Las herejías sobre Cristo (XIV)
Estudiamos en este capítulo dos herejías muy distintas. Una, la de los Mormones, es relativamene reciente y parece estar dedicada a ensalzar el papel de líder mundial de los Estados Unidos, la “nueva Jerusalén” que deberá regir el mundo durante mil años. La otra, en cambio, es la más antigua de las que existen: los Nestorianos, y niega la divinidad de Jesucristo
Mormones:
Se conoce como “mormones” a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, que procede del Libro de Mormón, pretendidamente descubierto y publicado por Joe Simth, fundador de la Iglesia mormona, en 1830.
Todo comenzó en 1823 cuando Smith, que entonces contaba dieciocho años, dijo que se le había aparecido el ángel Moroni o Mormón y le había revelado la existencia de unas placas de oro enterradas en la colina de Cumorah, cerca de Palmira, en el Estado de Nueva York, que contenían jeroglíficos egipcios de una importancia histórica y religiosa capital. Guiado por el ángel, Smith aseguró haber descubierto el misterioso depósito sagrado el 22 de septiembre de 1827. El tesoro conteía dos cristales que sirvieron para descifrar el texto de las placas. Una vez descifrado, el ángel se llevó las placas y los cristales, que, por lo tanto, sólo Simth pudo ver. Éste, entonces, se dedicó a dar a conocer el libro que los cristales habían traducido y que estaba en su poder, el Libro de Mormón.
El libro contenía extrañas revelaciones y establecía la vinculación entre la historia bíblica y Estados Unidos. Se aseguraba allí que dos mil doscientos años antes de Jesucristo se había establecido en Estados Unidos un pequeño grupo judío procedente de Babilonia y que luego llegaron más, en los años 600 y 590 antes de Cristo, aunque éstos procedían de Palestina y se establecieron en Chile. El propio Cristo, después de su resurrección, habría ido a América para adoctrinar a los descendientes de aquellos judíos, pero hacia el año 385, éstos -llamados Nefitas- fueron destruidos por una tribu rival, la de los Lamanitas. Los Nefitas, antes de desaprecer, habrían escrito el libro que Smith encontró en la colina de Cumorah. Smith debía reconstruir la verdadera Iglesia, pues la segunda venida de Cristo era inminente. Afirmó que había sido ordenado sacerdote secretamente nada menos que por el propio Juan Bautista. Curiosamente, empezó a tener adeptos y en 1831 anunció que había recibido la orden de edificar la Nueva Jerusalén en Kirtland, Ohio.
Smith fundó también un Banco, pero para desgracia suya quebró y llegó a ser acusado de estafa premeditada. Eso le llevó a abandonar Kirtland e ir a Nauvoo, Illinois. Entonces anunció que la poligamia era querida por Dios y dio ejemplo de ello, con lo cual atrajo a muchos prosélitos. También les dio mala reputación, junto con los escándalos financieros, que se sucedían. Smith llegó incluso a aspirar a la presidencia de Estados Unidos en 1844. Entonces fue acusado de inmoralidad por predicar y practicar la poligamia y fue encarcelado, junto con su hermano; tres días después, la cárcel fue asaltada y los dos hermanos fueron asesinados.
Brigham Young, un carpintero de cuarenta y tres años, sucedió a Smith en la jefatura de la Iglesia. Murió a los 77 años, dejando una gran fortuna, diecisiete esposas y cincuenta y seis hijos. Para huir de la persecución, unos quince mil miembros de la secta se dirigieron al Oeste y se establecieron en Utah, donde fundaron su definitiva capital, Salt Lake City. Young se dedicó a organizar un Estado autónomo que fuera reconocido por el Gobierno de Estados Unidos, lo cual sucedió en 1895, a cambio de renunciar a la poligamia.
Los mormones están dirigidos por un presidente elegido (profeta, vidente, intérprete de la revelación), aunque no faltan tensiones con los descendientes de Joe Smith, que reclaman el derecho de sucesión. El presidente está asistido por dos consejeros y doce apóstoles. La jerarquía cuena con sacerdotes divididos en dos grados: los sacerdotes de Aarón (de 12 a 18 años) y los sacerdotes de Melquisedec (de 19 a 27 años); dispone también de un buen número de predicadores de ambos sexos. La secta es muy rica, pues todos sus miembros entregan el diezmo de sus ingresos; enseñan a los niños, desde pequeños, el conocimiento de Dios, la concepción religiosa de la vida y la práctica de virtudes humanas como la diligencia en el trabajo y el espíritu de sacrificio, así como la renuncia al alcohol, al tabaco, al café, a las drogas, a la vez que les ejercitan en el deporte.
Niegan la Trinidad, el pecado original y consideran una herejía el bautismo de los niños. Su “eucaristía” es simbólica y con pan y agua -no con vino-. Creen que Estados Unidos tiene la misión divina de gobernar el mundo durante mil años.
Nestorianos:
La herejía nestoriana es la más antigua de cuantas existen. Posiblemente fue un monje nestoriano quien enseñó el cristianismo a Mahoma, lo que explicaría el acento “nestoriano” de la doctrina del Corán acerca de la persona de Jesús.
Nestorio era un monje cristiano nacido en Siria. En el año 482 accedió a la sede episcopal de Constantinopla, siendo emperador Teodosio II. Influido por los escritos de Teodoro de Mopsuestia y por los sermones del presbítero Anastasio, Nestorio llegó a la conclusión de que Jesús no era Dios y la Virgen, por lo tanto, no podía ser llamada Madre de Dios. El Verbo (la segunda persona de la Santísima Trinidad) se había unido al hijo de María, posteriormente a su nacimiento, como el que entra en una habitación, para estar en ella una temporada; se trataba no de la encarnación sino de una especie de “posesión” temporal del cuerpo de Jesús, un hombre normal y corriente, por parte de Dios. Nestorio negaba también que el Hijo de Dios hubiera sufrido la tortura de la cruz y la posterior muerte.
A Nestorio le atacó enseguida Cirilo, patriarca de Alejandría. Como no consiguió que se retractara de su herejía, escribió al Papa, poniéndole en guardia. Cirilo defendía la doctrina tradicional: Cristo era Dios verdadero y hombre verdadero. Nestorio decía que en Cristo había dos naturalezas -lo que es verdad-, pero también dos personas distintas unidas en una sola carne -lo que es erróneo. La doctrina católica confiesa que en Cristo hay dos naturalezas en una sola persona -la persona divina-, en virtud de la unión hipostática. El Papa San Celestino convocó un Sínodo en Roma, en agosto del 430, que confirmó la doctrina de Cirilo y condenó la de Nestorio. Éste recurrió al emperador, que convocó un Concilio en Éfeso, que comenzó el 7 de junio del 431 y fue el tercero de los ecuménicos. Los padres conciliares declararon que la doctrina defendida por Nestorio era blasfema y contraria a la fe de Nicea, excomulgando al hasta entonces patriarca de Constantinopla. Nestorio fue deportado al desierto de Libia, donde murió sin haber abjurado de sus errores.
Sus seguidores huyeron a Mesopotamia e Irán, donde encontraron una buena cogida. Sus comunidades se extendieron por todo el Oriente, llegando hasta la India y China. En las costas de Malabar los descubrieron los portugueses.
En el siglo XVI se produjo un cisma en ellos y muchos se pasaron al catolicismo, constituyendo la Iglesia caldea. Los pocos que quedaron están en las montañas del Kurdistán, aunque su pastor supremo reside en Estados Unidos