viernes, septiembre 24, 2010

Las Herejías sobre Cristo (I)

Después de haber estudiado lo esencial sobre Cristo, según nos lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, vamos a estudiar lo que enseñan los que no comparten esa fe pero están o han estado en la misma Iglesia. Son lo que antes se llamaban "herejías" y que, con distintos nombres, siguen atacando la verdadera fe en Jesucristo.

Para este estudio vamos a utilizar como punto de partida y elemento de referencia el libro de H.Masson "Manual de herejías", publicado por Rialp (Madrid) en 1989. Las citas entrecomilladas serán siempre de ese texto. Nos limitaremos a tratar las principales herejías sobre Cristo, tal y como se han presentado en la historia, para intentar mostrar las nuevas presentaciones que tienen hoy las viejas herejías. Comenzaremos analizando las herejías sobre la divinidad de Cristo, que son las que siguen vigentes con más virulencia.
Adopcionismo: "Se llamaba así a los discípulos del obispo Félix de Urgel y del arzobispo Elipando de Toledo, en el siglo VIII. El error imputado a estos dos prelados caía de lleno en el nestorianismo". Según esta herejía, la segunda persona de la Santísima Trinidad no se habría hecho hombre, sino que habría adoptado la forma de hombre (de ahí la palabra adopcionismo) o que habría entrado en un verdadero hombre, Jesús de Nazaret, pero sin que se produjera la unión de las dos personas. En Jesús, pues, habría dos naturalezas -la humana y la divina, tal y como la Iglesia enseña- pero también habría dos pesonas, mientras que, como se ha visto en capítulos anteriores, hay una sola persona, la divina, la del Hijo único de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad.
Arrianismo: "Fue la primera de las grandes herejías que la Iglesia tuvo que afrontar en los primeros tiempos, justo cuando estaba saliendo de la clandestinidad y dejando atrás las persecuciones. Y, aunque los seguidores de la secta fueron vencidos, al fin, como organización, las ideas de Arrio y sus discípulos nunca fueron extirpadas del todo: brotarían a lo largo de los siglos adoptados por otros movimientos heréticos y han perdurado hasta el presente, probablemente porque intentan explicar el misterio de la Santísima Trinidad en términos más fáciles de comprender por el hombre medio, aunque a costa de simplificar y deformar la entraña del misterio.
Nacido probablemente en la Cirenaica hacia el año 256, Arrio era un sacerdote cristiano y regía una de las más importantes iglesias de Alejandría. En torno al 318 sus ideas acerca de la Trinidad comenzaron a ser conocidas, suscitando interrogantes y críticas. La cuestión cobró tal virulencia que el concilio de Nicea (325), convocado con la mayor rapidez, condenó como herética la doctrina arriana. Pero Arrio no se sometió y la controversia prosiguió hasta su muerte, acaecida en 336.
¿De qué se trataba? Arrio expuso sus dudas acerca de la consustancialidad del Verbo divino, segunda Persona de la Trinidad. Para él era inaceptable que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean tres Personas distintas en una única sustancia. En consecuencia, prefirió distanciar al Padre del Hijo. A sus ojos, el Verbo no fue más que una criatura, ciertamente la primera y más perfecta de todas, pero distante de Dios, del mismo modo que lo finito está separado y lejos de lo infinito. Salido de la nada, el Hijo-Verbo no es eterno, sino que tuvo un principio. Su inteligencia, por extraordinaria que sea, es limitada porque es finita. De la misma manera, no es inmutable, sino que puede cambiar; es libre y puede dejar de ser bueno.
Tras la condena, el arrianismo se refugió en los reinos bárbaros promoviendo en ellos sangrantes persecuciones contra los católicos: tal ocurrió en los territorios regidos por borgoñones, visigodos y ostrogodos en Europa y por los vándalos en África. El arrianismo como secta se extinguió en el siglo VII, pero reapareció como doctrina con la Reforma del siglo XVI".
El arrianismo, entendido como rechazo más o menos explícito de la divinidad de Jesús, adopta hoy muchos rostros y es defendido pro no pocos teólogos dentro de la Iglesia católica. Una y otra vez, tanto el Vaticano como las Conferencias Episcopales se ven obligadas a intervenir para señalar las huellas de esa herejía en los escritos de pensadores que se dicen católicos y que ocupan incluso cátedras oficiales en Universidades de la Iglesia. Así, por ejemplo, la Comisión de Doctrina de la fe de la Conferencia Episcopal española, en coordinación con el Vaticano, tuvo que reprobar públicamente a Juan José Tamayo por su libro "Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret", en enero de 2003. Al año siguiente, el 13 de diciembre, la Congregación para la Doctrina de la fe, todavía presidida por el cardenal ratzinger, haría lo propio con el jesuita norteamericano Roger Haight por su libro "Jesús, símbolo de Dios".
Sin llegar a estos extremos, hay unas dosis de arrianismo -de falta de fe en la divinidad de Cristo- cuando se niega que en Cristo, en sus enseñanzas, esté la plenitud de la verdad. O cuando se afirma que Cristo estaba sometido a la cultura de su época y que, por lo tanto, algunas de sus enseñanzas eran erróneas y deben ser rectificadas. O, yendo aún más lejos, cuando se afirma que el Señor se portó injustamente en algunas ocasiones, aunque se quiera paliar esos "pecados" diciendo que no sabía bien lo que hacía. Estas actualizaciones de la vieja herejía arriana son mucho más frecuentes de lo que pudiera parecer y aparecen por doquier en homilías, en catequesis e incluso en las opiniones de católicos que no son conscientes de la gravedad de las mismas.
Por ejemplo, cuando se dice que en todas las religiones hay una parte de verdad y que cada una de ellas considera que la tiene toda entera, para deducir a continuación que es un error presentar a Cristo y al cristianismo como el que posee esa verdad plena. según estos, Cristo no es más que un gran personaje que tiene una parte de la verdad, aunque esta parte sea muy importante, pero ni él ni nadie tiene toda la verdad y ésta sólo se adquiriría por la unión de todas las religiones. La consecuencia es el sincretismo, la elaboración de una "religión de supermercado" donde cada uno selecciona del gran bazar de las religiones lo que le gusta o le conviene. Otra consecuencia es el fin de la misión, pues no tiene sentido ir a predicar una religión que no tiene más valor que la otra que ya tiene aquel al que se va a predicar.
Es arrianismo cuando se dice que Cristo tenía una inteligencia limitada, como hombre que era, y no podía saberlo todo. La Iglesia afirma, como ya se ha visto, que en lo tocante a la misión que había venido a hacer a la tierra, la salvación, Cristo sabía todo lo que se podía y se debía saber. Sin embargo, los mdernos arrianos afirman que Cristo estaba equivocado en asuntos como el rechazo al divorcio o la no aceptación de las mujeres en el sacerdocio. En estas y en otras cosas, Cristo debe ser corregido, pues él no podía saber tanto como nosotros sabemos hoy, que somos -según los modernos arrianos- más listos que eran los hombres de su época.
En esta misma línea se inscriben los que le acusan de pecar al plegarse a los condicionantes culturales de su época. El fruto de esa cobardía -dicen- habría sido la marginación de la mujer en la Iglesia. Cristo, pues, no sólo sería tonto sino pecador

 

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jueves, septiembre 23, 2010

La Identidad de Jesús

 

 

 

 

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Este estudio trata de averiguar, según la Palabra de Dios, la naturaleza y identidad del Señor Jesucristo. Es un estudio amplio y profundo, ¡como el mismo tema!

 

 

Introducción

¿Es Jesucristo igual al Dios Todopoderoso? Es una pregunta que ha provocado un debate continuo en el seno de la Comunidad Cristiana durante toda su historia. La enseñanza de la Sociedad Watchtower siempre ha sido que no, y que Jesucristo es el primer ser creado, formado por Jehová Dios antes de la creación de todas las demás cosas. En estas páginas, intentaremos abordarnos al testimonio de la Palabra de Dios, examinando cada texto que nos pueda enseñar algo sobre la cuestión bajo consideración, buscando que nos confirme esta enseñanza fundamental. Las Escrituras deben darnos una respuesta clara a esta pregunta de tanta trascendencia. Es un estudio largo y detallado, pero merece toda nuestra atención, dada la suma importancia del tema. El material bíblico referente al asunto es extenso, y debe ser tratado con seriedad.

 

Principios de interpretación de las Santas Escrituras

Para entender correctamente la Palabra de Dios, cada texto en primer lugar debe considerarse dentro de su contexto inmediato. Nunca se debe arrancar un versículo del pasaje en el cual se sitúa. Como bien se dice, "Un texto sin contexto es un pretexto".

En segundo lugar, la interpretación de un versículo debe concordar con la enseñanza de toda la Palabra de Dios. No podemos hacer que un versículo contradiga lo que claramente se dice en otra. Este principio es de fundamental importancia al acercarnos a versículos difíciles o de interpretación oscura.

Finalmente, no debemos escoger "ignorar" un texto que no cabe con nuestro esquema de interpretación. Si existen 99 textos que parecen enseñar una cosa, y un texto que enseña el contrario, no podemos sencillamente pasar por alto de este texto, como si no existiera. Debemos encontrar una armonía entre todos ellos.

 

La naturaleza de Jesús como hombre

La Biblia enseña claramente la plena humanidad de Jesús durante su estancia en la tierra. Como hombre perfecto, nos dio un ejemplo a ser seguido. "La Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros" (Jn.1.14) indica que Cristo, esta "Palabra", se hizo hombre, y la Biblia luego nos deja ver a este hombre perfecto. "... llegó a estar en la semejanza de los hombres" nos dice Pablo (Fil.2.7), refiriéndose a este hecho inédito. Esta naturaleza humana se refleja en cada página de los Evangelios.

Sin embargo, no debemos tomar los textos que se refieren a la humanidad de Jesús (por ejemplo, cuando oraba a su Padre) y oponerlos a otros textos que quizás nos enseñan otros aspectos de su vida. Es parecido a la respuesta que damos cuando nos preguntan acerca de la Biblia: ¿Es un libro escrito por Dios, o por los hombres? La respuesta es ¡ambas cosas! Las Santas Escrituras exhiben claros rasgos de sus autores humanos, sin embargo afirmamos (¡y con razón!) su autoría final divina. Al afirmar que sus autores eran hombres, no descartamos la realidad de su inspiración divina.

Habiendo establecido esta naturaleza humana plena de Jesucristo, consideremos los aspectos que la Biblia nos enseña de su naturaleza divina, es decir, como un dios.

 

Jesucristo es un ser divino

Antes de examinar su significado completo, debemos establecer la deidad del Señor Jesucristo según las Santas Escrituras, Existen cuatro textos sencillos en la Biblia donde esta realidad se expresa claramente. Son los siguientes:

Is.9.6: "Y por nombre se le llamará... Dios Poderoso"

Jn.1.18: "... el dios unigénito que está en [la posición del] seno para con el Padre es el que lo ha explicado."

Jn.20.28: "Tomás le dijo: '¡Mi Señor y mi Dios!'"

1Jn.5.20: "... Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna"

Sólo con estos cuatro pasajes vemos que la Biblia afirma la divinidad del Señor Jesús. Cada uno de ellos identifica a Jesús con "Dios", incluso el "Dios verdadero".

 

Ahora bien, si miramos a otras traducciones, vemos otros seis versículos que también nos lo revelan. Aunque la Traducción del Nuevo Mundo – de aquí en adelante "TNM" no vierta estos textos así e insista en que deben traducirse de otra forma, no puede negarse que el texto original puede traducirse como aquí se ha hecho, y que el sentido del original no excluye este pensamiento. Estos textos son (tomados de la versión Reina-Valera, revisión de 1995, de aquí en adelante RVR95):

Jn.1.1: "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (TNM traduce "un dios", lo que de igual manera también expresa su divinidad)

Rom.9.5: "...Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén"

1Ti.3.16: "Dios fue manifestado en carne..." (así según los manuscritos más fiables; otros manuscritos dicen: "quien fue manifestado en carne..."; "quien" se refiere al anterior mencionado, aquí, a Dios)

Ti.2.13: "... la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo."

Heb.1.8: "Pero del Hijo dice: 'Tu trono, Dios...'"

2Pe.1.1: "... por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo..."

 

Jesús es "o( Qeo&j" (ho zeós), "el Dios"

El interlineal Kingdom Interlinear Translation (de aquí en adelante KIT, publicado por la Sociedad Watchtower en 1969), comentando el texto de Jn.1.1, afirma (p.1158,9) que "El Dios con quien la Palabra o Logos estuvo originalmente aquí se designa por la expresión griega 'ho zeos', zeos precedido por el artículo definido ho, así un zeos articular. Traductores cuidadosos reconocen que la construcción articular del sustantivo nos indica una identidad, una personalidad, mientras que una construcción sin artículo nos indica una cualidad de alguien. [...] ...el apóstol se refiere a Dios como el Dios, y a la Palabra o Logos como un dios".

Por lo tanto, cuando encontramos "zeos" con el correspondiente artículo, está refiriéndose a una persona en concreto, a Jehová Dios. (KIT p.1159). Sin embargo, "ho zeos" es usado refiriéndose a Jesús en todos los siguientes textos: Jn.1.18; 20.28; Heb.1.8; 1.Jn.5.20; 2Pe.1.1. Si "ho zeos" identifica a Jehová Dios, ¿qué debemos pensar de estas aplicaciones a la persona de Jesucristo?

La verdad es que el griego de Jn.1.1 no ofrece ningún contraste entre "el" Dios y "un" dios inferior. En muchas ocasiones las Santas Escrituras hablan de "el Dios", y luego usan "zeos" sin el artículo en el mismo versículo, aunque todavía se refieran al mismo Dios, lo que se puede ver fácilmente en los siguientes pasajes: Jn.3.2; 13.3; Rom.1.21; 1Tes.1.9; Heb.9.14; 1Ped.4.10-11. (En Heb.9.14 la TNM añade el artículo definido y se lee así: "a[l] Dios vivo" – recordamos que "Los corchetes simples [ ] encierran palabras que se han insertado para completar el sentido del texto en español" [Introducción a la edición de estudio de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, p.7].) Invitamos al lector a considerarlos, usando un interlineal griego para comprobar la veracidad de nuestras afirmaciones si así lo desea.

Cabe mencionar aquí que "zeós" sin el artículo, en la misma construcción que Jn.1.1, siempre se usa para referirse al único Dios verdadero, es decir a Jehová: Mc.12.27; Luc.20.38; Jn.8.54; Fil.2.13; Heb.11.16. (Esta construcción es una donde el sujeto lleva el artículo y el predicado, por lo tanto, no lo lleva. Mayor análisis de este fenómeno está fuera de las posibilidades de este artículo.)

 

Otros indicadores de la divinidad de Jesús

Aunque no lo expresen en palabras tan claras, existen otros textos que nos hacen ver la realidad de la divinidad del Señor Jesús, entre los cuales se encuentran éstos:

Mat.1.23: "... y le pondrán por nombre 'Emmanuel', que, traducido, significa: 'Con Nosotros Está Dios'."

Jn.5.18: "... llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios."

Jn.10.30-33: "'Yo y el Padre somos uno.'... te haces a ti mismo un dios"

2Co.5.19: "que Dios estaba en Cristo" (traducción literal de KIT; TNM lo vierte de otra manera y nos dice "Dios mediante Cristo"; el griego "Qeo&j h}n e0n Xristou~" [zeos een en Xristo] es muy claro).

Fil.2.6: "Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios..."

Col.1.15: "Él es la imagen del Dios invisible..." ("Él" se refiere a Cristo; aquí y en las siguientes citas)

Col.2.2: "del secreto sagrado de Dios, a saber, Cristo" (a saber no viene en el griego, ni está puesto entre corchetes aquí en la TNM, como debería venir).

Col.2.9: "porque en él mora toda la plenitud de la cualidad divina" (RVR95: divinidad)

Heb.1.3: "Él es el reflejo (resplandor: RVR95) de su gloria, la representación exacta de su mismo ser..."

 

¿Cuántos dioses hay?

Habiendo establecido sin lugar para duda alguna que Jesús es Dios, o por lo menos "un" dios, debemos preguntarnos si la Biblia admite la existencia de más de un Dios. Luego, si éstos existiesen, si pueden tener lugar en la vida del creyente más de un Dios. Empecemos con unos textos muy claros:

Jn.1.1 nos indica que "En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios". Si Jesús es "un dios", este dios está con Jehová. Sin embargo, Dt.32.39 nos dice: "Vean ahora que yo... yo soy él, y no hay dioses conmigo." No existen otros "dioses" con Jehová. Sencillamente, no los hay. Jesús entonces no puede ser un dios "menor" al lado de Jehová.

Os.13.4 nos aleja de la posibilidad de "conocer" a otro dios que no sea Jehová: "Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto, y no había Dios, aparte de mí, que conocieras; y no había salvador sino yo." Jehová no quiere que conozcamos a ningún otro dios. Sin embargo, las Escrituras nos insten a conocer a Jesucristo. ¿Puede la Palabra de Dios contradecirse?

Is.43.10-11 es aun más claro hablando de la "creación" de algún "dios": "Antes de mi no fue formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mi no hay salvador." ¿Es, por lo tanto, razonable pensar que Jesús es un dios creado? La misma Santa Escritura nos niega la creación de otro "dios", ni antes ni después de Jehová mismo.

Is.44.6,8 afirma lo mismo: "Esto es lo que ha dicho Jehová, el Rey de Israel y el Redentor de él, Jehová de los ejércitos: 'Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mi no hay Dios... ¿Existe Dios fuera de mí? No, no hay Roca. No he reconocido a alguno.'" Se rechaza rotundamente la mera existencia de otros dioses ¿Cómo puede Jesús ser "un dios" si la misma Biblia se declara en contra de esta posibilidad? De nuevo, ¿pueden contradecirse las Santas Escrituras?

 

Sólo Jehová es Dios

Repetidas veces afirma Jehová ser "tu Dios" al hablar con el pueblo de Israel (por ejemplo, Is.43.13; Jer.2.19). ¿En qué estaría pensando Tomás entonces al decirle a Jesús "mi Dios"? "Ayudas para el Entendimiento Bíblico" (p.850) nos informa que cuando un hebreo "dice mi Dios, se refiere a Jehová" (Jn.20.28) Este texto no puede ser un "vocativo" o exclamación a Jehová: dice a Jesús "kurio&j" (kurios), el nominativo, y no usa el vocativo "ku&rie" (kurie) como ocurre en Mat.7.21, por ejemplo. Tomás sería muy consciente de la prohibición de tener otros dioses (Ex.20.3), y su declaración no tiene sentido a no ser que considerase que Jesús fuera este mismo Dios suyo, por difícil que haya sido para él mismo comprenderlo, (¡y para nosotros aceptarlo!).

La exclusividad de la divinidad de Jehová se hace patente en el libro de Isaías, por ejemplo Is.45.5: "Yo soy Jehová, no hay ningún otro. Con la excepción de mi no hay Dios." Podemos considerar además toda un serie de textos en el libro de Isaías: Is.37.20; 45.6,14,21,22; 46.9. El pensamiento queda claro: no hay otros dioses; Jehová es el único Dios. ¡Y punto!

 

El politeísmo es excluido

El apóstol Pablo confirma este pensamiento de la exclusividad de Jehová como Dios en 1Cor.8.4-6: "Ahora bien, respecto al comer alimentos ofrecidos a ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más que un solo Dios. Porque aunque hay aquellos que son llamados "dioses", sea en el cielo o en la tierra, así como hay muchos "dioses" y muchos "señores", realmente para nosotros hay un solo Dios el Padre, procedente de quien son todas las cosas, y nosotros para él; y hay un solo Señor, Jesucristo, mediante quien son todas las cosas y nosotros mediante él" (énfasis mía). Pueden haber muchos "dioses" (si así son llamados, aunque no fuesen dioses en realidad), pero el pueblo de Dios sólo tiene uno.

También se nos dice en Ef.4.4-6: "Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, en bautismo; un Dios y Padre de todos, que es sobre todos y por todos y en todos" (énfasis mía). Si sólo hay un Dios, ¿quién es: Jesús o Jehová? Y, si sólo existe un Señor, ¿quién es: Jehová o Jesús?

La Biblia, por lo tanto, excluye el politeísmo, y reconoce a un único Dios, nunca a un Dios mayor y otro menor. (Ver también Dt.4.35, 39; 2Sam.22.32; Rom.3.30; 16.27; Gál.3.20; 1Tim.1.17; 2.5; Stg.2.19; Jud.25.) Nos obliga a escoger entre el monoteísmo de los judíos y el politeísmo practicado por las demás naciones: no hay camino medio. El politeísmo – la creencia en varios dioses – no es opción para el cristiano.

 

¿Cuántos Dioses verdaderos pueden existir?

Jesús nos confirma la enseñanza del monoteísmo en Jn.17.3, hablando del "único Dios verdadero" (comparar con 2Cr.15.3; Jer.10.10; 1Tes.1.9; 1Jn.1.9); por supuesto, todos los demás "dioses" son dioses falsos (Dt.32.21; 1Sam.12.21; Sal.96.5; Is.37.19; 41.23,24,29; Jer.2.11; 5.7; 16.20; 1Cor.8.4; 10.19-20; Gál.4.8).

Por lo tanto, existen dos clases de "dioses", y únicamente estas dos clases: "dioses" verdaderos (de los cuales sólo hay uno, Jehová); y "dioses" falsos (¡de los cuales hay montones!). La Biblia no deja lugar para seres "divinos" que no sean el único y verdadero Dios.

 

¿Qué tipo de dios es Jesús?

Si Jesús es "un" dios, ¿es un dios falso? La única alternativa es que también es este único Dios verdadero. Si le reconocemos como un ser divino, o es un dios falso, o es un dios verdadero. Nunca podemos afirmar que es un dios falso, así que debe ser un dios verdadero. Y, como ya vimos, sólo hay un Dios verdadero. Además a Jesús se le identifica claramente con este "Dios verdadero" en el texto que ya vimos de 1Jn.5.20.

La lectura más natural de este texto es ésta: "Jesucristo éste es el Dios verdadero y vida eterna" (recordemos que el texto griego no contiene ningún signo de puntuación). Sin embargo, aunque no tan natural, gramaticalmente no sería incorrecto identificar "éste" con "el verdadero" del versículo anterior, es decir con Jehová. En este caso leemos que el verdadero Dios, Jehová, también es la "vida eterna". ¿Quién es esta vida eterna? El mismo Juan ya nos lo ha dicho: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos... (sí, la vida fue manifestada, y nosotros hemos visto y estamos dando testimonio e informándoles de la vida eterna que estaba con el Padre y nos fue manifestada)..." (1Jn.1.1,2). Afirmar que el "Dios verdadero" de 1Jn.5.20 sea Jehová nos lo identifica plenamente con la "vida eterna" del primer capítulo, que es Jesucristo.

Los autores de las Escrituras Griegas Cristianas identifican a Jesús con Jehová de las Escrituras Hebreas

A parte de estas indicaciones claras que hemos visto que Jesús es Dios, y no un dios cualquier sino el único Dios verdadero que existe, encontramos muchos textos que identifican a Jesús con el mismo Jehová. Citas de las Escrituras Hebreas referente a Jehová son aplicadas a Jesús. En otros la misma acción se atribuye a Jesús y a la vez a su Padre, o Jehová. Examinemos algunos de estos textos, y permitamos que el mismo testimonio de las Santas Escrituras nos saquen de toda duda.

 

¿Quién creó los cielos y la tierra - Is.44.24?

Los textos de Jn.1.3 y Col.1.16 afirman que Jesús creó todas las cosas. (En el texto de Col.1:16, "otras" no viene en el griego, ¡y cambia el sentido por completo!) Rev.4.11 nos dice que Jehová creó todas las cosas. Hech.4.24 atribuye la obra de la creación al "Señor Soberano", es decir, a Jehová (ver Jer.2.19). Si escuchamos que "Manolillo" pintó un cuadro, y luego otra persona nos dice que "el Sr. García" pintó el mismo cuadro, ¿no entendemos que se refiera a la misma persona? ¿No es verdad que no existe otra solución? Entonces, si se nos dice en un momento que fue Jesús quien creó todo (término que incluye todo lo creado, sin excepciones), y luego que Jehová es el autor de esta misma acción, ¿no es lo más razonable afirmar que se trata de dos nombres del mismo ser?

La Biblia no nos permite decir que "lo hicieron juntos". Según Is.44.24 Jehová lo hizo ¡solo! - "Yo, Jehová, estoy haciendo todo extendiendo los cielos, yo solo, tendiendo la tierra. ¿Quién está conmigo?" (Examinaremos el texto de Proverbios 8 más adelante; por el momento, nos quedamos con el sentido claro de este versículo de Isaías.)

Sigue en Is.45.12 de la siguiente manera: "Yo mismo he hecho la tierra y he creado aun al hombre sobre ella. Yo... mis propias manos han extendido los cielos..." y otra vez en 45.18: "Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios [verdadero], el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente... Yo soy Jehová, y no hay ningún otro." De nuevo Isaías no nos permite pensar que otro que no fuera Jehová mismo estuviera involucrado en la obra de la creación.

 

Si la Biblia nos dice que Jesús creó todo, y que Jehová lo hizo solo, ¿qué debemos pensar? ¿No es lo más razonable, por difícil que nos sea, aceptar que Jesús está así identificado plenamente con el mismo Creador, Jehová?

¿A quién entonces atribuiremos la gloria por la creación? En Rev.5.8, 13,14, vemos como Jesús es adorado (de la misma manera que se le adora a Dios) por "toda criatura". Es un término que abarca todo ser creado. Él, por lo tanto, no forma parte de esta creación, sino que es adorado por toda la creación, como único Creador.

¿Quién es el Señor [verdadero], "ha-Adon": Malaquías 3.1

"Ha-Adon" (NwOd)jhf en el hebreo), "el Señor [verdadero]", es un título otorgado a Jehová, y únicamente a Jehová (TNM edición con referencias, p.1566; la TNM usa "[verdadero]" así para indicar el uso de este término en el hebreo.) Se encuentra en: Ex.23.17; 34.23; Is.1.24; 3.1; 10.16; 10.33; 19.4; Miq.4.13; Mal.3.1. Sin embargo, una lectura cuidadosa de Mal.3.1 nos deja ver que se refiere a Jesús, el único mensajero del pacto que ha venido a su templo. No se trata de dos personas, como nos dice el artículo en Atalaya, 15 de junio de 1987, p.15. El versículo termina haciendo constar que es una persona la que viene – "Ciertamente vendrá" es singular, y no plural. Y esta persona es "ha-Adon", el Señor verdadero, título reservado única y exclusivamente para Jehová. Sin embargo, fue Jesús quien vino al templo. ¿Qué conclusión debemos sacar?

 

¿Quién es el Rey de Israel?

Jn.1.49 afirma que Jesús es el Rey de Israel, un puesto que Jesús mismo pretendió ocupar (Mat.27.11) (ver también la acusación contra él en Mat.27.37). Sin embargo, Sof.3.15 declara que "El rey de Israel, Jehová, está en medio de ti."

Zac.9.9 dice: "Grita en triunfo, oh hija de Jerusalén. ¡Mira! Tu rey mismo viene a ti. Es justo, sí, salvado; humilde, y cabalga sobre un asno, aun sobre un animal plenamente desarrollado, hijo de un asna.", siendo ésta una clara profecía sobre Jesús. ¿Quién es este rey? Is.6.5 identifica al "Rey, Jehová de los ejércitos"; Is.33.22 nos aclara que "Jehová es nuestro Rey". Al aceptar a Jesús como su Rey, sus discípulos judíos estaban reconociendo su identificación con el mismo Jehová.

Jer.23.5 nos da una profecía mesiánica de Jesús, el futuro rey de Israel: "¡Miren! Vienen días - es la expresión de Jehová - y yo ciertamente levantaré a David un brote justo. Y un rey ciertamente reinará..." Pero, ¿cómo se llamará este rey? El próximo versículo responde: "Y este es el nombre con el cual se le llamará: Jehová Nuestra Justicia", en hebreo w%nq'd;ci hwOFhy;,"Yahweh-tsidkenu" ("es" no viene en el original). Es un nombre compuesto tal como "Yahweh-Yireh", "Yahweh-Sabaot", entre otros. Aquí se llama claramente a Jesús por el nombre de Jehová.

 

Adoran (en griego "proskune&w", proskuneo) a Jesús, y Él recibe esta adoración

Según Mat.4.10, o Luc.4.8, parece que Jesús sabía que sólo hay que adorar a Jehová. Pedro lo sabía, y consecuentemente rechazó la adoración que intentaron ofrecerle (Hech.10.25, 26), como también lo hicieron Pablo y Bernabé en su día (Hech.14.14-18), y el ángel de Revelación (Rev.19.10; 22.8,9).

Es aun más extraño entonces que Jesús recibiera la adoración en varias ocasiones durante su estancia terrenal. El verbo griego traducido "adorar" es la palabra que se usa para referirse al acto de adoración que se debe a Dios. Sin embargo, puede referirse también al acto de postrarse delante de un dignatario para saludarle. En estos casos considera el acto físico de postración delante de otra persona, y siempre como saludo. Varias veces, por lo tanto, es correcto traducirlo "se postraba" delante de Jesús, cuando alguna persona se le acercaba y saludaba.

Sin embargo, existen otras ocasiones cuando este significado es inadmisible, y debe entenderse "adorar". Entre éstas encontramos las siguientes: Jesús es adorado por sus propios discípulos (Mat.14.33), estando éstos ya en el barco con él. Recibe la adoración de las mujeres (Mat.28.9); ya lo habían asido de los pies, lo que demuestra que era adoración y no la costumbre de aquellos días de postrarse delante de alguien, visto que ya estaban postradas. La multitud en Galilea le adora después de su ascensión (Mat.28.17); el hecho que algunos dudaron revela que se trata de una actitud de corazón, no de un saludo. Y después de su ascensión (Luc.24.52), fue adorado; ya no puede ser un "homenaje" humano, puesto que ya no está entre ellos físicamente.

 

No importa si se traduce este verbo "proskuneo" por "adorar", o "rendir homenaje", el sentido de la palabra griega original queda igual. Es a Jehová, y únicamente a Él, que es lícito "proskuneo", según los textos arriba señaladas. Cómo queramos verterlo, vemos que Jesús conscientemente recibe este acto de "proskuneo" reservado exclusivamente a Jehová.

Para confirmar este cuadro, encontramos (Heb.1.6) que Dios mismo ha mandado a "todos sus ángeles" que le adorasen (KIT, TNM 1970, y nota a pie de página en TNM edición de referencias). Esta Escritura es una cita de Sal.97.7 (ver referencias en TNM columna central) invitando a los "dioses", o ídolos, a inclinarse delante de Jehová. Sin embargo, en Hebreos es aplicada específicamente a la adoración a Jesús.

Finalmente, en la "revelación" de la actividad celestial, encontramos a toda la creación alabando a Jesús, el Cordero de Dios, con las mismas palabras y de la misma manera que a Jehová mismo (Rev.5.8-13). Esto cuadra con el deseo expresado por el Padre que "todos honren al Hijo así como honran al Padre" (Jn.5.23). Sabiendo que la adoración es debida única y exclusivamente a Jehová, ¿qué conclusión podemos sacar de estas verdades bíblicas?

 

¿Quién contesta la oración?

Jn.16.24: "Si le piden alguna cosa al Padre, él se la dará en mi nombre."

Jn.14.14: "Si ustedes piden algo en mi nombre, lo haré."

Notemos en primer lugar que Jesús informa claramente que en el texto de Jn.14:14 es Jesús quien va a responder a sus oraciones. En segundo lugar, el texto original se lee así "Si ustedes me piden algo en mi nombre, lo haré" (ver KIT o cualquier otra traducción). La palabra "me" ha sido omitida en TNM, a pesar de venir en el texto de Westcott y Hort, base para esta traducción (ver KIT p.499). Los manuscritos más antiguos y la mayoría de otros manuscritos lo contienen, y de los manuscritos importantes únicamente el códice Alejandrino no lo contiene (ver nota a pie de página en TNM referencias). En todo caso, con o sin "me", es evidente que es Jesús quien contesta la oración aquí.

 

La gloria de Jehová atribuida a Jesús

Jn.10.40,41: Al citar del pasaje de Is.6.10, dónde Isaías tenía una visión de la gloria de "Jehová de los ejércitos", Juan atribuye esta gloria a Jesús mismo.

1Co.2.8: ¿Quién es "el Señor de la gloria" (traducción literal de KIT; TNM lo vierte "Señor glorioso)? El pasaje muestra que este Señor de la gloria es Jesús mismo. Hace referencia al "rey de gloria" del Sal.24.7,10, identificado como "Jehová de los ejércitos". (La acción de alzarse la cabeza de las puertas parece referirse a la entrada triunfal de Cristo en los cielos.)

Is.42.8: "Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria". En Jn.17.5,24, Jesús habla de esta gloria, que le ha sido dado por su Padre. Con ningún otro compartirá su gloria, sin embargo sí la comparte con Jesús. ¿Qué debemos concluir?

 

¿Por qué se llama Jesús el "Yo soy"?

En Jn.8.58 Jesús se proclama el "yo soy" (KIT - traducido "yo he sido" en TNM), identificándose con la declaración del significado del nombre de Jehová en Ex.3.13-14 ("e0gw_ ei0mi/ o( 0W)/n" – ego eimi ho on en la traducción griega llamada la septuaginta, o "LXX", que era la "Biblia" de los primeros creyentes). Tiene un paralelo aún más claro con las declaraciones de Jehová mismo en Is.41.4; 43.10; 46.4; 52.6; 45.18.

Se ha hablado mucho sobre la traducción más acertada de esta expresión. Sin embargo, como quiera que lo traduzcamos hoy, en inglés o castellano o cualquier otro idioma, no debemos perder de vista que los lectores de las Escrituras Griegas sí habrían hecho esta conexión entre las palabras de Jesús y las de Jehová en la versión LXX que usaban diariamente, ya que son las mismísimas.

 

Aun si insistimos en que la traducción más adecuada fuera "yo he sido", así no lo entendieron los judíos que escucharon las palabras de Jesús. Si fuese una mera afirmación de su edad, su reacción no tiene sentido alguno. "Por lo tanto, tomaron piedras para arrojárse[las]..." (v.59). Ellos, por lo menos, entendieron la identificación con su Dios Yahweh, y "por lo tanto" intentaron matarlo por blasfemia.

La construcción contrasta el que "llegó a existir", es decir Abrahán, con el que "es" sencillamente. Jesús no está hablándoles de su edad, sino de su naturaleza, conforme vemos en todo el capítulo 8 de Juan. Esta construcción es una paralela exacta a la que se encuentra en Sal.90.2, aplicado a Jehová mismo. Allí leemos (LXX – es el Sal.89.2 en esta versión) "Pro_ tou~ o)/ph genhqh~nai [...] su_ ei]" (pro tou hore genezenai [...] su ei - "antes de existir los montes ... tú eres). En Juan 8.58 encontramos "pri\n 'Abraa_m gene/sqai [...] e0gw_ ei0mi/" (prin Abraham geneszai [...] ego eimi - "antes de existir Abrahán, yo soy"). En ambos casos la construcción griega es idéntica: un infinitivo aoristo seguido por el presente indicativo del verbo ser. Ya que el lenguaje del Salmo indica la eternidad de Jehová, debería aplicarse la misma regla a la expresión idéntica en la boca de Jesús.

 

¿Quién escudriña los corazones?

Jer.17.10: "Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, examinando los riñones, aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos."

Rev.2.18,23: "Estas son las cosas que dice el Hijo de Dios... que yo soy el que escudriña los riñones y corazones, y a ustedes les daré individualmente según sus hechos." Este texto es un paralelo clarísimo con el antes citado, identificando completamente al Hijo de Dios con Jehová (ver también nota a pie de página en TNM versión de estudio).

1Re.8.39,53: "... dar a cada uno conforme a todos sus caminos, porque tú conoces su corazón (porque solo tú mismo conoces bien el corazón de todos los hijos de la humanidad)... oh Señor Soberano Jehová"

Jn.2.24,24: "Jesús... él mismo conocía lo que había en el hombre."

Jn.16.30: "Ahora sabemos que tú sabes todas las cosas"

Jn.21.17: "Señor, tú sabes todas las cosas."

¿Quién es el Todopoderoso?

Mat.28.18: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra"

Ef.1.20-22: "Cristo... por encima de todo gobierno y autoridad y poder y señorío, y de todo nombre, no solo en este sistema de cosas, sino también en el que ha de venir"

El texto original de Rev.1.8, que nos habla del "Todopoderoso", usa el término griego "ku&rioj" (kurios), o "Señor" (ver KIT p.1075); el tetragramatón (los cuatro caracteres hebreos - hwhy - que forman el nombre de Dios en las Escrituras Hebreas) no se usa en ningún manuscrito griego cristiano. Como ya vimos en 1Co.8.6, la Biblia afirma que "hay un solo Señor ("kurios"), Jesucristo...". Si Tomás llama "mi Señor y mi Dios" a Jesús, ¿no es razonable pensar que el "Señor Dios" de Rev.1.8 es el mismo, es decir, Jesús?

 

Quién es el Dios Poderoso?

Is.9.6 trata a Jesús de "Dios Poderoso" ("rwOb@gi% l)'" - El-Guibor en el hebreo). Pero, ¿quién es este Dios Poderoso? Unos pocos versículos más tarde en Is.10.21, el profeta nos dice: "Un simple resto volverá, el resto de Jacob, al Dios Poderoso" ("El-Guibor), refiriéndose a Jehová. Este "Dios Poderoso" se identifica en Jer.32.18 como "el Dios [verdadero], el Grande, el Poderoso, Jehová de los ejércitos por nombre." Si proclamamos a Jesús como "Dios Poderoso", conforme a las Santas Escrituras, le estamos aplicando un título reservado para Jehová.

¿Quién es la piedra de tropiezo?

Sal.118.22: "La piedra que los edificadores rechazaron ha llegado a ser cabeza del ángulo" (aplicado a Jesús en 1Ped.2.6-8 y Hech.4.11; ver también Mat.21.42-45)

Is.8.13-15: "Jehová... y él tiene que llegar a ser como lugar sagrado, pero como piedra contra la cual dar y como roca sobre la cual tropezar para ambas casas de Israel"

Estos dos textos son vinculados y citados juntos por Pablo en Rom.9.32,33, como si hablasen de la misma persona. Pero quién es, ¿Jehová, o Jesús?

 

¿De quién fue precursor Juan el bautizante?

Luc.1.76: "... profeta del Altísimo, porque irás por adelantado ante Jehová para alistarle sus caminos." (Lucas aquí cita de Is.40.3; Mal.3.1)

Jn.3.28: "Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de aquel." Es evidente que Juan el bautizante alistó el camino a Jesús. Sin embargo, se aplica el cumplimiento de la profecía que anunciaba la preparación del camino de Jehová mismo. De nuevo, ¿qué concusión sacaremos?

¿Cuándo entró Jehová por la puerta oriental?

Ez.44.2: "En lo que respecta a esta puerta, cerrada es como continuará. No será abierta, y ningún simple hombre entrará por ella; porque Jehová mismo, el Dios de Israel, ha entrado por ella, y tiene que continuar cerrada." (La puerta oriental de Jerusalén, que daba acceso al patio del templo, está cerrada desde 1542; ¿quién es el Yahweh que entró por allí para que deba permanecer cerrada?)

 

¿Cuándo vino (o vendrá) Jehová para residir en medio de Jerusalén?

Zac.2.10: "porque aquí vengo, y ciertamente residiré en medio de ti - es la expresión de Jehová"

¿Quién sale a guerrear contra las naciones?

Zac.14.3: "Y Jehová ciertamente saldrá y guerreará contra aquellas naciones..."

Rev.19.11-15: "... Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con justicia [...] el nombre con que se llama es La Palabra de Dios [...] para que hiera con ella a las naciones..."

 

¿Cuándo se plantarán los pies de Jehová en tierra de Israel?

Zac.14.4: "Y sus pies realmente se plantarán en aquel día sobre la montaña de los olivos, que está enfrente de Jerusalén..."

Hech.1.9,12: "estando ellos mirando, fue elevado [...] 'Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como lo han contemplado irse al cielo' [...] ellos se volvieron a Jerusalén desde una montaña llamada el monte de los Olivos, que está cerca de Jerusalén..."

¿Quién viene con los santos?

Zac.14.5: "Y Jehová mi Dios ciertamente vendrá, y con él estarán todos los santos."

1Te.3.13: "... la presencia de nuestro Señor Jesús con todos sus santos"

 

¿A quién traspasaron?

Zac.12.10: "y ciertamente mirarán a mí, a quien traspasaron" (RV95; TNM dice "mirarán a Aquel", aunque el hebreo original dice claramente "a mí")

Rev.1.7: "¡Miren! Viene con las nubes, y todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron..." (ver también Mt.27.49)

¿Quién fue valorado en 30 piezas de plata?

Mat.26.15: "'¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?' Le estipularon treinta piezas de plata"

Mat.27.9: "Y tomaron las treinta piezas de plata, el precio del hombre que estaba a precio, aquel a quien pusieron precio algunos de los hijos de Israel..."

Zac.11.12,13: "Y procedieron a pagar mi salario, treinta piezas de plata. Ante aquello, Jehová me dijo: 'Tíralo al tesoro... el valor majestuoso con el cual he sido evaluado desde su punto de vista.'"

El precio de un esclavo (ver Éxodo 21.32) – 30 piezas de plata – fue el precio en el que valoraron a Jesús; Jehová nos indica en su Palabra que fue Él quien fue valorado en este precio.

 

¿De quién somos testigos?

Is.43.10: "Ustedes son mis testigos – es la expresión de Jehová – ..."

Hech.1.8: "... y serán testigos de mí" (dice Jesús)

¿Qué nombre nos salva?

Hech.2.21: "Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo."

Hech.4.10-12: "... en el nombre de Jesucristo el Nazareno [...] no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos."

Is.43.11: "Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador."

Ti.1.3,4: "... nuestro Salvador, Dios [...] y de Cristo Jesús nuestro Salvador" (en Tito "Salvador" se usa 6 veces, aplicado 3 veces a Dios (1.3; 2.10; 3.4) y 3 veces a Cristo (2.13,14; 3.6; si no hay Salvador fuera de Jehová, ¿qué papel tiene Jesús? ¿Quién es nuestro Salvador, entonces?

 

¿Quién envía el Espíritu Santo?

Luc.24.49: "envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre"

Jn.14.26: "Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre"

Jn.15.26: "Cuando llegue el ayudante que yo enviaré a ustedes del Padre, el espíritu de la verdad"

Gál.4.6: "Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones" (ver también Sal.104.30)

Jn.14.16: "y yo pediré al Padre, y él les dará otro ayudante [...] el espíritu de la verdad" (ver también Luc.11.13; Hech.15.8; 1Tes.4.8; 1Jn.3.24; 4.13)

Hech.2.17,18: "Y en los últimos días - dice Dios - derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne [...] sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu"

Hech.2.33: "Jesús [...] recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen."

 

¿Cómo se manifestará Dios?

Ti.2.13 "aguardamos [...] la gloriosa manifestación del gran Dios y de[l] Salvador nuestro, Cristo Jesús".

No sólo cabe mencionar la adición del artículo definido ("el") entre "Dios" y "Salvador", que cambia el sentido, sino notar que, en los escritos de Pablo "manifestación" (griego: "e0pifa&neia" - epifaneia) siempre se refiere a Jesús. A parte del texto bajo consideración se usa esta palabra un total de cinco veces más en las Escrituras Griegas Cristianas, y siempre en las cartas de Pablo: 2Tes.2.8; 1Tim.6.14; 2Tim.1.10; 4.1,8. En todas éstos se hace referencia a Jesús.

¿Quién tiene el derecho de perdonar pecados?

Sal.103.2,3: "...Jehová [...] aquel que está perdonando todo tu error"

Mat.9.5,6: "... ¿qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados?, ¿o decir: Levántate y anda? Sin embargo, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados..."

 

¿Quién redimirá a Israel de sus errores?

Sal.130.8: "Jehová [...] y él mismo redimirá a Israel de todos sus errores"

Mat.1.21: "... Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados"

Tito.2.13-14: "... del gran Dios y de[l] Salvador nuestro, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda clase de desafuero y limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes"

¿Quién es nuestra vida?

Dt.30.20: "Jehová tu Dios [...] porque él es tu vida..."

Col.3.4: "Cuando el Cristo, nuestra vida, sea puesto de manifiesto..."

¿Quién es nuestro pastor?

Sal.23.1: "Jehová es mi pastor..."

Heb.13.20: "... al gran pastor de las ovejas... a nuestro Señor Jesús"

Juan.10.11: "Yo soy el pastor excelente"

 

¿Quién es nuestra paz?

Juec.6.24: "... Gedeón edificó un altar a Jehová, y continuó llamándolo 'Jehová-salom' (Yhwh-paz) hasta el día de hoy."

Ef.2.14: "... Cristo. Él es nuestra paz..."

¿Quién es nuestra justicia?

Jer.23.6: "Y este es su nombre con el cual se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia."

1Co.1.30: "... Cristo Jesús, que ha venido a ser para nosotros sabiduría procedente de Dios, también justicia..."

¿Quién da dádivas a la Iglesia?

Ef.4.7-13: "... Cristo dio por medio de la dádiva gratuita. Por lo cual él dice: 'Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en] hombres'. Ahora bien, la expresión 'ascendió', ¿qué significa sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? El mismo que descendió es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. Y dio algunos como apóstoles [...] a la plenitud del Cristo."

Sal.68.17-18: "... Jehová mismo ha venido de Sinaí al lugar santo. Has ascendido a lo alto; te has llevado cautivos; has tomado dones en la forma de hombres, sí aun entre los tercos, para residir [entre ellos], oh Jah Dios."

Pablo hace un paralelo absoluto entre la acción de Cristo y la de Jehová en el salmo; parece que quiere decirnos que este salmo se cumple, que "Jah Dios" viene a residir entre su pueblo, en la persona de Jesucristo.

 

¿De quién debemos tener temor, y santificar (tratar como santo)?

Is.8.13: "Jehová de los ejércitos... es a él a Quien ustedes deben tratar como santo, y él debe ser el objeto de su temor, y él debe ser Quien los haga temblar"

Ef.5.21: "Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo"

1Pe.3.15: "... santifiquen al Cristo como Señor en su corazón..." (este pasaje de vv.14-15 cita a Is.8.12-13; ver columna de referencias en TNM)

¿Quién no cambia?

Mal.3.6: "Porque yo soy Jehová; no he cambiado"

Is.48.12: "Yo soy el Mismo" (ver también Is.43.10,13; 46.4)

Heb.13.8: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y para siempre"

¿De quién somos esclavos?

Stg.1.1: "Santiago, esclavo de Dios y de[l] Señor Jesucristo..."

Mat.6.24: "Nadie puede servir como esclavo a dos amos..."

¿En quién se jactaba Pablo?

Fil.3.3: "... tenemos nuestra jactancia en Cristo Jesús..."

2Cor.10.17: "'Pero el que se jacta, jáctese en Jehová'" (citando Jer.9.24; ver también 1Cor.1.31)

¿Quién es la roca?

Is.44.8: "¿Existe Dios fuera de mí? No, no hay Roca. No he reconocido a ninguno'"

1Co.10.4: "bebían de la roca que les seguía, y aquella roca era Cristo..." (RV95; TNM vierte la segunda parte del texto "aquella masa rocosa significa Cristo", en contra del sentido sencillo del griego: "h( pe/tra de\ h}n o/( Xristo/j" – he petra de een ho Xristo; ver la traducción literal en KIT.)

 

¿Quién es nuestro único Dueño y Señor?

Jud.4: "... nuestro único Dueño ("despo&thj" - despotes) y Señor ("ku&rioj" - kurios), Jesucristo"

Luc.2.29: "Ahora, Señor Soberano ("despotes")..." (oración de Simeón)

Hech.4.24,25: "... levantaron la voz de común acuerdo a Dios y dijeron: 'Señor Soberano ("despotes"), tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas [que hay] en ellos, y que por espíritu santo dijiste..." (cita Sal.2)

2Pe.2.1: "repudiaron hasta el dueño ("despotes") que los compró..."

Rev.6.10: "Hasta cuándo, Señor Soberano ("despotes") santo y verdadero..."

Mat.11.25: "Te alabo, Padre, Señor ("kurios") del cielo y de la tierra... "

 

¿Quién es Señor de Señores?

Dt.10.17: "Porque Jehová su Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores..."

1Ti.6.15: "... el feliz y único Potentado, [él] el Rey de los que reinan y Señor de los que gobiernan como señores"

Rev.19.13,16: "...La Palabra de Dios. [...] tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores."

¿Delante de quién doblaremos la rodilla?

Is.45.23: "Por mí mismo he jurado, - de mi propia boca en justicia ha salida la palabra, de modo que no volverá - que ante mí toda rodilla se doblará, [a mí] toda lengua jurará..."

Rom.14.11: "Tan ciertamente como que vivo yo - dice Jehová - ante mí toda rodilla se doblará y toda lengua hará reconocimiento abierto (griego: "e0xomologe/w" - exomologeo) a Dios"

Fil.2.10,11: "para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los [que están] en el cielo y de los [que están] sobre la tierra y de los [que están] debajo del suelo, y reconozca abiertamente (griego: "e0xomologe/w" - exomologeo toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre"

 

¿A cual Señor invocamos para ser salvos?

Rom.10.9: "Porque si declaras públicamente aquella 'palabra' en tu propia boca, que Jesús es Señor (en el griego: "kurios"), y en tu corazón ejerces fe en que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo."

Rom.10.12,13: "... hay el mismo Señor (griego: "kurios") sobre todos, que es rico para con todos los que lo invocan. Porque 'todo el que invoque el nombre de Jehová (griego: "kurios") será salvo'"

¿Quién es Señor ("ku&rioj" - kurios)?

Como se ha mencionado, ningún manuscrito de las Escrituras Griegas Cristianas usa el tetragrámaton. En las citas de las Escrituras Hebreas, o citan de la versión griega septuaginta (que vertía el nombre divino por "kurios"), o traducen del hebreo, pero siempre usan el término griego "kurios" para expresar el nombre de Dios, aun en nombres hebreos compuestos (ver Rom.9.29, por ejemplo).

Este uso de "kurios" da origen a la curiosa situación en la que a veces es difícil saber si un texto está hablando de Jesús o de Jehová (ver, por ejemplo, Rom.10.9-13; 14.1-14; 1Cor.7.17). Otras veces "kurios" se aplica a Jehová, y pocas palabras más tarde a Jesús (por ejemplo 1Tes.4.15-17; Rev.1.8-10). Nos obliga a una identificación de Jesús con el único Dios y Señor. La declaración "Jesús es Señor" (1Cor.12.3) es una afirmación de su divinidad. Visto que es Dios mismo el que ha guardado la transmisión de los manuscritos originales, podemos afirmar que Él lo quiere así.

 

¿Quién es el eterno Creador que sobrevive a su creación?

Heb.1.8-12: "Respecto al Hijo:... Y: Tú en [el] principio, oh Señor, colocaste los fundamentos de la tierra misma, y los cielos son [las] obras de tus manos. Ellos mismos perecerán, pero tú mismo has de permanecer de continuo; e igual que una prenda de vestir exterior todos ellos envejecerán, y los envolverás igual que una capa, como una prenda de vestir exterior; y serán cambiados, pero tú eres el mismo, y tus años nunca se acabarán."

Sal.102.24-27: "Oh Jehová [...]oh Jehová [...] oh Dios... Hace mucho tú colocaste los fundamentos de la tierra misma, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos mismos perecerán, pero tú mismo quedarás en pie; e igual que una prenda de vestir todos ellos se gastarán. Igual que la ropa los reemplazarás, y ellos terminarán su turno. Pero tú eres el mismo, y tus propios años no se completarán."

Esta cita de los Salmos, que demuestra la eternidad de Jehová delante de su propia creación, se aplica aquí en Hebreos al Hijo (ver columna de referencias en TNM). ¿No es una clara identificación de Jesús con el mismo Jehová Dios?

 

¿Quién es el Alfa y Omega?

Rev.1.8: "Yo soy el Alfa y la Omega – dice Jehová Dios – Aquel que es y que era y que viene, el Todopoderoso"

Rev.22.12-13: ¡Mira! Vengo pronto... Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin."

Rev.1.8 nos dice claramente que Jehová es el Alfa y la Omega, llamándole además el "Todopoderoso". El contexto de Rev.22.12-21 nos muestra que aquí está hablando Jesús (ver v.16, que dice "Yo, Jesús"), y que también se llama "el Alfa y la Omega". Sólo puede haber uno que es "el Alfa y la Omega": ¿quién es?

Sin embargo, si, contra el sentido del contexto, argumentáramos que es Jehová quien habla en vv.12-15, y Jesús a partir de allí, vemos entonces que Jehová se llamaría "el primero y el último", lo mismo que en Is.48.12 y 44.6. Pero según Rev.1.17 ¡es Jesús quien es el primero y el último! No es razonable afirmar que dos personas distintas llegaron "primero" en una carrera. Sólo hay uno que llega "último".

El comentario del libro de Revelación "Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!" nos dice que, en Rev.1.17, cuando Jesús se aplica el término "el primero y el último", está usando un título que Jehová le concede. La nota a pie de página nos aclara (p.27): "En el hebreo original, en Isaías 44.6 no hay artículo definido con las palabras "primero" y "último", mientras que en la descripción que Jesús da de sí mismo en el griego original en Revelación 1:17 se halla el artículo definido. Por eso, gramaticalmente Revelación 1:17 indica un título mientras que Isaías 44.6 pinta la divinidad de Jehová." El griego original de Rev.22.13, donde sería Jehová quien es llamado "el Primero y el Ultimo", también usa el artículo definido, convirtiéndolo "gramaticalmente" en un título. Entonces Jesús y Jehová tendrían el mismo título de "primero y último". ¿Cuántos "primeros" pueden existir? ¿Cuántos últimos?

 

Las características de Dios manifiestas en el Señor Jesús

Aparte de estos textos paralelos identificando al Señor Jesús con Jehová, a Jesús también se le atribuyen características propias de Dios mismo, y exclusivas de Jehová.

Jesús es inmortal

1Tim.6.16: "el único que tiene inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea honra y poderío eterno. Amén."

1Tim.1.17: "al Rey de la eternidad, incorruptible, invisible, [el] único Dios, sea honra y gloria para siempre jamás. Amén"

Jesús es eterno

Heb.7.3 nos indica que el Hijo de Dios no tiene "principio de días". Is.9.6 le llama "Padre Eterno", haciendo referencia a esta característica de Jesús. Heb.13.8 nos hace ver que Jesús es inmutable, que siempre ha sido lo que siempre será. Si fuera un dios "creado" (lo que no admite Is.43.10, como ya vimos), habría un tiempo cuando Jesús no era lo que es hoy, en contradicción evidente con la realidad de su eternidad e inmutabilidad.

Jesús no está limitado ni en el tiempo, ni en el espacio

Mat.18.20: "Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" (palabras dichas cuando Jesús aun estaba sobre la tierra)

Mat.28.20: "Y ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas."

Mc.16.20: "... ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos... (texto no incluido en los mejores manuscritos antiguos)

2Cr.6.18: "El cielo, sí el cielo de los cielos mismos, no puede contenerte; ¡cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado!" (oración de Salomón a Jehová)

 

Conclusiones de la evidencia bíblica

Delante de estos pasajes bíblicos, no sabemos como negar que el mismo Dios de las Escrituras Hebreas que se reveló bajo el nombre de Jehová también se ha revelado en las Escrituras Cristianas Griegas bajo el nombre de Jesús. No dudo que los apóstoles hayan luchado para aceptar y entender esta verdad, pero sus escritos que hoy forman parte de la Biblia nos permiten ver que llegaron a esta conclusión.

Pedimos al lector que medite cuidadosamente en estos textos, y pida a Jehová Dios darle luz sobre su verdadero sentido. Como se habrá visto, no estamos tratando con textos aislados de difícil interpretación, sino una masa de evidencia que exige nuestra atención.

¿Qué haremos con los textos que parecen indicar lo contrario?

Ya al principio de este escrito señalamos que toda interpretación de un texto bíblico debe armonizar con el sentido claro del testimonio bíblico entero. Habiendo presentado este cuadro, procederemos a considerar los textos que son citados para hacer constar que Jesús fuera un ser creado. Destacamos que son tres las que se usan para "probar" que Jesús fuera la primera cosa creada por Dios, y nos preguntamos si es razonable desechar los textos arriba señalados a favor de textos que también ofrecen otra interpretación, como veremos ahora.

 

Proverbios 8.22-31

El verbo traducido "produjo" aquí es "hnq" - qanah - en hebreo. Este mismo verbo se usa bastante en el libro de Proverbios encontrándose en Pr.1.5; 4.5,7; 8.22; 15.32; 16.16; 17.16; 18.15; 19.8; 20.14; 23.23. Se traduce siempre con el sentido de adquirir, dos veces de comprar, pero nunca con el sentido de "crear". ¿Por qué en 8.22 únicamente se traduce por "producir"? Se usa unas 70 veces más en las Escrituras Hebreas, siempre con el sentido de "adquirir" o "comprar".

En este pasaje la sabiduría se encuentra "personificada", pero no solamente en Pr.8.22-31, sino en los primeros nueve capítulos enteros. Si pretendemos tomar la referencia de la sabiduría como referencia literal de Cristo, debemos también aceptar que Cristo es una mujer que clama a gritos en la calle (Pr.1.20-21), que vive junto a otra persona llamada "sagacidad" (Pr.8.12) en una casa de siete columnas (Pr.9.1). Los capítulos 8 y 9 nos hace ver a la sabiduría como una mujer convocando a la población a adquirir conocimiento. El contexto no nos permite aplicar unos pocos versículos a Cristo, sin aplicar todo el pasaje en cuestión.

 

Pr.3.19 nos dice que "Jehová mismo con sabiduría fundó la tierra. Afirmó sólidamente los cielos con discernimiento." El texto de 8.22-31 es un paralelo claro con esta idea, expresando de una forma poética el hecho de que Jehová hizo uso de su sabiduría para crear el mundo.

Pr.8.23 nos dice que la sabiduría fue instalada desde "tiempo indefinido"("Mlw([" – olam) Esta misma frase se usa en Sal.90.2 refiriéndose a Jehová Dios, obviamente para proclamar el hecho que no tiene principio. Si se aplica la mismísima frase a la sabiduría, ¿no es razonable por lo tanto concluir que de la misma manera la sabiduría de Dios tampoco tuvo principio?

Finalmente, si deseamos hacer que este texto afirme que Jesús, como sabiduría de Dios, fue creado y tuvo principio, entonces contradice la clara enseñanza de Heb.7.3, que nos dice que no tuvo principio. Si la sabiduría fue "creada", estamos afirmando que existe entonces un tiempo cuando Jehová no tenía sabiduría, lo que es insostenible. La sabiduría es un atributo eterno de Jehová Dios, que ha existido siempre que Él mismo ha existido. Lo mismo puede aplicarse al Señor Jesús. Es dudoso que debiésemos aplicar este pasaje a Cristo, pero aun que fuera el caso, nos señala que siempre ha existido, no que fue creado en un momento del pasado.

 

Colosenses 1.15

Cuando a Jesús se le llama el "primogénito de toda la creación", no es lógico concluir que fuera "la primera cosa creada". Debemos tomar en cuenta que existen dos sentidos principales de la palabra "primogénito": uno, el primero en nacer de alguien; segundo, el que ocupa este lugar, el heredero de una persona, o figurativamente, el que tiene autoridad.

Primero, "primogénito" no siempre se refiere al primer nacido en las Santas Escrituras. En Ex.4.22 leemos que Israel es el primogénito de Jehová; en Jer.31.9, Efraín ocupa este lugar. Ni Jacob ni Efraín eran "primeros en nacer" de sus propios padres, ¡y ciertamente no lo eran de Jehová! En Sal.89.27 leemos que Jehová pondrá a David como primogénito, lo que nos muestra que "primogénito" puede indicar un puesto otorgado, no sólo una posición adquirida a través del nacimiento; David no era el primogénito de su familia.

Job.18.13 alude al "primogénito de la muerte", ¡lo que no significa la primera persona en morir! Jesús mismo es denominado el "primogénito entre muchos hermanos" en Rom.8.29, hablando de su posición con respecto a los creyentes, y no de su creación o nacimiento. Heb.12.23 habla de los cristianos como "la congregación de los primogénitos". ¿Cuántos primogénitos hay? No todos pueden haber nacido primero. "Primogénito" por lo tanto tiene un sentido mucho más amplio que "primer nacido", usándose de forma figurativa para el que tiene autoridad.

 

En segundo lugar, si aceptáramos el sentido de "primogénito" en el contexto de Col.1.15 como "el primer nacido de", el texto sencillamente no tiene sentido. "Primogénito de los reyes de España" significa el primero que nace como hijo de estas personas. Lo mismo sería con "primogénito del Sr. González"; sería su primer hijo. Lo que está claro es que el primogénito es el producto de las otras personas, quienes existieron antes, y no vice versa. El sentido de "primer hijo de" no puede aplicarse a Cristo como "primer hijo" de la creación. ¡No tiene a "la creación" por padre! No se nos dice que es "la primera cosa creada", lo que es bien distinto. El contexto muestra a la creación saliendo de Cristo, y no al revés.

Finalmente, el contexto de Col.1.15-20 destaca a Jesús como creador de todas las cosas, sin excepción. (La inclusión de "otras" cambia el sentido por completo y viola el contexto.) La frase "todas las cosas" no es meramente "pa&j" (pas) en el griego (como es el caso en Luc.13.2 donde la adición de "los demás" no cambia para nada el sentido de la frase), sino "ta_ pa&nta" (ta panta) una forma neutra y plural, con el sentido de la totalidad de las cosas, es decir, el universo entero. Se usa, por ejemplo, en Ef.1.10, traduciéndose "todas las cosas". En este contexto, Jesús como primogénito de la creación es el que tiene autoridad sobre toda la creación. Todo este pasaje, incluyendo la expresión "primogénito de toda la creación", nos comunica el papel total de Jesús como creador de todas las cosas, y él que las gobierna

 

Revelación 3.14

Al denominar a Jesús el "principio de la creación de Dios", Juan emplea la palabra griega "a)rxh&" - arjé. En sus escritos esta palabra no se usa para "primero" en una serie de cosas (cuyo uso se encuentra una única vez en 2.11), sino "primero" en el tiempo (ver Jn.1.1,2; 6.64; 8.25,44; 15.27; 16.4; 1Jn.1.1; 2.7,13,14,24; 3.8,11; 2Jn.5,6). Esta relación con el tiempo se ve perfectamente en 2Ped.3.4, donde se usa la misma frase, tanto en castellano como en griego. Aquí nos dice que "todas las cosas continúan como desde el principio de la creación". Está claro que habla de un punto en el tiempo.

Cuando esta palabra "arjé" se ve aplicada a las personas o seres espirituales, encontramos que nunca tiene este sentido, sino más bien uno de "gobierno" o "primera autoridad". En el libro de Revelación (1.8; 21.6; 22.13), se usa para Dios como "principio y fin", ¡lo que no denota que tuviera Jehová un comienzo! Tiene el mismo sentido al hablar de Cristo como "principio" en Col.1.18. En Rom.8.38 se traduce por "gobiernos", al igual que en 1Cor.15.24; Ef.1.21; 3.10; 6.12; Col.1.16; 2.10; 2.15; Tit.3.1. En Luc.12.11 se traduce por "funcionarios de gobierno", y en el singular es traducido como "gobierno" en Luc.20.20. Se ve por lo tanto que, cuando es aplicada a las personas, "arjé" tiene el sentido del que gobierna, el "primero" en este sentido. Este texto entonces admite la interpretación de que Cristo es el "primero" sobre la creación, y no el primer ser creado.

 

¿Creador o ser creado?

Estas interpretaciones son consistentes y armonizan con la declaración clara de las Escrituras de que Jesús es el Creador: "Todas las cosas vinieron a existir por medio de él" (Jn.1.3), "por medio de él todas las cosas fueron creadas" (Col.1.16), y "mediante el cual hizo los sistemas de cosas" ("ai)w~n" – aion – en griego, o "edades", lo que también deja a Cristo fuera del tiempo) (Heb.1.2).

Decir que Jehová Dios creó todo "por medio de ("dia_" – dia – en griego) Cristo", y que él por lo tanto no es Creador en sí mismo es inconsistente. Rom.11.36, por ejemplo, especifica que la creación vino "por medio de" Jehová ("procedente de" traduce esta misma palabra "dia" en el griego), y Heb.2.10 que nos informa acerca del Padre "mediante ("dia") el cual todas las cosas son". "Por medio de" Jesús significa sencillamente que Él es el Creador, nada más y nada menos.

Es imposible que Jesús sea un ser creado y el Creador a la vez. Parece que la Biblia afirma que es Creador y, por lo tanto, que no es un ser creado, que no tiene principio, al igual que su Padre. Si Jehová es el Padre, y siempre lo ha sido, cabe destacar que sólo es padre el que tiene un hijo. Definir a Jehová, que no cambia, como "Padre" implica que siempre ha tenido un Hijo, y que este Hijo es igualmente eterno, sin comienzo.

 

Jesús y el arcángel Miguel

Finalmente consideraremos la alternativa que se ha ofrecido a la conclusión más natural de esta serie de textos bíblicos, la que afirma que Jesús y Miguel son la misma persona.

Dada esta clara evidencia a favor de la divinidad del Señor Jesús, y su identificación total con la persona de Jehová, ¿podemos concluir que fuera un ángel? En "Razonamiento" se nos dice que "las pruebas indican que al Hijo de Dios se le conoció como Miguel antes de venir a la Tierra y también se le conoce por dicho nombre desde su regreso al cielo, donde reside como el glorificado Hijo celestial de Dios." (p.216)

Las "pruebas" citadas son dos. En primer lugar, el texto de 1Tes.4.16 que habla del mandato de Jesús para comenzar la resurrección que se da con "voz de arcángel" se compara con Jud9, donde vemos a "Miguel, el arcángel...". Y en segundo lugar, la acción de Miguel en Rev.12.7-12 se compara con la acción de Jesús al dirigir los ejércitos del cielo. Se concluye: "Es razonable, por lo tanto, concluir que el arcángel Miguel es Jesucristo."

 

Aquí vemos a dos personas identificadas, como si fuesen la misma persona, a base de dos comparaciones entre textos muy separados. Haremos apenas unas pocas observaciones sobre estas comparaciones.

En 1Tes.4.16 se nos dice que Jesús descenderá del cielo con voz de arcángel, y con trompeta de Dios. Si a raíz de este texto lo identificamos con "el arcángel", ¿también lo identificaríamos con Dios? El texto no nos dice que ni la voz, ni la trompeta, sean suyas, sólo que lo acompañan. No podemos aplicar uno de estos elementos sin aplicar (o, por lo menos, aceptar que sea aplicado) el otro.

"Arcángel" viene a significar sencillamente "sumo ángel", del mismo modo que "arjierus" significa "sumo sacerdote". Jefe de los ángeles, pero un ángel. El primer capítulo de Hebreos excluye rotundamente la posibilidad de que Jesús fuera un ángel (ver Heb.1.4-8,13), ¡aunque este ángel fuese el jefe de todos los demás! Si las Santas Escrituras no nos permiten identificar a Jesús con un ángel, entonces no es razonable decir que lo fuera.

 

La batalla librada en capítulo 12 del libro de Revelación acontece en el cielo, entre un bando de ángeles y Satanás y sus ángeles; en la batalla de capítulo 19 participan las naciones de la tierra. Son dos acontecimientos distintos. Puede que el capitán del ejército de Dios en ellos sea la misma persona, o puede que no. No es razonable concluir que deben ser el mismo, ¡especialmente si vienen con dos nombres distintos! Sería algo parecido a declarar que Neko rey de Egipto y Nabucodonosor rey de Babilonia fuesen la misma persona, bajo dos nombres distintos, porque ambos combatieron en contra del pueblo de Dios.

Dan.10.5-6 nos da una descripción de "un hombre vestido de lino", en lo que parece ser una de las apariencias de Jesús antes de la encarnación (ver paralelo con Dan.7.13; 12.6; Ez.1.26; Rev.1.12-20). Este personaje nos dice (v.13) que "Miguel, uno de los príncipes prominentes, vino a ayudarme...". Es imposible por lo tanto identificar a Miguel con esta persona, que según toda la evidencia sería el mismo Jesús de Revelación 1. Son dos personas distintas.

Finalmente, cabe mencionar que la Atalaya misma enseñó que Jesús no es Miguel (Watchtower de noviembre de 1879, p.48), y, por difícil que pueda ser creerlo, que Miguel era el Papa (The Finished Mystery, 1918, p.188).

 

Heb.13.8 nos asegura que "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y para siempre." No me parece, por lo tanto, razonable concluir que haya cambiado su identidad de la manera que viene aquí argumentada.

Sin embargo, al hacer este examen de la identificación de Jesús con Miguel, mi intención no ha sido tanto refutar esta posición, sino más bien mostrar como Jesús ha sido identificado con otro personaje de las Escrituras con muy escasa justificación, y a pesar de las razones que nos puedan indicar que no fuera así. Me sorprenden estas conclusiones cuando los muchos textos que nos llevan a identificar a Jesús con Jehová mismo hayan sido rechazados, a favor de esta identificación con Miguel. No es razonable y parece demostrar el deseo de "probar" una conclusión previa basándose en textos bíblicos aislados, y no el de conocer la verdad de la revelación bíblica, aunque nos cueste aceptar las conclusiones a las que llegamos.

 

Conclusión

De nuevo invitamos al lector a considerar todo lo expuesto a la luz de la Palabra de Dios. Si encontrara algo que contradiga la enseñanza de las Santas Escrituras, debe rechazarse de inmediato. Pero si encontramos que algún u otro pensamiento que hayamos tenido, o que se nos haya enseñado, contradiga la evidencia del texto bíblico, seamos valientes en rechazarlo a favor de la verdad de Dios.

Dado que nuestro acceso a la vida eterna depende de la medida en que adquirimos un conocimiento adecuado de Dios y de Jesús (Jn.17.3), comprender lo que la Biblia nos dice del asunto es fundamental. Honrarle a Jehová implica aceptar la auto-revelación que nos ha ofrecido en la persona de Jesús. Si es verdad que Jehová se ha dado a conocer de esta forma en Jesús, "rebajarle" al nivel de un ser creado, un ángel u otra criatura espiritual, es burlarse de Dios y hacerle mentiroso. El no reconocer la verdadera identidad de Jesús nos impide comprender la salvación que ofrece Dios, y nos encontramos en el peligro de no honrar al Padre, porque no honramos al Hijo.

 

Si eres católico, no olvides que como cristianos que somos, debemos de buscar como renovar nuestra vida en Cristo(Jn 15,1-7) e impulsar nuestro apostolado para traer a mucha gente a los pies de Jesucristo(Mt 28,18-20) y no dejar esa labor a las sectas o iglesias protestantes que no poseen la plenitud de los medios de salvación.

Si eres evangélico, mormón o testigo de Jehová te invito a que conozcas en serio lo que es la fe cristiana(Ef 4,13), la BIblia(2 Tes 2,15) y la Iglesia de Cristo(Ef 5,25). Estudia la historia del cristianismo y ora para que Dios siga actuando en tu vida. Dios te ama y espera en el redil de plenitud que ha dejado: La Iglesia católica(Mt 16,18).

Yo simplemente deseo cumplir la voluntad de Dios en plenitud.(Mt 7,21-23) ¿Y usted...?

 


Recuerda que debes de luchar por conocer, vivir, predicar, celebrar y defender tu fe para ser un auténtico cristiano.

 

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