiera promover el derecho a vivir, votar a esos partidos es tirar el voto, especialmente si tenemos en cuenta que en el escenario político hay otras opciones a la que votar que sí defienden el derecho a la vida.


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Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
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sábado, diciembre 27, 2014

Juan Apóstol y Evangelista, Santo


 



El discípulo amado, 27 de diciembre 

Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net

El Discípulo Amado
27 de diciembre


Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. Hombre de elevación espiritual, se lo considera el águila que se alza hacia las vertiginosas alturas del misterio trinitario: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios".

Es de los íntimos de Jesús y le está cerca en las horas más solemnes de su vida. Está junto a él en la última Cena, durante el proceso y, único entre los apóstoles, asiste a su muerte al lado de la Virgen. Pero contrariamente a cuanto pueden hacer pensar las representaciones del arte, Juan no era un hombre fantasioso y delicado, y bastaría el apodo que puso el Maestro a él y a su hermano Santiago -"hijos del trueno"- para demostrarnos un temperamento vivaz e impulsivo, ajeno a compromisos y dudas, hasta parecer intolerante.

En el Evangelio él se presenta a sí mismo como "el discípulo a quien Jesús amaba". Aunque no podemos indagar sobre el secreto de esta inefable amistad, podemos adivinar una cierta analogía entre el alma del "hijo del trueno" y la del "Hijo del hombre", que vino a la tierra a traer no sólo la paz sino también el fuego. Después de la resurrección, Juan parmanecerá largo tiempo junto a Pedro. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan "como las columnas" de la Iglesia.

En el Apocalipsis Juan dice que fue perseguido y relegado a la isla de Patmos por la "palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo." Según una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen, y bajo Domiciano fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de la que salió ileso, pero con la gloria de haber dado también él su "testimonio". Después del destierro en Patmos, regresó definitivamente a Éfeso en donde exhortaba infatigablemente a los fieles al amor fraterno, como resulta de las tres epístolas contenidas en el Nuevo Testamento. Murió de avanzada edad en Éfeso, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98.


Referencias Bíblicas:
[1] Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Lc. 5, 10; Mc. 10, 35
[2] Salomé, madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Mc. 15, 40; Mt. 27, 56
[3] "En el principio estaba el Verbo..." (Jn. 1, 1)
[4] Juan sentado junto al Señor en la Última Cena cf. Jn. 13, 23
[5] Juan testigo de la transfiguración cf. Mc. 9, 2
[6] Juan junto al Señor en el monte de los Olivos cf. Mc. 14, 32-34
[7] Juan, el discípulo amado por Jesús cf. Jn. 21, 20-25
[8] Juan, junto a Pedro y Santiago, columnas de la Iglesia cf. Gál. 2, 9
[9] Juan, desterrado a la isla de Patmos por la Palabra cf. Ap. 1, 9


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martes, diciembre 23, 2014

El buey y el asno, junto al pesebre

Los rostros del buey y el asno nos miran esta Navidad y nos hacen una pregunta: ¿Comprendes tú la voz del Señor? ¿Volverás a casa llenos de alegría?

Autor: Joseph Ratzinger | Fuente: Catholic.net

 

Benedicto XVI, cuando aún no era Papa, escribió varios textos dedicados a la Navidad en el libro Imágenes de la esperanza. 

En la cueva de Greccio (Es una pequeña localidad situada en el valle de Rieti, en Umbría, no muy lejos de Roma ) se encontraban aquella Nochebuena, conforme a la indicación de san Francisco de Asis, el buey y el asno: «Quisiera evocar con todo realismo el recuerdo del niño, tal y como nació en Belén, y todas las penalidades que tuvo que soportar en su niñez. Quisiera ver con mis ojos corporales cómo yació en un pesebre y durmió sobre el heno, entre un buey y un asno».

Desde entonces, el buey y el asno forman parte de toda representación del pesebre. Pero, ¿de dónde proceden en realidad? Como es sabido, los relatos navideños del Nuevo Testamento no cuentan nada de ellos. Si tratamos de aclarar esta pregunta, tropezamos con uno hechos importantes para los usos y tradiciones navideños, y también, incluso, para la piedad navideña y pascual de la Iglesia en la liturgia y las costumbres populares.


El buey y el asno no son simplemente productos de la fantasía piadosa. Gracias a la fe de la Iglesia en la unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento, se han convertido en acompañantes del acontecimiento navideño. De hecho, en Isaías 1,3 se dice: Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne.

Los Padres de la Iglesia vieron en estas palabras una profecía referida al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia constituida a partir de judíos y gentiles. Ante Dios, todos los hombres, judíos y gentiles, eran como bueyes y asnos, sin razón ni entendimiento. Pero el Niño del pesebre les ha abierto los ojos, para que ahora reconozcan la voz de su Dueño, la voz de su Amo.

En las representaciones navideñas medievales, sorprende continuamente cómo a ambos animales se les dan rostros casi humanos; cómo, de forma consciente y reverente, se ponen de pie y se inclinan ante el misterio del Niño. Esto era lógico, pues ambos animales eran considerados la cifra profética tras la que se esconde el misterio de la Iglesia –nuestro misterio, el de que, ante el Eterno, somos bueyes y asnos–, bueyes y asnos a los que en la Nochebuena se les abren los ojos, para que en el pesebre reconozcan a su Señor.


Pero, ¿lo reconocemos realmente? Cuando ponemos en el pesebre el buey y el asno, debe venirnos a la mente la palabra entera de Isaías, que no sólo es buena nueva –promesa de conocimiento venidero–, sino también juicio sobre la presente ceguedad. El buey y el asno conocen, pero «Israel no conoce, mi pueblo no discierne».


¿Quién es hoy el buey y el asno, quién es mi pueblo que no discierne? ¿En qué se conoce al buey y al asno, en qué a mi pueblo? ¿Por qué, de hecho, sucede que la irracionalidad conoce y la razón está ciega?

Para encontrar una respuesta, debemos regresar una vez más, con los Padres de la Iglesia, a la primera Navidad.


¿Quién no conoció? ¿Por qué fue así?

 

 

 

  • Quien no conoció fue Herodes: no sólo no entendió nada cuando le hablaron del Niño, sino que sólo quedó cegado todavía más profundamente por su ambición de poder y la manía persecutoria que le acompañaba.
  • Quien no conoció fue, «con él, toda Jerusalén». Quienes no conocieron fueron los hombres elegantemente vestidos, la gente refinada. Quienes no conocieron fueron los señores instruidos, los expertos bíblicos, los especialistas de la exégesis escriturística, que desde luego conocían perfectamente el pasaje bíblico correcto, pero, pese a todo, no comprendieron nada.

    Quienes conocieron fueron –comparados a estas personas de renombre– bueyes y asnos: los pastores, los magos, María y José. ¿Podía ser de otro modo? En el portal, donde está el Niño Jesús, no se encuentran a gusto las gentes refinadas, sino el buey y el asno.


    Ahora bien, ¿qué hay de nosotros? ¿Estamos tan alejados del portal porque somos demasiado refinados y demasiado listos? ¿No nos enredamos también en eruditas exégesis bíblicas, en pruebas de la inautenticidad o autenticidad del lugar histórico, hasta el punto de que estamos ciegos para el Niño como tal y no nos enteramos de nada de Él? ¿No estamos también demasiado en Jerusalén, en el palacio, encastillados en nosotros mismos, en nuestra arbitrariedad, en nuestro miedo a la persecución, como para poder oír por la noche la voz del ángel, e ir a adorar?


    De esta manera, los rostros del buey y el asno nos miran esta noche y nos hacen una pregunta: Mi pueblo no entiende, ¿comprendes tú la voz del Señor? Cuando ponemos las familiares figuras en el nacimiento, debiéramos pedir a Dios que dé a nuestro corazón la sencillez que en el Niño descubre al Señor –como una vez San Francisco en Greccio–. Entonces podría sucedernos también –de forma muy semejante a san Lucas cuando habla sobre los pastores de la primera Nochebuena–: todos volvieron a casa llenos de alegría.

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La navidad es esa calidez que se filtra en nuestro interior, que revoluciona nuestros corazones y nos ofrece los sentimientos mas nobles y la esperanza de poder compartir un manana mejor Feliz navidad y venturoso 2015



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Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
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sábado, diciembre 06, 2014

Carta de Jesús para Ti


Querido Amigo:

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento.

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue!

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?

Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!".

Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!" (Mateo 25,34-40).

Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias 

Tu amigo 
Jesús

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jueves, noviembre 13, 2014

Corrupto o Pecador,

Reflexion del Papa Francisco

Jesus "no se cansa de perdonar y nos aconseja" que hagamos lo mismo. El Papa se detuvo en su homilia sobre la exhortacion del Señor a perdonar al hermano arrepentido, del que habla el Evangelio.
 Cuando Jesus pide que se perdone siete veces al dia, observo el Pontifice, "hace un retrato de si mismo".
 Jesus,  "perdona" pero en este pasaje evangelico tambien dice: "Atencion a quien causa escandalos".
No habla de pecado, sino de escandalo, que es otra cosa.
 Y añade que "es mejor para el que se le ponga una piedra de molino al cuello y se lo arroje al mar, antes de que escandalice a uno de estos pequeños". De ahi que el Papa se preguntara que diferencia hay entre "pecar y escandalizar":
 
"La diferencia es que
quien peca y se arrepiente, pide perdon, se siente debil, se siente hijo de Dios, se humilla, y pide precisamente la salvacion de Jesus. Pero de aquel otro que escandaliza,  que cosa escandaliza?
Que no se arrepiente. Sigue pecando, pero finge ser cristiano: la doble vida.
Y la doble vida de un cristiano hace mucho mal, mucho mal. ' Pero, yo soy un benefactor de la Iglesia! Meto la mano en el bolsillo y doy a la Iglesia. Pero con la otra mano, roba: al Estado, a los pobres… roba. Es un injusto. esta es doble vida. Y esto merece –lo dice Jesus, no lo digo yo– que le pongan en el cuello una muela de molino y sea arrojado al mar. No habla de perdon, aqui".
NO HAY PERDON PARA EL QUE NO SE ARREPIENTE
 
Y esto, subrayo el Pontifice, porque "esta persona engaña", y "donde esta el engaño, no esta el Espiritu de Dios. esta es la diferencia entre pecador y corrupto". Quien "conduce una doble vida – dijo – es un corrupto". Diverso es quien "peca y quisiera no pecar, pero es debil" y "va a lo del Señor" y pide perdon: " a ese el Señor lo quiere! Lo acompaña, y esta con el":
 
"Y nosotros debemos decirnos pecadores, si,  todos, aqui, todos lo somos. Corruptos no,( EL QUE NO SE ARREPIENTE Y SIGUE PECANDO Y DISIMULANDO ).
 El corrupto esta fijo en un estado de suficiencia, no sabe que cosa es la humildad. Jesus, a estos corruptos, les decia: 'La belleza de ser sepulcros blanqueados, que parecen bellos, por afuera, pero dentro estan llenos de huesos muertos y de putrefaccion. Y un cristiano que se vanagloria de ser cristiano, pero que no hace vida de cristiano, es uno de estos corruptos. Todos conocemos a alguien que esta en esta situacion,  y cuanto mal hacen a la Iglesia! Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos…  Cuanto mal hace a la Iglesia! Porque no viven en el espiritu del Evangelio, sino en el espiritu de la mundanidad".
 
El Santo Padre recordo que San Pablo lo dice claramente en su Carta a los cristianos de Roma: "No se uniformen a este mundo". Es mas, preciso, el "texto original es mas fuerte" porque afirma que no hay que "entrar en los esquemas de este mundo, en los parametros de este mundo". Esquemas, reafirmo, que "son esta mundanidad que te lleva a la doble vida".
 
"Una podredumbre barnizada: esta es la vida del corrupto. Y Jesus no les decia sencillamente 'pecadores' a estos, les decia: 'hipocritas'. Y que bello, aquel otro,  no? 'Si cometiera una culpa siete veces al dia contra ti y siete veces viniera a ti diciendo: 'Estoy arrepentido, soy pecador', tu lo perdonaras'. Es lo que el hace con los pecadores. el no se cansa de perdonar, solo con la condicion de no querer hacer esta doble vida, de ir a el arrepentidos: ' Perdoname, Señor, soy pecador!'. 'Pero, vas adelante, vas adelante: yo lo se'. Y asi es el Señor. Pidamos hoy la gracia al Espiritu Santo que huye de todo engaño, pidamos la gracia de reconocernos pecadores: somos pecadores.

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lunes, noviembre 10, 2014

Basílica significa: "Casa del Rey"



De varias maneras se suele denominar este templo: Basílica "Constantiniana,"Del Salvador" y "De San Juan de Letrán". Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo; por ello a esta basílica se llama a sí misma en la escritura de su fachada "madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe".

El nombre de Letrán le viene del palacio que tenían los "Laterani" en el monte Celio desde el siglo I a quienes la autoridad confiscó sus bienes por atreverse a conspirar contra Nerón. Parece ser que pasó a ser propiedad de Fausta, la esposa de Constantino; aconsejada, según dicen, por Osio de Córdoba, lo donó a los Papas para su residencia habitual, como de hecho lo fue a través de bastantes siglos hasta el periodo de Aviñon.

Pero la longa historia no muy probada o la leyenda une esta basílica a la familia imperial también por otros motivos. Parece ser que el emperador que legalizó a la Iglesia contrajo el terrible e incurable mal de la lepra y fue curado milagrosamente por san Silvestre; en agradecimiento por la recuperación de la salud, entregó los terrenos necesarios para construirla y se prestó a dar la ayuda económica pertinente. Esta es la razón de llamarla también "Constantiniana".

Se sabe que ya en el año 313 hubo en ella un sínodo porque la esposa de Constantino lo cedió al papa Milcíades; que el papa Dámaso fue ordenado en ella y que se dedicó el día 9 de Noviembre del año 324, dándole Silvestre el título de "El Salvador", hasta que en el siglo XIII se le añadieran los de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista.

Este augusto templo ha sido la sede de muchos concilios -más de veinticinco- desde el siglo IV al XVI y, de ellos, cinco han sido ecuménicos.

Allí se firmó, ya en tiempos más cercanos, el Tratado de Letrán, el 11 de marzo de 1929, con el que Pío XI logró la libertad del papa de todo soberano temporal y con ello el libre ejercicio de su misión evangelizadora, firmándolo con Mussolini.

Esta basílica podría contar una larga serie histórica de virtudes, pero también habla de sacrilegios, saqueos, incendios, terremotos e incluso el abandono de sus papas sobre todo el tiempo del destierro de Aviñon. Buscando un sentido a esos hechos, uno se pregunta si no serán las fuerzas del infierno que se ponen de pie, rabiosas, con la intención de acabar con el templo de piedras que es símbolo del poder espiritual supremo e indefectible en la Iglesia. También hay que decir que tanto el Renacimiento como el barroco dejaron en ella su huella artística perenne y restauradora, y que Sixto V y León XIII la hicieron realmente suntuosa, por no hablar de que hasta allí fue Francisco de Asís en 1210 a solicitar del Papa Inocencio III la aprobación de su Orden.

Cuando con su consagración se dedica a Dios y a su culto, se indica que pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; con esa ceremonia se indica que pasa a ser "la morada de Dios entre los hombres".

A los católicos, mirándola a ella, se nos hace próximo el misterio de la salvación, pareciéndonos actual aquella escena evangélica en la que Jesucristo llamó a aquel Zaqueo, agarrado a la rama de la higuera, que se siente interpelado por Dios para habitar en su casa y comer con él a pesar de ser sólo un pobre publicano despreciable y pecador.

Es como si el mismo Dios quisiera darnos a entender que, por medio de todo el culto que allí se realiza la Misa, que es el sacrificio redentor de la Cruz, con los sacramentos, con la escucha de su palabra que se hace actual por la predicación-, quisiera recordarnos su vehemente deseo a los hombres de incorporarnos a Él haciéndonos piedras vivas, bien unidas por la caridad, de su Esposa mística -la Iglesia-como las piedras físicas se unen en la construcción material de la basílica. De hecho, esta idea ya está expresada en el Apocalipsis cuando presenta a la Nueva Jerusalén.

Y ¿por qué no decirlo? La Basílica, con su grandeza y su miseria, es también un símbolo de la Iglesia de todos los tiempos donde hubo, hay y habrá persecuciones y flaquezas, intereses humanos y divinos, política, arte, espíritu, dogma y santidad.

Consulta también Dedicación de la Basílica del Salvador de Letrán de Jesús Martí Ballester 

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viernes, noviembre 07, 2014

«Si no somos fieles a Cristo en su enseñanza sobre el matrimonio, no sé cómo la gente podrá confiar en nosotros»

En una entrevista concedida al periodista católico Terence P. Jeffrey, de CNSNews, el cardenal Raymond Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica, ha abordado de nuevo la polémica causada por el debate sobre el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar y la doctrina católica sobre la homosexualidad. El purpurado cree que la Iglesia «necesita desesperadamente una exposición muy clara sobre el matrimonio y el divorcio» y la «inmoralidad de una unión sexual entre personas del mismo sexo».

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Sínodo familia

(CNSNews/InfoCatólica) Texto completo de la entrevista al cardenal Burke:

Su Eminencia, Permanecer en La verdad de Cristo incluye un capítulo inicial analizando la base escriturística del matrimonio, que fue escrito por el padre Paul Mankowski, S.J. Permítame darle un par de citas bíblicas tomadas de la Nueva Biblia Americana destacadas por la Conferencia Episcopal Estadounidense.
Génesis 2, 24 dice: «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne».
Marcos, capítulo 10 dice: «Los fariseos se acercaron y le preguntaron: ¿le es lícito al hombre divorciarse de su mujer? Lo estaban probando.
Les respondió: ¿qué os mandó Moisés? Ellos contestaron: Moisés permitió redactar el acta de divorcio y repudiarla.
Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestros corazones se os ha dado este mandamiento, pero desde el principio de la creación «Dios los hizo hombre y mujer, por esta razón, el hombre debe dejar a su padre y a su madre y se une a su mujer y así serán una sola carne». Así que lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe».
En la casa los discípulos de nuevo le preguntaron a cerca de esto. Él les dijo «quien se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Quiero preguntarle, su Eminencia, una pregunta muy básica. ¿Estaba Jesús en lo correcto a cerca del matrimonio?

Absolutamente. Su misión salvadora para restaurar nuestra comunión con Dios Padre -esa comunión que ha sido rota por el pecado de Adán y Eva- tiene como uno de sus aspectos fundamentales la restauración de la verdad del matrimonio y la fidelidad a esa verdad en la vida del marido y la esposa.

Y así Nuestro Señor, en su enseñanza, hace referencia a la creación misma, en otras palabras, al orden que Dios ha puesto en el mundo y en el corazón humano, por el que un hombre y una mujer son atraídos el uno hacia el otro para formar una unión de por vida, fiel y procreadora, que Nuestro Señor dejó muy claro que ésta es la verdad a cerca del matrimonio, que no hay otra verdad a cerca del matrimonio, que ésta es la verdad completa.

Y era tan clara que los discípulos le preguntaban a cerca de ella porque ellos estaban pasmados. Dijeron: bueno, quizás es mejor no casarse. Y Nuestro Señor dejó claro que Dios Padre da la gracia a aquellos que están llamados a casarse para vivir este maravilloso sacramento y vivir el misterio que refleja de una manera muy particular el amor dentro de la Trinidad, que también es fiel, duradero y fecundo.

Así que vemos que en la obra Salvífica de nuestro Señor, uno de los más importantes aspectos fue restaurar el matrimonio a su verdad.

Dado que fue Jesucristo mismo quien nos enseñó lo que es el matrimonio, ¿puede cualquier sacerdote u obispo cambiar lo que Jesús ha declarado a cerca del matrimonio?

No, absolutamente no. Los sacerdotes y obispos están llamados a ser fieles a la verdad. Nuestro oficio es enseñar esta verdad y ayudar a los fieles a vivirla, pero nunca podemos, incluso bajo una supuesta aproximación pastoral, ya sea alterar o negar la verdad a cerca del matrimonio.

¿Puede el Papa mismo cambiar la naturaleza del matrimonio, teniendo en cuenta lo que dijo Cristo?

No, no está en su poder, y está muy claro en la enseñanza de la Iglesia que si un matrimonio ha sido válidamente celebrado y consumado no puede ser separado. No puede terminarse por nada excepto por la misma muerte.

¿Y la institución del matrimonio y la manera en que es reconocida por la Iglesia puede ser cambiada por cualquier obispo o cualquier papa?

No. No porque la Iglesia en este asunto sigue tanto la ley natural como la ley divinamente revelada. Como ha señalado, estas palabras de Jesús en el evangelio de Mateo, y no hay ningún estudiante respetable de Escritura que cuestione que estas mismas palabras de Nuestro Señor y el texto de la Escritura dejan claro lo que Nuestro Señor parece estar diciendo, más aún, él lo está diciendo porque sus propios discípulos reconocen que es algo duro, que es una llamada a los casados a una manera de vida heroica, pero una vida a la que están realmente llamados.

Puede ser una verdad inconveniente, pero es la verdad.

Exactamente.

Su Eminencia, en el Catecismo de la Iglesia Católica, como aparece en el sitio web del Vaticano, hay una sección llamada «Dar testimonio de la verdad». Y dice esto, dice: «Ante Pilato, Cristo proclama que Él ha venido al mundo a dar testimonio de la verdad.». El cristiano no tiene que avergonzarse entonces de dar testimonio de Nuestro Señor. Y sigue diciendo: «El deber de los cristianos de tomar parte en la vida de la Iglesia los impulsa a actuar como testigos del Evangelio y seguir las obligaciones que se derivan de ello. Su testimonio es una transmisión de la fe en palabras y hechos. Testimoniar es un acto de justicia que establece la verdad o la hace conocida.»

Ahora, el Catecismo sigue diciendo que hemos visto mártires que a lo largo de la historia de la Iglesia han dado sus vidas porque ellos dieron testimonio de la verdad, cuando no sólo era inconveniente sino que suponía riesgo para su vida.

Un ejemplo es San Juan Fisher que fue un obispo inglés del siglo XVI en tiempos del rey Enrique VIII. A éste, su esposa Catalina de Aragón no le había dado ningún heredero varón superviviente, así que él quería dejarla de lado, divorciarse de ella, y casarse con Ana Bolena. La Enciclopedia Católica describe lo que hizo San Juan Fisher como sigue. Dice: «Cuando la cuestión del divorcio de Enrique de la Reina Catalina llego a Fisher, se convirtió en el principal apoyo de la reina y su más fiel consejero. Aparecía al lado de la Reina en la corte, donde sorprendía a sus pares por lo directo de su lenguaje y sobre todo por declarar que, como San Juan Bautista, estaba listo para morir por la indisolubilidad del matrimonio. Enrique VIII se separó dela Iglesia Católica y se declaró la suprema autoridad sobre la Iglesia de Inglaterra, lo que San Juan Fisher se negó a reconocer, por lo que fue martirizado por Enrique VIII. ¿hizo lo correcto el cardenal Fisher diciendo que entregaría su vida en defensa de la indisolubilidad del matrimonio?

Absolutamente. Ningún sacerdote ni obispo ni ningún pontífice romano podría hacer menos. En otras palabras, entregar la indisolubilidad del matrimonio, como el Rey Enrique VIII pedía, habría sido entregar su fe católica y él no podía hacerlo y Nuestro Señor le dio la gracia de ser un mártir. Él incluso hizo referencia a San Juan Bautista, que durante el propio ministerio de Jesús dio testimonio heroico de la indisolubilidad del matrimonio, dejando claro a Herodes que él estaba viviendo en pecado público y grave, viviendo en matrimonio con la esposa de su propio hermano, que obviamente estaba ligada en matrimonio a su hermano.

¿Debería el cardenal Fisher ser un modelo para los sacerdotes y laicos católicos de hoy?

Bueno, ciertamente lo es para mí. Desde el momento en que me convertí en obispo, he estudiado especialmente su vida. Pero él es un modelo para todos los sacerdotes y obispos y para los laicos. Por supuesto, como sabe, Santo Tomás Moro, un laico, un hombre casado, se unió a él en el martirio, porque también se negó a apoyar a Enrique VIII en su pretensión de ser la suprema cabeza de la Iglesia, para darse a sí mismo la licencia de «casarse» con alguien cuando ya estaba casado con Catalina de Aragón.

Ya sabrá, Su Eminencia, hace unos cincuenta años Hollywood hizo una película sobre Santo Tomás Moro, Un hombre para la eternidad, que mostraba lo que le sucedió a Santo Tomás Moro y lo promovía como un gran héroe cultural. Pienso que en aquellos días -estamos hablando de los sesenta en Estados Unidos- la idea de que una persona podría tener que sacrificar su vida en la civilización occidental porque se mantiene en contra de la autoridad del Estado defendiendo la institución del matrimonio y la autoridad moral de la Iglesia parecía chocante. ¿parece chocante ahora?

No, no lo parece. Y muestra cómo de lejos, en un período corto de tiempo, hemos descendido y nos hemos alejado de la verdad de nuestra fe y la verdad de la ley moral en general. Pero el hecho de que esta clase de preguntas sean realmente discutidas en la Iglesia debería chocarnos a todos y despertarnos a la necesidad de dar un testimonio heroico de la verdad de la indisolubilidad del matrimonio frente a ataques desde dentro de la Iglesia.

Desde dentro de la propia Iglesia. Como sabe, muchos de los obispos de Inglaterra no se mantuvieron con San Juan Fisher, se fueron con el rey.

No, la mayoría no lo hizo. De hecho, Fisher fue el único obispo. Ahora bien, después hubo muchos que dieron testimonio heroico y laicos y fieles. Pero en ese momento Fisher estuvo más bien solo.

¿Piensa que hay amenaza o riesgo de que en un futuro cercano la Iglesia Católica pueda enfrentarse a esta situación incluso en países occidentales, donde algunos líderes de la Iglesia, algunos obispos, decidan alinearse con el César más que con Dios?¿Tomar partido en contra de la verdad de la Iglesia?¿Hay riesgo de eso?

Pienso que hay desafío real hoy y quizás no viniendo tanto del Estado como de la cultura en general, la aceptación general, la amplia aceptación del divorcio y del volverse a casar, y la Iglesia Católica que es prácticamente la única institución que mantiene la verdad del matrimonio, la indisolubilidad del matrimonio, ahora se le pide un compromiso en esa materia.

Así, tenemos que reconocer que si no estamos en lo correcto a cerca del matrimonio -en otras palabras, si no somos fieles a la palabra de Cristo, a la verdad que Cristo nos anunció a cerca del matrimonio- en la Iglesia, no sé cómo la gente podría confiar en nosotros a cerca de la enseñanza de la fe de cualquier otra manera.

Quiero decir, estamos hablando del mismo fundamento de la vida de la Iglesia, la primera célula de nuestra vida, en la unión marital y la formación de la familia y si no defendemos la santidad del vínculo matrimonial, estamos realmente no sólo abandonando la fe católica, sino realmente abandonando la fe cristiana, en el sentido de que estamos abandonando la misma ley natural.

Su Eminencia, déjeme preguntarle en relación a otro aspecto del catecismo que llama al respeto de las almas de los otros y habla del pecado de escándalo.

Dice: «El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.»
«El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar» (Mt 18, 6; cf 1 Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos».
«El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido».
¿Piensa que algunos de los obispos que han participado en el sínodo y estaban empujando a la Iglesia Católica contra la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio están en riesgo de cometer escándalo?

Bueno, ciertamente sucedió con la publicación de la relatio intermedia del sínodo. Se causó escándalo en la Iglesia. Los medios de comunicación seculares, no sin razón, se refirieron a ello como un terremoto en la Iglesia. Mientras algunos obispos y otros lo excusaban diciendo que no era una posición doctrinal, sino un simple informe que estaba siendo discutido en el sínodo, el mismo hecho de que estos asuntos estaban siendo discutidos y cuestionados por los presidentes de las conferencias episcopales, por los jefes de los dicasterios de la curia romana y por otros designados especialmente por el Santo Padre para el sínodo, causó una tremenda confusión y podría incluso inducir a los fieles al error respecto a la enseñanza a cerca del matrimonio y otras enseñanzas.

Y así, para mí, fue una seria responsabilidad intentar corregir tan rápida como efectivamente fuese posible el escándalo causado por la relatio intermedia.

Recuerdo un obispo en nuestro pequeño grupo, nos encontramos justo después de la lectura de la relatio intermedia y dijo: «¿cómo voy a casa, a mi pueblo, llevando este mensaje para ellos?».

Su Eminencia, déjeme ser específico en esta parte. En la relatio intermedia – el texto inicial que fue publicado- había una sección llamada «aspectos positivos de las uniones civiles y la cohabitación». Dice: «una nueva sensibilidad en la pastoral de hoy consiste en darse cuenta de la realidad positiva de los matrimonios civiles y habiendo mostrado nuestras diferencias, de la cohabitación. Es necesario que la propuesta de la Iglesia, mientras se presenta claramente el ideal, también indiquemos los elementos constructivos en aquellas situaciones que aún no se corresponden al ideal.»
¿Es esta posición específica escandalosa?

Creo que lo fue porque ¿cómo se puede decir que hay elementos positivos en un acto que es gravemente pecaminoso, comprometerse en el acto matrimonial cuando no estás casado?

No puede haber ningún elemento positivo en esto. Está contra la ley divina, natural y revelada. Simplemente nuestra única respuesta -mientras amamos al pecador, como siempre se dice, amar al pecador y odiar el pecado- pero necesitamos orientar a la persona para dejar el pecado y a convertirse. Pero decirle que hay elementos positivos en la manera en que está viviendo es simplemente una contradicción. No tiene ningún sentido. O es gravemente pecaminoso o no lo es. Quiero decir, está el principio de no contradicción. El lógica fundamental.

Su Eminencia, dentro del sínodo, cuando los obispos y cardenales estaban discutiendo lo que habría que decir y cómo la Iglesia debe enfocar estas cosas, ¿había realmente cardenales y obispos argumentando que la Iglesia deba decir que la cohabitación tiene aspectos positivos? ¿Había, de hecho, gente diciendo en que es la manera en que la Iglesia debe actuar?

Bueno, el hecho de que fuera incluida en la relatio intermedia significa que había al menos una persona, aquella que escribió el texto sosteniendo esta posición y la persona que lo escribió debe haber pensado que estaba expresando el pensamiento de otros cardenales y obispos. Por mi parte, ni siquiera quiero pensar que hubiese un número significativo de cardenales y obispos que realmente suscribían este pensamiento.

Su Eminencia, mi sensación, y puede corregirme si me equivoco, de leer posicionamientos de la Iglesia, desde encíclicas a cualquier otro tipo de documento formal, cartas pastorales, que han sido publicadas por papas anteriores y por la Iglesia, es que han sido extremadamente cuidadosos con documentos bien preparados que superan el test del tiempo y más importante, están claramente fundamentadas en la Escritura y en las enseñanzas inalterables de la Iglesia. ¿Estoy en lo correcto a cerca de esto?

Sí, absolutamente. De hecho, cuando una objeción fue hecha a la publicación de la relatio intermedia después de que fuese escuchada, la respuesta fue: bueno, siempre hemos publicado la relatio intermedia. Y mi respuesta a ello fue: sí, he tomado parte creo que en cuatro o cinco sínodos de obispos y éstas relatios intermedias estaban siempre cuidadosamente fundamentadas en las Sagradas Escrituras y en la enseñanza constante de la Iglesia y así, estaba agradecido de que fuesen publicadas para dar una correcta expresión de lo que el sínodo estaba intentando. Pero vi este documento como -no estaba fundamentado en las Sagradas Escrituras y ciertamente tampoco en la enseñanza constante de la Iglesia. Y en los círculos menores hubo un gran esfuerzo en tratar de traer el magisterio -por ejemplo la exhortación de San Juan Pablo II Familiaris Consortio- para introducir esto en el texto y corregirlo.

¿Cómo fue que se paró? ¿Cómo fue posible para un documento como este que tan claramente parece que contradice o pone en cuestión enseñanzas inalterables de la Iglesia Católica , qué pasó para que fuera elaborado e incluso publicado por el Vaticano?

No sé cómo explicárselo. Estoy siendo muy sincero. Me causó un estado de shock, para ser honesto con usted. Y el relator general, que es un cardenal al que conozco por más de treinta años, en una conferencia de prensa -no estoy revelando nada que sea confidencial- en una conferencia de prensa, cuando fue preguntado, por ejemplo, qué pasaba con estas declaraciones, se volvió hacia uno de los otros obispos presentes allí y dijo explica tú esto, tú lo has escrito. En otras palabras, no era su texto.

A pesar de que él era técnicamente responsable de ello, aquellas no eran sus palabras o punto de vista.

Es una situación muy grave. Quiero decir, todo esto, esto es para mí, es ahora mismo profundamente preocupante. Y yo no sabría. No puedo explicárselo. Lo siento, pero no puedo.

Entiendo, Su Eminencia. ¿Pero su percepción a la hora de hablar con sus hermanos obispos y cardenales sobre lo que pasó allí, es su percepción de que la vasta mayoría de ellos comparte su preocupación, entendiendo por qué el documento era problemático y la manera en que fue producido era problemática?

No puedo decir la vasta mayoría porque no hablé con la vasta mayoría. Le puedo decir que un número... cardenales muy formales y obispos con los que he hablado, ciertamente comparten mi visión de la situación y están muy muy profundamente alterados por todo ello. La votación de algunos de los párrafos que al final se mantuvieron en la relatio final indica que había un número significativo de cardenales y obispos que seguían muy preocupados acerca de estos textos, los textos sobre dar la Sagrada Comunión a aquellos que están en uniones irregulares y darles acceso a la penitencia y a la Sagrada Eucaristía y también los textos que eran confusos a cerca de la cohabitación y la condición homosexual, indican que había un buen número de obispos que encontraban esto inaceptable. Y no podemos decir más porque no sabes qué hay en la cabeza de todos los demás obispos que quizá no votaron en contra de ciertos párrafos, pero no sabes exactamente qué pueden haber estado pensando a cerca de ello.

Su Eminencia, en el catecismo, el cual- (el cardenal le interrumpe)

En cualquier caso, lo que quiero decir, si puedo, es que esto no es, éstas no son preguntas que estén sometidas a un voto democrático, ni incluso de obispos. Quiero decir, ésta es la enseñanza constante de la Iglesia y el único rol de los obispos en el Sínodo es mostrar y presentar esto al mundo. Sólo quería dejarlo claro.

Correcto. Los obispos y cardenales católicos no pueden. Si el noventa y nueve coma nueve por ciento de ellos votaran y negaran lo que Cristo dijo a cerca del matrimonio, estarían equivocados y no podrían cambiar lo que Él dijo.

Es correcto. Se tuvo la situación en Inglaterra en el tiempo de Enrique VIII, donde tuvimos un mártir, el obispo cardenal Juan Fisher, y la gran mayoría de los otros obispos mantenían la posición opuesta. Pero él permaneció con la verdad, y ellos traicionaron su oficio episcopal.

Pero es extraordinariamente confuso para los católicos y quizás particularmente para los jóvenes católicos que están formándose en la fe, escuchar a un príncipe de la Iglesia cuestionar la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio o el comportamiento homosexual.

Absolutamente. Lo entiendo, lo que yo digo a la gente que atrae mi atención hacia esto o expresa su tremendo dolor y confusión, yo le refiero a la constante enseñanza de la Iglesia, al catecismo, a la Familiaris Consortio, y les digo que esto permanece y no puede cambiar y por lo tanto, a pesar de que esto es un comportamiento sin excusas, puede pasar y nosotros simplemente tenemos que mantenernos en la verdad en nuestras propias vidas y dar testimonio de esto al mundo.

Su Eminencia, el catecismo también dice que bajo «ninguna circunstancia» pueden los actos homosexuales ser aprobados. Y sigue diciendo que «el número de hombres y mujeres que tienen profundas tendencias homosexuales no es insignificante. Esta inclinación, que es objetivamente desordenada constituye para la mayoría de ellos una prueba» y continúa diciendo que la gente que tiene esta orientación está llamada a una vida casta.
Ahora, ¿puede cualquier sacerdote, obispo o papa cambiar lo que el catecismo dice sobre los actos homosexuales, esto es, que no puedes aprobarlos, y que la orientación es objetivamente desordenada?¿puede cambiarse?

No, no es posible. Es parte de la ley moral natural y es también obviamente, parte del magisterio de la Iglesia. No, esto no puede ser cambiado.

¿El papa mismo no puede cambiar esta enseñanza?

No. no, no.

Su Eminencia, en la relatio intermedia también se dijo: «los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana: ¿somos capaces de dar la bienvenida a estas personas, garantizándoles un espacio fraternal en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que les ofrezca un hogar donde se sientan bienvenidos. ¿Son nuestras comunidades capaces de proporcionarlo, y de aceptar y valorar su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica a cerca de la familia y del matrimonio?... Sin negar los problemas morales conectados con estas uniones homosexuales, se debe hacer notar que hay casos en los que hay ayuda mutua hasta el punto del sacrificio, constituyendo un aporte precioso a la vida de los compañeros. Más aún, la Iglesia tiene especial atención a los niños que viven con parejas del mismo sexo, subrayando que las necesidades y derechos de los pequeños deben siempre ser prioritarias».
¿Puede la Iglesia católica enseñar que la gente estimar «valores» inestimables en la orientación homosexual?

No. No es posible porque nosotros apreciamos, valoramos, aquello que es bueno y las relaciones homosexuales no son buenas. No son buenas para nadie. En mi propia experiencia pastoral, trabajando con gente que sufre atracción al mismo sexo, es exactamente lo que el catecismo dice: es una prueba para ellos. Y necesitan la ayuda de un buen sacerdote. Necesitan la ayuda, la mayoría de ellos de la oración y del acceso frecuente al sacramento de la penitencia para superar estas atracciones que son desordenadas.

¿Piensa que la llamada del catecismo para los cristianos a dar testimonio de la verdad tiene aplicación en cómo los católicos y el clero debería tratar con personas que tienen orientación homosexual?

Absolutamente. Y el catecismo es muy claro a cerca de esto. El problema con ese texto que has leído es que es todo confusión. Por supuesto, tenemos que amar a la gente, a los individuos que sufren de esta manera, y tenemos que estar cerca de ellos e intentar de cualquier manera ayudarlos, pero lo que necesitan sobretodo de nosotros, es que les digamos la verdad. Y darles la impresión de que pensamos que está bien que ellos puedan estar siguiendo esas atracciones es gravemente erróneo. Y así, tenemos que dar testimonio de amor y respeto a ellos como hijos de Dios, pero al mismo tiempo hacerles ver muy claro que seguir esta atracción que ellos experimentan es pecado mortal, es gravemente erróneo. No es por su bien ni por el bien de nadie más que esté envuelto.

¿Y la gente que cohabita fuera del matrimonio y sigue ese estilo de vida, o que siguen un estilo de vida homosexual, deberían recibir, deberían ir a la comunión?

La única manera de que se pueda recibir el sacramento de la penitencia es confesando tus pecados y teniendo un propósito firme de enmienda. Y si se confiesa el pecado de tener tener relaciones sexuales fuera del matrimonio o confiesas el pecado de tomar parte en actos homosexuales y no tienes el propósito firme de cambiar tu vida para evitar estos actos en el futuro, no puedes recibir la absolución. Y de la misma manera, no estarás dispuesto a recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión porque tu vida está en contradicción con la verdad que él nos enseña.

Por la misma idea, si alguien es un ladrón habitual y estuviera cotidianamente robando la propiedad privada de alguien, ¿necesitaría no sólo arrepentirse de hacerlo sino también dejar de hacer lo que está haciendo?

Oh, absolutamente. Por ejemplo, si alguien viene y te dice que está habitualmente robando a la gente, el sacerdote inmediatamente pregunta, lo primero de todo, si están dispuestos a hacer restitución de las cosas que han robado y también si están firmemente resuelto a no volver a hacerlo. Si dicen que no, no continúo, no pueden recibir la absolución.

¿Y Dios puede también perdonar a un asesino?

¿Perdón?

¿Dios podría también perdonar a un asesino?

Cardenal Burke: Sí. Dios perdonará a alguien que cometa este terrible acto pero sólo si la personal está realmente arrepentida, por supuesto.

¿Y un aborto?, ¿Podría Dios perdonar un aborto o a un abortista?

Sí, si la persona reconoce la gravedad de su pecado, está arrepentida y promete no volver a cometer este pecado otra vez.

Y si un político defiende quitar legalmente una vida humana inocente en un aborto y la financiación de esto y que continúe esto, ¿Es esto un grave pecado desde el punto de vista de la Iglesia Católica?

Oh, por supuesto. No sólo es grave en sí mismo defender actos contra de la ley moral, sino también hacerlo de una manera pública y como líder, un líder político, incrementa la gravedad el pecado.

¿Cuándo un político católico hace esto es escandaloso?

Sí, por supuesto.

Pero si un político católico se arrepiente, se enmienda de la defensa del aborto, vuelve atrás y defiende la vida, ¿Entonces puede ser perdonado y recibir la comunión?

Por supuesto, por supuesto.

Su Eminencia, los diez mandamientos dicen honrarás a tu padre y a tu madre, lo que sugiere que los niños tienen el derecho de tener un padre y una madre. ¿Los niños tienen un derecho dado por Dios de tener un padre y una madre?

Absolutamente. Y esta es una de las más fundamentales verdades sobre la vida humana y su inicio en la familia, que cada niño tiene el derecho a tener un padre y una madre. Esto fue bellamente testificado en las manifestaciones de París y Francia en general, cuando el Estado trató de imponer la legalidad de las uniones del mismo sexo y que pudieran adoptar niños. En las manifestaciones el logo era una madre y un padre con sus dos hijos y básicamente el mensaje era que cada niño tiene el derecho a un padre y una madre e incluso las personas más secularizadas parecen captarlo, entender el mensaje.

¿Así que, si el gobierno toma a un bebé y legalmente le da la custodia a una pareja del mismo sexo, entonces, negándole al bebé una madre y un padre, está el gobierno negándole a este niño el derecho que Dios le dio?

Sí, absolutamente. Y está demostrado la profunda violencia psicológica hecha al desarrollo del niño cuando crece en esta situación que no es natural.

Su Eminencia, ¿ puede la Iglesia Católica alguna vez decir que hay algo positivo en sacar a un niño de una situación con un padre y una madre y ponerlo en una situación familiar del mismo sexo?

No, no, no es posible.

¿El Papa no puede decir esto? ¿el Papa no puede decir que en nombre de la Iglesia Católica esto es bueno?

No, no. No, no. No es posible.

De acuerdo. Ahora, en 1986, el Cardenal Ratzinger, que era el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, y que por supuesto, después llegó a a ser Benedicto XVI, escribió una carta pastoral sobre la atención a las personas homosexuales que fue aprobada por el papa Juan Pablo II y la carta decía: «Al hacer las anteriores consideraciones, esta Congregación quiere pedir a los Obispos que estén particularmente vigilantes en relación con aquellos programas que de hecho intentan ejercer una presión sobre la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niegue de palabra que sea así. Un estudio atento de las declaraciones públicas y de las actividades que promueven esos programas revela una calculada ambigüedad, a través de la cual buscan confundir a los pastores y a los fieles». Sigue diciendo: «Algunos grupos suelen incluso calificar como « católicas » a sus organizaciones o a las personas a quienes intentan dirigirse, pero en realidad no defienden ni promueven la enseñanza del Magisterio, por el contrario, a veces lo atacan abiertamente».
¿usted ve este mismo fenómeno sobre el que el cardenal Ratzinger advirtió en su carta pastoral de 1986 sucediendo hoy, quizás, incluso en el mismo al sínodo?

Ciertamente lo he visto en los así llamados movimientos católicos -falsos católicos- , los cuales, de hecho promueven un modo de vida en contradicción con la enseñanza de la Iglesia y lo he visto también en parte del muy confuso lenguaje de, por ejemplo, la relatio intermedia, y diría que es precisamente culpable de la misma falta que el documento sobre el cuidado a las personas sufriendo una condición homosexual indicaba en 1986.

Resumiendo, ¿Cree que los obispos y el Papa tienen el deber de evitar confundir a los católicos a cerca de las enseñanzas inalterables de la Iglesia sobre matrimonio y homosexualidad?

Oh, absolutamente. Incluso como tienen la responsabilidad de evitar confundir a los fieles en cualquier cosa, especialmente sobre tan serios temas, y el deber, también, es incluso más serio en una cultura como la nuestra, en la cual, hay una confusión sin límites en estos asuntos. Contribuir de cualquier manera a la confusión en esto, es muy irresponsable y es una traición del oficio pastoral.

Su Eminencia, dada la confusión que tan obviamente se ha mostrado como consecuencia de este sínodo ¿qué cree que el papa Francisco debería hacer ahora?¿Qué debería hacer personalmente sobre esto?

Bueno, yo no voy a darle instrucciones al Papa. Pero lo que la Iglesia necesita, eso puedo decirlo. Lo que la Iglesia necesita desesperadamente ahora es una exposición muy clara de su enseñanza respecto al matrimonio, al divorcio, con respecto a la grave inmoralidad de la unión sexual fuera del matrimonio, la grave inmoralidad en cualquier clase de tentativa de unión sexual entre personas del mismo sexo. Y ella (la Iglesia) no tiene que trabajar duro porque toda la enseñanza está ahí. Usted la ha citado en abundancia para esta entrevista. Hay también muchos otros textos. Y la Iglesia debe ahora en esta época sostener la belleza, el esplendor, de su enseñanza no sólo para que sus propios miembros no queden confundidos acerca de la verdad sino también por el mundo y la llamada de la Iglesia a servir al mundo proclamando la verdad y dando testimonio de ella.

Y en consecuencia, estoy rezando muy fervientemente para que el próximo año esta confusión cese y en vez de ello comience a darse un fuerte énfasis en la belleza de la verdad de la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio, la vida humana y la sexualidad humana.

Cardenal Raymond Burke, muchas gracias.

De nada.


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Cordialmente

Ernesto William Rojas D. e-mail: ewilliamrojasd@gmail.com
skype:  ernesto.william
movil  319-2251804



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